Narra Ace
— Tengo miedo —me giro hacia Hyeop, quedando de lado sobre la cama —no me mires así.. yo también suelo sentir miedo ¿sabes?
Le miro con cierta curiosidad por un instante.
— ¿Cuándo más has sentido tu miedo? —acaricio despacio su torso desnudo.
— Cuando creí que no volverías a perdonarme —nuestros ojos se encuentran, viendo el miedo del que habla en los suyos —pensaba que nunca volverías conmigo y tuve miedo. Y ahora, en una hora vamos a salir a casa de tus padres para conocerles.
— Todo saldrá bien —me siento, siendo de nuevo tumbado cuando tira de mi brazo, cayendo sobre su cuerpo —¡Hyeop! Dejame levantarme ¿no?
— No —presiona sus dedos en mi trasero pellizcándome una de las nalgas —dejame disfrutar un poco más de tu compañía antes de que mis suegros den su veredicto.
— ¿Estás diciendo que si no te aceptan vas a dejarme? —finjo sentirme indignado —¿para eso montas todo eso para pedirme matrimonio? ¿para dejarme horas después?
Parece que lo piensa cuando le veo frotarse la barbilla. Golpeo su pecho, sentándome sobre su cuerpo, sintiendo su erección clavándose cerca de mis nalgas, más exacto en ese punto por el que no va a acceder ahora mismo castigándole así, apartándome cuando mueve sus caderas presionando a punto de conseguir su proposito.
— No vas a conseguirlo —muevo mis labios por su cuello, presionando sin dejar marca.
Deslizo mis labios hasta uno de sus pezones, mordiéndolo sin ser brusco, sacando un gemido que escapa sonoro de entre sus labios, repitiendo esa misma acción en el otro, dejando húmedos besos por su pecho, sus costillas, apartando su mano cuando intenta enredar sus dedos en mi pelo, parando en el limite de sus caderas, sonriendo cuando veo su erección deseosa de atención, rozándola con mis dedos.
— Te mueres de ganas por meterte entre mis piernas —aprieto un poco mi mano, deslizándola hacia abajo —pero quieres romper conmigo si mis padres no te aceptan.
— Y..yo —muevo la mano más rápido, acercando su miembro a mi entrada —n..no vo.. voy a dejarte por e.. eso.
Me siento en la cama, dejando su miembro libre.
— No te lo permitiría tampoco —susurro cerca de sus labios —voy a darme una ducha y nos vamos a casa de mis padres.
Salgo de la cama, dirigiéndome al cuarto de baño desnudo, contoneándome provocador, entrando en la ducha cuando el agua se templa lo suficiente, enjabonando mi cuerpo aún cubierto por una fina capa de sudor, cerrando los ojos para que la espuma no caiga en ellos irritándolos, tensándome cuando unos brazos rodean mi cintura, sintiendo un picotazo en mi cuello.
— Hyeop te he dicho que no —sus manos aprietan mis caderas con fuerzas —y menos aquí.
— ¿No vas a ayudar a tu prometido a ir a ver a sus suegros más tranquilo? —roza mi entrada con sus dedos —yo lo haría por ti sin dudarlo.
Mis caderas automáticamente se mueven hacia atrás, apretando las manos sobre las suyas cuando me penetra deslizándose lentamente, pegando mi espalda a su pecho cuando se mueve, notando el agua y el jabón caer por mi rostro, apretando mis parpados cuando ya no noto el agua sino sus embestidas, gimiendo, girando mi cuello lo suficiente aceptando sus labios, aferrándome mejor a su cuerpo cuando me flaquean las piernas sucumbiendo ante el intenso orgasmo, siendo dos embestidas contra mi cuerpo después cuando me siento lleno de su caliente esencia, teniendo que volver a ducharme cuando me suelta aún con los restos del orgasmo atacando mi cuerpo.
Hyeop aparca el coche frente a la casa de mis padres después de tres horas de trayecto. No bajamos aún del coche, sintiendo sus nervios de nuevo reflejándose en su rostro.
— Hyeop calmate que no van ha hacerte nada —tomo su rostro entre mis manos haciendo que me mire —mis padres son personas sinceras si y te analizaran porque siempre van a querer lo mejor para mi pero no te preocupes. Te los vas a ganar a la primera. ¿Vamos?
Asiente, tirando una vez más de mi, correspondiéndole al beso cuando une nuestros labios, sintiendo un poco sus nervios desaparecer. Bajamos del coche enlazando mi mano con la suya nada más llegamos a la puerta, llamando al timbre, sonriendo cuando mi madre es la que aparece en mi campo de visión, devolviéndole el abrazo con un solo brazo sin poder soltar mi mano de la de Hyeop que la aprieta con fuerza.
— Al fin estáis aquí mi niño —su mirada se centra en mi nervioso prometido —tu debes de ser Chung Hyeop ¿cierto?
— S..Si señora —Hyeop hace una reverencia sin soltar mi mano.
— Hijo no hace falta que hagas eso —se hace a un lado —entrar. Prepararé algo para que comáis. Debéis estar hambrientos.
— ¿Te ayudo mama? —cierro la puerta cuando entramos.
— Vosotros ir a la sala. Tu padre no tardará en venir.
Llevo a Hyeop a la sala conmigo, sentándonos en el sofá de dos plazas, girándome hacia él, dejando pequeños besos en sus labios, sonriendo cuando sonríe, volviendo a levantarme ayudando a mi madre, dejando la bandeja en la mesita del centro, escuchando la puerta cerrarse, sabiendo que mi padre ya ha llegado.
— Querido —mama sale del salón —tenemos visita.
— No le voy a caer bien ya verás —me giro hacia Hyeop, tomando sus manos entre las mías.
— Le vas a gustar cariño —me abrazo a su cuerpo —¿tantos padres te han rechazado para que tengas tanto miedo?
— No —niega —por eso mismo estoy nervioso.
Asiento comprendiendo sus miedos, abrazándome mejor a su cuerpo, girándome entre sus brazos riendo cuando presiona sus labios en la piel de mi cuello, cayendo sobre el sofá en el que estábamos minutos antes, aprovechando la ausencia de mis padres para besarle, sentándome mejor en sus piernas, dejándome llevar cuando su mano se amolda en el hueco de mi cuello manteniendo la otra en mi cintura.
— Una bonita forma de conocer a mi futuro yerno.
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You are my Nº 1
FanficWooYoung está harto de ser rechazado por todos cuando, después de meses de relación o encuentros le dicen que no es lo que buscan. Y es que, a sus 27 años aún no ha podido intimar, sintiéndose cada vez más penoso, inferior y deprimido. Hasta que con...