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El resultado del estudio de sangre fue mejor de lo que esperaba. El médico me comentó que es algo que le puede pasar a cualquiera cuando tiene demasiado encima. Mis padres no están muy convencidos al respecto y quieren que vuelva a casa para estar vigilada, pero mi respuesta fue un rotundo no. Yo no estoy enferma maldición y no quiero que actúen como si fuera así.
Prometí activar la opción de emergencia en mi teléfono para que se sientan más tranquilos. Con solo apretar el botón sabrán que necesito ayuda y fin de del problema.
Estuve una hora escuchando a mi padre luego de que Zac se fue. Claramente no entendía el concepto de que tenía que descansar. Me enloqueció por completo que lo juzgara de esa forma sin conocerlo y prácticamente lo eché del cubículo de la sala de emergencia.
No lo culpo por molestarse debido a encontrarnos a mí y a Zac en una posición bastante comprometedora, pero es mi vida y estoy cansada de que se metan en ella. Mi madre se veía extrañamente complacida con la situación, pero en ningún momento mencionó el por qué.
Zac me gusta y ya no puedo negarlo de ninguna forma. No sé cuál es su intención exactamente y me decepcionaría pensar que es sólo deseo lo que vi en sus ojos. No puedo dejar de pensar en el casi beso, en sus ojos fijos en su objetivo y en lo que podría haber pasado después.
—¿Me dirás a dónde me llevas? —Aiden sonríe a medias.
Odio las sorpresas y cuando mi hermano se presentó en mi casa esta mañana para llevarme a un lugar que no pensaba decirme, me puse de malas. Mañana tengo cita con el doctor Stone y temo que debo contarle el episodio que pasé ayer, no iré a la clase de defensa personal porque yo misma creo que es mucho para mi semana, pero el próximo miércoles me reintegraré sin problemas. Me apena pensar que de algún modo tengo que esperar toda una semana para ver a Zac, pero como dicen todos en mi vida últimamente… mi salud está primero.
—Te diré cuando lleguemos. —lo miro mal.
—No seas malo, sólo dime.
—Cuando lleguemos.
Gruño molesta y la risa de Aiden inunda el coche. No puedo enfadarme con él cuando es adorable. Sé que odia cuando le digo esas cosas, pero me aprovecho aún más de eso.
Aiden estaciona afuera de un edificio gris gigante y no puedo evitar sonreír cuando veo el enorme letrero.
—Hoy es día de adopción.
Mi hermano baja del auto y lo sigo inmediatamente. Hay muchas personas entrando al lugar y otras saliendo con grandes sonrisas, con un amiguito peludo de cuatro patas que acaba de conseguir un hogar.
—¿Un cachorro es tu solución? —pregunto divertida mientras nos adentramos al lugar.
Los ladridos resuenan en toda la estancia y es imposible no sentirse feliz alrededor de tantos perritos. Aiden sabe que amo los animales y que mis padres jamás me dejaron tener una mascota debido a las alergias de papá. Alergias de resultaron falsas cuando cumplí los años suficientes para darme cuenta. De cierto modo me alegra saber que mi hermano se preocupe de darme un compañero como este.
—Dos jueves al mes hacen este evento de adopción, para que todos puedan conseguir un buen hogar. Todos están vacunados y desparasitados, no sé, simplemente se me ocurrió que quizá te guste tener un compañero que te cuide.
—Gracias, Aiden. —sonrío ante sus lindas palabras.
—¿Hay alguno que te haya gustado?
—Será difícil elegir uno y dejar a todos los demás. —digo repasando con la mirada.
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FIGHTOVE © 《DISPONIBLE EN AMAZON》
Teen FictionEmerson Lowell es una chica que lo tiene todo y pierde aún más en una fatídica noche. Zac Reed es un luchador nato que viene de una familia de clase media y un pasado lleno de dolor. La pesadilla de Em los une y lo único que ella desea es dejarlo t...