Sin título

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Viernes 11 pm.

Las bombillas tiritaban, afuera una tormenta, con cada minuto que pasaba parecía como se molestaba aún más. Y ahí estaba yo, sola, en un cuarto, esperando que todo cesara, rogando que la tormenta se convirtiera en una tempestad que nunca antes ocurrió. Sola, encerrada, con un foco que apenas alumbraba el desolado cuarto.

Intento prender la tele para ver si hay heridos, pero en inútil, un cable había sido arrancado que ahora se azota por la persiana de la ventana, la que estaba justo al frente mio. 

Decido prender la radio,  aunque lo único que se logra escuchar es una estática. Llega un omento donde se apaga, la vuelvo a prender, se escuchaba como si alguien intentara hablar, una voz poco común, era tan lejana, como si lamentara de algo, un grito de pena, algo desesperado, como  un alma desolada.

Logro escuchar como si se dirigiera a mi.

- "No estas sola, pronto nos veremos". 

En ese momento, sentí un frió que me caló los huesos, cosa que nunca antes sentí. La lluvia seguía, el cable golpeteando mi ventana, con cada azote mas profundo y sonoro. La radio se apago y no la pude volver encender.

En un abrir y cerrar de ojos, todo ya era oscuro, busco mi celular, ilumino un poco a lo que llamo habitación. Voy en busca una vela y un cerrillo, cuando regreso, la radio ya no estaba en la mesita de luz, sino en el piso, con sus pilas fuera y desordenadas. Logro encender la vela y la deposito en el piso para que no se pueda inflamar.

Me recuesto sobre el respaldo de la cama, pienso, analizo, de como puede tener tanta resistencia a la vida. La cual me ha estado follando como nunca antes, resisto. 

Un hilo de sangre empieza a recorrer mi pierna, todo se torna oscuro, ya no hay rumbo, mi carne ya no era fuerte, el corazón se me torno de negro. Otra vez está pasando.


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⏰ Última actualización: Oct 13, 2019 ⏰

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seduce, luego destruyeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora