14. Autoestima

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Ocho años

Cómo ya está hecha su rutina, la pareja despertó apenas sonó el despertador.

El pelirrosa no quería salir de entre los brazos de su alfa, le gustaba el calor que emanaba y lo cobijaba. Además, que el azabache besara la parte trasera de su cuello dificultaba todo.

Escucharon murmullos combinado con el sonido de los rieles de los cajones abriendo y cerrando les permitió saber que Hyungwon despertó.

Siempre el omega solía levantarse a ayudar a vestir a su hija para la escuela, estaban realmente orgullosos de ella, Chaewon está estudiando en una escuela "normal" donde los maestros están capacitados para niños con discapacidades.

Cuando Félix hizo amago de levantarse, los brazos se apretaron en su agarre mantenimiendolo en su lugar. La pequeña naríz del mayor rozaba un punto detrás de su cuello que le provocaba pequeños escalofríos.

-- Se hace tarde... -- comentó Changbin, sin embargo no se movió ni un centímetro --. Bebé -- restregó su mejilla en su espalda, recibió un ruidito en respuesta --. Te amo.

Giró sobre sí para acurrucarse sobre el pecho de su alfa, dejó pequeños besitos por su cuello. Por un momento olvidó que tenían dos hijos y que él ya estaba cerca de cumplir treinta años. Para Félix todo fue como sí regresarán en el tiempo a cuando tenían más tiempo para ellos como pareja.

-- ¡Papá no encuentro el zapato de Chaewon! -- el grito de Hyungwon lo regresó a la realidad y no puede estar más satisfecho de su vida --. ¿Puedes ayudarme papi Félix?

Dejó un último beso en la barbilla de su esposo y se levantó para ir a ayudar a su hijo mayor. Se enternecio al ver al bonito castaño abotonando el suéter de su hermana.

Revisaron toda la habitación para terminar encontrando el zapato detrás de la puerta. Cuando lo encontraron, la castaña ya había terminado de peinarse.

-- Hyungwon cepilla tu cabello y bajas a desayunar -- ordenó con voz apacible.

Le dió la mano a la cachorra que posteriormente había besado su mejilla y saludado con un dulce "buenos días, papi".

Comenzó a preparar el desayuno de sus pequeños y su comida para la escuela, pronto escuchó los pasitos apurados de su pequeño apurarse hasta sentarse a comer y a los pocos minutos Changbin se les unió.

-- Ya es hora de irnos, vayan por sus mochilas -- miró su reloj comprobando la hora.

El alfa recogió los platos sucios y los lavó. A Félix le encanta ver a su alfa vestido para ir a trabajar, en especial cuando usa las camisetas de botones que marcan su fuerte pecho.

-- Creí que ya habías desayunado, Félix -- comentó con tono sugerente.

El pelirrosa frunció el ceño sin entender las palabras del pálido, le dió varias vueltas pero no le encontró un sentido... ¡Oh Dios!

La frase "Comer con la mirada" voló por su mente.

Sus mejillas se asemejan a tomates rojos.

-- Ya estamos listos, papi.

Changbin le guiñó un ojo y lo besó con cuidado, acarició su cintura con cariño.

Se despidieron y de nuevo se quedó solo.

Se desplomó en su sillón, cerró los ojos intentando dormir un poco, por lo menos está vez.

No pudo evitar sentirse inútil, extraña el trabajar para colaborar, extraña bailar en los escenarios en competencias.

Su vida en Seúl [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora