Su vida en Seúl [Changlix]

7. Emociones

Una madrugada en el sexto mes fue cuando Félix despertó molestó, creyó que el alfa lo había golpeado en el vientre entre sueños. Otro golpe pero está vez descubrió que no era Changbin.

Los bebés estaban golpeando su vientre, se emocionó demasiado dejando de lado el dolor. Agitó a su esposo cuando lo vio abrir los ojos tomó su grande mano y la supo en su vientre justo a tiempo para sentir una patada.

-- Lix -- fue todo lo que pudo decir, se acercó a besar su vientre y reposar la mejilla en este --. Hola pequeños.

Parecieron calmarse, dejaron de golpear contra la dolorida piel del omega.

Félix en un principio estaba feliz de sentir a sus pequeños pero ya comenzaba a fastidiarse al notar que uno no se detenía y el dolor en su espalda no ayudaba. Usaba todo como pretexto para seguir comiendo comida chatarra.

Su hermano le estaba haciendo compañía mientras su alfa trabajaba y bueno, Jooheon sólo buscaba verlo feliz a su hermano le daba lo que le pidiera, incluso un masaje en los pies.

-- ¿Te duele mucho? -- Félix asistió apretando los labios --. ¿Hay algo que pueda hacer?

-- Pasame mis chocolates del congelador.

Hizo ojitos de cachorro triste cuando vio a su hermano dudar, pudo jurar que escuchó un "me van a matar" de su hermano. Se abrazo de Jooheon cuando regresó mientras comía un dulce.

-- Mierda, lo sentí -- exclamó el menor al sentir un golpe --. Les vas a dar más energía con eso.

El pelirrosa río con los labios llenos de chocolate. Félix se quedó dormido dejando caer la barra de su mano, de nuevo en ese instante sueño que conseguía ponerle los nervios de punta.

Un par de niños corriendo, no puede ver sus rostros ni siguiera saber su género. Sólo escucha las melódicas risas, sentía paz. La escena cambia drásticamente, un doctor le repite que debe tener cuidado, debe de cuidar a uno de los niños.

-- ¡Félix, despierta!

Vio el atemorizado rostro de su hermano. Lamio sus labios, sabían a sal, sus mejillas húmedas le indicaron que estuvo llorando y ganas de seguir haciéndolo no le faltaban pero se contuvo frente a su hermano.

Nadie más que Changbin sabe de sus pesadillas ni de su sentimiento que hay algo extraño, algo fuera de lugar. Su lobo también lo sentía, seguido lo notaba inseguro.

Jooheon lucía tan preocupado al ver visto a su hermano llorando y sollozando dormido que el omega se sintió obligado a explicarle. Le contó sobre sus horribles sueños que le presentaban que uno de los cachorros tenía un problema.

-- Félix, no te voy a decir que todo estará bien por que realmente no tengo ni idea -- el nombrado recordó las noches en que lo consolaba --. Si tiene alguno problema lo vas a seguir amando, yo lo sé. Sano o enfermó tu lo amarás igual.

Acunó el rostro de su mayor provocando que lo mirará directo a los ojos. Lee Jooheon es el único que sabe ser directo y suave a la vez.

-- Se que lo mejor es que estén sanos pero.. ¿Qué más da? Eres tan amoroso que la luna sabe que puede contar contigo para cuidar de un cachorro con cualquier defecto -- Félix estaba bañado en lágrimas.

Se apoyó en el pecho del alfa, quien decidió no agregar nada más al ver como su hermano mayor se deshidrata llorando. Tiene al mejor hermano del mundo y nadie puede negarlo.

-- Extrañaba demasiado pasar el tiempo contigo -- confesó Félix.

-- Yo también -- acarició sus rosados cabellos.

Changbin llegó a la hora de la comida con una facción preocupada, por el lazo sentía el abrupto cambio de emociones de su esposo. En su pecho se sintió una calidez al ver a los familiares abrazados, ambos dormidos.

Se acercó para besar la frente de su omega disfrutando del suspiro que exhaló. Fue hasta la cocina con la intención de preparar comida, sonrió al ver todo ya preparado en la estufa. Sabe de sobra los dolores de Félix y este seguía esforzándose a pesar de que el alfa le había dicho que el lo haría.

-- ¿Binnie? Ven, quiero un beso -- le llamo desde la sala.

Como se lo pidió un besó sus mullidos labios hasta que escucho un sonido de asco por parte de Jooheon.

-- Están literalmente besándose frente a mí -- se quejó él del cabello azulado.

Félix se quito de encima del alfa para abrazar a su esposo. Hundió su nariz en el cuello de Changbin buscando llenarse del magnífico olor de él así logrando calmar a sus cachorros.

Últimamente Jooheon de lunes a viernes con el pelirrosa hasta que el castaño llegará, pocas veces compartía la comida con ellos.

-- Quédate, Honey -- pidió su hermano formando un puchero.

-- Chantajista -- se quejó el menor.

Se estaban comiendo las bocas cubiertos por la oscuridad de la noche, sus manos recorrían el cuerpo ajeno dejando ardiendo la piel que tocaron.

-- Mierda -- gimió Félix, no precisamente de placer.

Una patada lo alejó de la exquisita realidad, parecía que los cachorros lo odiaban para darle una paliza de esa magnitud. No le permitían un rato a solas con su esposo.

-- ¿Qué pasó? -- expresó preocupado Changbin.

-- Nada fuera de lo normal -- farfullo.

La calentura del momento había pasado, todo quería ayudar a su menor un poco. Comenzó a masajear sus manos para subir por sus brazos, continuó  hasta llegar a la plata de los pies.

-- Eres el mejor, alfa -- disfrutó de las caricias y los besos un poco más --. Te amo, Binnie~

-- Te amo, Lix -- beso una última vez sus labios antes de permitirse caer un sueño profundo.