Escuchame bien, número 1:No interfieras en mis cosas, número 2: No tenemos nada que ver el uno con el otro, Número 3: estamos casados por una herencia de ambas familias y Número 4: Nunca entrar con desconocidos en la casa, ¿trató?.
—Tu herencia se te entregará cuando tengas un matrimonio. —Habló mi progenitor con una sonrisa en forma de burla.
—Bien, nos vemos después, adiós padre. —Camine hasta la salida, pareciera que en cualquier momento iba a explotar del enojó que me consumía.
Él sabia perfectamente que no tenía una pareja, fácilmente podía quedarse con el dinero que mi madre me había dejado, mi mamá murió hace unas semanas y mi padre se olvidó tan fácil de ella con una muchacha mucho menor que él.
¿Cómo conocí a Yan Ximen? Lo conocí en un bar, hemos hablado pocas veces pero me esta dando su apoyó en algunos aspectos, sabía que puedo confiar en él.
Ahora mismo es a donde voy, con el señor Yan Ximen y el pequeño trato que le propondré.
Toque varías veces su puerta y en unos minutos ya estaba siendo abierta por ese chico de anteojos redondos.
—que sorpresa, entra. —Se hizo a un lado para que pasará, una vez pase cerró la puerta.
—Eres el único chico en quien confío, vine con un trato, Yan. —Murmure para seguido sentarme en un sillón blanco.
—Al grano, Yeon. —Se posó delante de mí, algo interesado por lo que iba a decir.
—Necesito un matrimonio arreglado, Ximen. —Él más alto asintió, se levantó de su asiento para traer unos papeles.
—Mira Yeon, necesitamos lo mismo, matrimonios arreglados, ¿quieres casarte? aceptó. —Una sonrisa se formó en mis labios, me levanté del sillón hasta ir directo a él y tomar los papeles de sus manos.
—¿Herencia también? Es un mundo pequeño.
—Seré sincero, debo mantener un matrimonio por tres años.
—No te preocupes cariño, el dinero es importante y tolerarte saber como controlarlo, será tan fácil. —Puse la mano frente a él para que la estrechara con la suya, cosa que hizo rápidamente.
—Tendremos reglas, Yeon. 1: No te interponga en mis cosas. 2: Solo casados por nuestro dinero 3:No meteremos a nadie desconocido a nuestra casa.
—Es un trato, Ximen. —Otra sonrisa por parte de los dos, me quedé solo un rato con él hasta vi la hora para regresar a casa.
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un rato después estaba en casa de mi padre, podré perder algunas cosas pero ese dinero es solamente mío y de nadie más.
