15. Lobos

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Quince años.

La pareja estaba preocupada, se acercaba la temporada en que sus hijos por fin se presentarían y se sabría a que casta pertenecerán. El único detalle que arruina todo es que son gemelos y hay una gran probabilidad de que se presenten al mismo tiempo.

Esta vez nadie tenía ni una pequeña idea de la casta que pudieran ser, los dos pequeños tenían las cualidades de alfa y omega, incluso podrían quedar como betas.

El celular de Félix resonó en la casa, el dueño se apuró en contestar, número desconocido.

-- Señor Seo, necesitamos que venga por su hijo lo más pronto posible.

-- ¿Se metió en problemas? -- preguntó tomando las llaves de su auto y saliendo de la casa.

La llamada se interrumpió con estática, lo único que logró entender fue un: No.

Arrancó con prisa, su lobo no ayudaba a mantenerse tranquilo. Tomó varias calles secundarias para evitar detenerse en los semáforos, llegó en menos tiempo del que usualmente hacía.

Entró a la secundaria y fue hasta la dirección, intentó abrir la puerta pero esta tenía puesto el seguro.

Con un click, la puerta se abrió.

Su pequeño estaba sentado en el sillón de cuero, abrazaba sus piernas como si su vida dependiera de eso.

Percibió un olor que obviamente no le pertenecía a la directora, una beta.

Se arrodilló frente a su hijo, dejó pequeñas caricias en su pierna mientras pudo, apenas Hyungwon se dió cuenta de que era su padre se arrojó a sus brazos aferrándose con fuerza a su cuello, asustado.

-- Papá, quiero ir a casa - gimoteo.

Le tomó la mano y lo guío con prisa al automóvil, en la salida pasaría a recoger a Chaewon.

Cuando llegaron a casa el castaño subió con prisa a su cuarto, quería cambiarse de ropa. Félix subió detrás de él, esperó un poco esperando a que terminara de vestirse.

Cuando abrió la puerta lo descubrió hecho un ovillo en su cama. Se acomodó a su lado en la cama y no tardó en envolver a su hijo entre sus brazos con sumo cuidado.

-- Tenía miedo, todos me miraban. Por un momento me sentí acorralado..

La voz le temblaba, su dulce olor está combinado con un miedo irracional.

Seguramente le habían dado un supresor en la escuela para evitar algún problema.

-- Nada va a pasar, Won -- acariciaba sus suaves cabellos --. Ya estás en casa. Duerme un poco.

Esperó a que su hijo se durmiera para levantarse de la cama. Estaba feliz, su pequeño se había presentado como un omega.

Sacó su celular y marcó el número de Changbin.

-- ¿Lix? – preguntó distraído por el trabajo --. ¿Todo bien?

-- ¿Estás muy ocupado? -- Cerró la puerta del castaño.

-- No – escuchó como se levantaba y dejaba de hacer lo que sea que estuviera haciendo bien para prestarle atención --. Dime, bebé.

-- Pues uno de tus hijos es omega – le encanta molestar al mayor --. ¿Quieres saber quién? – un gruñido por el otro lado de la línea lo hizo sonreír --. Se parece a su papá...

-- Félix, bebé, sí sigues jugando conmigo te voy a dejar en abstinencia.

Le encanta escuchar reír al pálido, se acomodó con la cabeza colgando del sillón.

-- Hyungwon es omega, me llamaron de la escuela hace media hora.

-- ¿Chaewon se quedó en la escuela?

Cuando recordó a la menor se fijó en la hora, debería salir ya para llegar a tiempo por ella. Asintió con un sonido.

-- Yo pasó por ella, nos vemos en unos minutos, Lix – escuchó el motor del auto --. Yo llevo de comer...

Se reunieron en la cocina, Hyungwon continuaba un poco incómodo.

Para Félix lo más lindo que vió fue la manera en que Changbin corrió la cuarto de su hijo y lo apretó contra su pecho, podría oler la felicidad desde la calle.

Pasaron ya varias semanas desde que el hijo mayor de los Seo se presentó como omega, continuaba la duda con la menor que no daba indicios de nada

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Pasaron ya varias semanas desde que el hijo mayor de los Seo se presentó como omega, continuaba la duda con la menor que no daba indicios de nada.

Mientras tanto cada que salían a algún lugar, era normal ver a Changbin abrazando a su hijo cada que un alfa o beta lo miraba por más tiempo de lo debido.

-- ¡Déjame en paz! -- gruñó Hyungwon a Siwon, un alfa que últimamente lo persigue demasiado.

-- Dios Hyungwon, deja de ser...

-- ¡Te ha dicho que lo dejes en paz! – la menor le gritó –. Lárgate antes de que te golpeé.

La gruesa risa del más alto la termino de fastidiar, se descolgó la mochila del hombro y guiándose por el sonido, lo golpeó de lleno en estómago.

Siwon molesto la sujetó por el cuello del uniforme, ella no tenía miedo, sonrió.

-- Anda, golpeame -- lo retó --. Puedo acabarte en este mismo instante...

Hyungwon tenía miedo de que realmente se atreva a golpearla, Chaewon parecía realmente tranquila como si supiera algo que el resto no.

-- ¡Maestro Kim! ¡Ayuda!

Después de eso solo escucharon al alfa bramando regaños al chico.

La menor sonreía satisfecha de sí misma.

-- Eres increíble, Chae – la atrancó hacía él para abrazarla.

-- Ya era hora de devolverte algo de todo lo que has hecho por mí – le respondió el abrazo.

Cuando Félix llegó por ellos, Hyungwon contó emocionado lo que había hecho su hermanita y el pelirrosa estaba impactado por la manera en que ella había logrado sobrellevar la situación y ahora actuaba como si nada estuviera pasando.

--   Chaewon, no has dicho nada.

-- ¿No vas a regañarme? – se adelantó ella --. Todo el tiempo dices que no tengamos esas actitudes...

-- Solo está bien cuando es para defender a alguien, si es así, todo está bien.

La castaña esperaba en el sillón, balanceaba sus piernas que estaban recargadas en el respaldo del asiento.

Tarareaba algo.

Un golpe de calor en sus vientre la obligó a sentarse correctamente, se sentía incómodo.

Su piel se perlaba de sudor.

--¡Papá!

El alfa se acercó a la menor y notó un olor fuerte saliendo de su hija.

Chaewon se estaba presentando como alfa.

Su vida en Seúl [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora