M E A T R A E S ( Finn Wolfhard y Tú)

Capítulo 38

— Estoy renunciando a ti —

Narra T/N:

Aún la cercanía de Finn me calma, pero en este preciso momento no del todo. Quizá lo que estamos haciendo está mal, tal vez esté bien. Pero he comprendido que si lo amo aunque me ha hecho daño y me ha hecho sentir de la peor manera. Todavía el profundo hueco en mi pecho duele (y si, está conmigo, se supone que debería de sanar más sin embargo lástima).

Noah simplemente no puede encontrar expresión facial alguna. Ni siquiera sé qué es lo que trata de decirnos; se ha quedado sin palabras. Por supuesto que es más que obvio que irá en contra del rizado: también de que probablemente hable conmigo.
Sostengo fuertemente la mano de mi mejor amigo, sigo mirando al rubio y se acerca.

— ¿Qué haces con ella? — aleja mi mano que sostiene la del rizado, me atrae y ahora miro a Finn —. Te dije claramente que no vinieras, ¿qué acaso no sabes del daño que le has hecho? —.

— Sólo vine a hablar con ella — responde firme —.

— ¿Y sobre qué? —.

— De lo nuestro. De lo que teníamos ella y yo —.

— Ella y tú no eran nada. Sólo simples amigos, eso es todo —.

— Pues sólo de eso estábamos hablando. De nuestra amistad — hacen contacto visual —.

— No la verás y no le hablarás —.

— ¿Y quién dijo que puedes decidir por ella? Ni siquiera la conoces Noah —.

— Esto ya lo hemos discutido siempre y se repite. Te quedas con la chica y que yo me joda, ¡no lo permitiré! ¡Larga te! —.

— ¡No me moveré hasta que pueda despedirme de ella y saber que estará bien! — exige —.

— Lar-ga-te — pronuncia. Eso basta para que él se dé por vencido, con una mirada dice más que mil palabras y sale por la puerta principal. Ahora Noah voltea a verme —. ¿Por qué lo estabas besando? — se cruza de brazos —.

— Sabes lo que está pasando — digo cabizbaja —.

— Y yo soy tu novio — sujeta mi mano —. ¿Acaso no me crees? — suspiro —.

— Sólo sé que hay alguien que interfiere entre nosotros — mascullo, él sujeta mi rostro —.

— Gracias por darte cuenta — hacemos contacto visual —.

— Tú — pronuncio. Afloja su agarre y aparto sus manos —. Finn me ama... Creo que realmente le importo y no quiero desaprovechar esa oportunidad —.

— ¿De qué hablas? —.

— Digo que... Ya me cansé de esperar de recibir algo a cambio de una persona que pensó el beneficio propio que el de una persona que está sumamente consumida por la tristeza — me cruzo de brazos —.

— _______ no puedes hacerme esto... Me costó demasiado tiempo el conocerte y también el llegar a ser novios — suplica —.

— Ese no es mi problema... —.

— ¿Por qué todo cambió? ¿Por qué sólo vino él y las cosas se estropean de repente? — cuestiona —.

— Noah si de verdad amas a un persona debes dejarla ir — aclaro —.

— Cooper entiende que te amo — se acerca y vuelve a sostener mi rostro —. Que no encontraré a nadie igual que a ti — ruedo los ojos, lo aparto —.

— Empaca tus cosas... Te vas de mi casa —.

— ¿Enserio vas a echarme a la calle? — niego con la cabeza —.

— Estoy renunciando a ti — subo las escaleras, camino por el pasillo escuchando las suplicas de Noah —.

Entro a mi cuarto, me encierro en este. Jamás creí sentirme tan mejor que nunca, desde luego sabía que algo estaba bloqueando mi camino. Pude adivinarlo.

Todo este tiempo tenía una venda puesta en los ojos... Quizá no quería aceptar la realidad, mucho menos tener que comenzar a enamorarme de mi mejor amigo, de Wolfhard, mi idiota.

Me tiro a la cama. Enciendo mi celular. En pantalla de bloqueo está una foto de él y yo, sonriendo, abrazados con un fondo rojo.

Él ha estado peleando por mi, trata de recuperarme... ¿Por qué no pelear por él?