Diamante eterno

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Única parte
Capítulo 1

La historia se sitúa después de la isla del cielo


“Los que padecéis porque amáis, amad más todavía. Morir de amor es vivir”.

VÍCTOR HUGO


I

Quizás, en esa noche de verano, cuando su cuerpo se hallaba oculto bajo las sábanas y su rostro miraba el techo con telarañas al no poder dormir por la emoción; prevaleció la mayor parte del tiempo el recuerdo de su amado diciéndole lo mucho que le quería. Escena espectral que se repetía constantemente en su memoria cuando dormía plácidamente después de un arduo día con sus compañeros. En el que a pesar de preguntarse la razón del porque se les había unido, se divertía y agradecía incontables veces estar a su lado para vivir diversas aventuras sobre el vasto mar. Lo aseguraba porque habían sido los momentos más significativos de su vida. En especial el suceso inesperado que lo tomó desprevenido, justo antes de llegar al Grand Line. Pero tampoco lo consideraba así, ya que el amor que comenzó a crecer por uno de los integrantes de la tripulación no fue algo que aceptara de la noche a la mañana. Le costó mucho trabajo reconocer que se había enamorado del desorientado espadachín: Roronoa Zoro. Siendo el un amante de las mujeres. 

Pero ese sentimiento que le oprimía el pecho y lo hacía suspirar todas las noches bajo la luna,  fue correspondido al atreverse con mucha valentía confesarle. Y él, en cuanto lo supo, lo beso con pasión finita que le envolvió los huesos de un calor apacible. Resultado de la intensa necesidad de buscar el radiante fervor de sus cuerpos que se encontraron finalmente estrechos de estremecimiento a causa del sudor que recorrió su piel durante el acto de intimidad.

Por lo que ahora, mientras todos dormían, no podía conciliar el sueño por la inquietante voz de su prometido que le decía a cada momento que si quería convertirse en la luz que iluminará su camino. En la chispa inmutable e imperecedera que se ve brillar hasta el último confín del cielo. Incluso más allá donde habitan las estrellas. Puesto que consideraba que aquella vivía en él para recordarlo para siempre. Aunque no estuviera a su lado para decírselo a cada instante.

Fue así como Sanji, el cocinero de Los sombrero de paja, se levantó después de una larga noche pensando en la propuesta de matrimonio que le había hecho su pareja; propuesta que había aceptado gustoso y feliz. Ya que lo amaba y estaba dispuesto a permanecer a su lado —si se le permitía — muchos años más.

Entonces cuando estuvo listo se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Al abrir la puerta, una de sus encantadoras chicas se encontraba tomando una caliente taza de café. Al parecer no había podido dormir por un acontecimiento que la dejó pensando todo el día anterior. A lo que la llevó a preguntarle una cosa muy importante.

—Sanji-kun, ¿puedo hablar contigo?

El muchacho dejó de prestar atención en lo que estaba haciendo y se acercó a Nami.

—Por supuesto, mi bella flor —dijo, ocupando un lugar vacío al lado de ella, mirándola con detenimiento —, puedes contar conmigo para lo que sea.

—Pero prometes que esto quedará solo entre nosotros dos.

—Te lo aseguro, Nami-san. Confía en mí.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2019 ⏰

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