CAPITULO 16

1.3K 128 14
                                    

Mierda, Juan tenía razón en todo lo que le había dicho. Él ya había decidido que quería una relación con el alfa, al menos en su subconsciente. Tenía que ser sincero consigo mismo y dejar de esconderse. Ya les había hablado a sus padres de él y se lo había presentado a Rudy, las personas más importantes de su vida sabían de Juan y de los sentimientos de Oliver. Pero el que más necesitaba saberlos, la persona más importante no tenía ni idea.

Oliver agarró las llaves de la casa y salió corriendo, esperando poder verle antes de que se fuera a clase, merecía saber y no pasar todo el día con los nervios de esperar su respuesta. Sería de lo más cruel, sobre todo teniendo en cuenta que ya sabía que quería decirle.

—Juan, espera. Tengo algo que decirte. —Le alcanzó poco antes de llegar a la parada del bus, jadeaba por la carrera que se había pegado.

—¿Estás bien? vienes en pijama.

—Tengo algo importante que decirte.

—Claro, adelante.

—Mi respuesta.

—¿Me la vas a dar ahora, aquí?

—Sí.

—Mejor volvamos a casa. Esta conversación no la quiero en la calle y con todo el mundo mirándonos, bueno a ti, que estás en pijama y zapatillas. —Empujándolo con suavidad regresaron al edificio.

—Espera, tus clases.

—Esto es más importante, no te preocupes. Avisaré a un amigo para que tome apuntes y mañana me pase todo.

—Pero...

—Esto es más importante y yo nunca fallo, por un día no pasa nada.

Mientras subían en el ascensor, también avisó a su jefe de que faltaría al trabajo. Para bien o para mal hoy no podría hacerse cargo de sus responsabilidades, además que se merecían una conversación sin interrupciones.


Ya en el salón, Oliver se retorcía las manos, nervioso. No sabía cómo expresarse y decir todo al joven que le miraba con infinita paciencia. Parecía mentira que un escritor de éxito no encontrara las palabras, que le costara tanto dar voz a sus sentimientos.

—Yo ya había pensado todo esto, hace tiempo. Pero a ti no te había dicho nada y te he estado dañando. Lo siento mucho por ser tan egoísta. Aparte de Rudy, también a mis padres les hablé de ti y todo lo que nos ha pasado, tienen muchas ganas de conocerte.

—¿Qué me quieres decir con todo esto?

—Que quiero que seas mi novio, me gusta vivir contigo y quiero una relación de verdad.

—Lo dices por las necesidades de tu omega o realmente es lo que quieres tú.

—Yo... yo te extraño y tengo ganas de verte, disfruto de tu compañía, me gusta hacer cosas contigo. Quiero ser tu apoyo, quiero estar ahí cuando me necesites. Quiero ser un buen novio para ti, como sé que lo eres tú.

Juan se acercó al nervioso omega. Le abrazó y lo tomó entre sus brazos para besarle, para su sorpresa no tardó en sentir la juguetona lengua del omega, colándose en su boca y buscando la suya para acariciarla. Dejó que el beso durara un poco más y poco a poco le fue soltando.

—Dormiremos en la misma cama. Podré presentarte como mi omega.

—Sí, pero hay algo más que quiero pedirte.

—Adelante.

—No quiero ofenderte, espero que no te enfades.

—Dilo ya, no te preocupes.

No deseo amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora