Taste Challenge

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Finalmente estaban comprometidos. Después de años conviviendo, al fin habían dado el gran paso de comprometerse en matrimonio y como todo gran anuncio lo hicieron público en una cena familiar en la casa de la madre de Louis quien estaba tan feliz como ellos junto a Anna, madre de Harry, y los hermanos de ambos novios.

La velada fue perfecta, incluso se quedaron más tiempo del que debían para ayudar a acomodar y limpiar el lugar cuando todos se habían ido.

Mas tarde, cercano a las siete, habían llegado a su hogar, Louis comenzó a poner en marcha su plan. Se acercó a su novio quien después de un día con la familia había decidido descansar del ajetreo sentándose en el sillón, con un volt lleno de pochoclos azucarados esperando a su amado de ojos azules quien había ido a algún lado mientras él preparaba la noche de cine. De repente alguien se sienta a su lado, lo mira, Harry había olvidado por completo que los gemelos Ernest y Doris se estaban quedando con ellos por esa noche. No es que quisiera ignorarlo sino que los niños, de ya quince años, habían pasada la última hora en algún lado de la casa seguramente con los celulares o los videojuegos de Louis. Y Louis seguía sin aparecer.

—Harry —Al escuchar su nombre volteo hacia la adolescente de rizos rojos que lo miraba con el color azul danzando en sus ojos, dicho color que compartía con todos sus hermanos. Cuando la gemela obtuvo la atención del novio de su hermano siguió hablando— ¿Haz escuchado sobre el reto de sabores?

—No, ¿qué es? —La verdad sobre Harry era que no estaba muy actualizado con las redes sociales y ese reto sonaba a que tenía que ver con eso.

—¿Están intentando convencer a Harry? —La sonrisa de Louis con su portador llegó desde la escalera, sus pies descalzos dejaban una mancha en las finas maderas de los escalones y agua caía por su lacio cabello, al parecer había decido bañarse.

Se acercó a los tres y los niños lo miraban con una sonrisa nada inocente mientras comían las palomitas de Harry, él hombre sentado no notaba las miradas con mensajes ocultos que los hermanos se daban.

—El reto consiste en cubrir tus ojos y dejar que una persona comparta diferentes sabores para probar y tienes que adivinar que es —explicó Ernest.

Harry aún no se acostumbraba al cambio de voz que sufrió él gemelo ni a la altura que este ahora poseia, a sus cortos quince años tenía la misma altura que Louis, su novio se alegraba por su hermano y bromeaba diciendo que sería más alto que él. Harry no lo veía como broma, creía firmemente que el quinceañero pasaría el metro setenta de Louis. Además, su voz era más grave que la de su hermano mayor y Ernest muchas veces se burlaba de su hermano afinandola. A Louis no le hacía gracia.

—¿Y quieren hacer eso conmigo? —Él observó como Louis se sentaba en el brazo del sillón y lo miraba con una sonrisa, conocía a su novio, él estaba detrás de todo esto, el seguramente quería darle de comer algún menjunje asqueroso como venganza por darle aguacate la semana pasada en su sándwich y ahora era el momento perfecto para cobrar su deuda. Los tres hermanos estaban complotando contra su persona.

—Prometemos no darte nada asqueroso —dijo Louis. Y con eso Harry supo que no estaba equivocado, el hombre había utilizado a sus hermanos para tomar venganza hacia él y la jugada le había salido perfecta porque no podía negarse a un juego que tenía emocionado a los hermanos adolescentes de Louis, si se negaba quizás ganaría su odio por toda la eternidad. Quizás exageraba un poco, pero los adolecentes eran impredecibles.

—Bien —susurro —está bien, hagámoslo, pero si me dan una cucaracha para comer juro que les voy a cocinar cucarachas a la parrilla todas las veces que vengan de visita, hasta en el postre.

—Ya, ya, grandote —Louis palmeo la espalda del hombre— no hace falta la amenaza, mi amor, ellos no te darán nada malo.

—No me preocupan ellos.

Taste Challenge | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora