CAPÍTULO 44 INTENTANDO RESCATARLA

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Robert miraba impaciente por la ventanilla de la camioneta, había dejado que alguien más manejara para él, poder coordinar las acciones a seguir.

Ya había dado instrucciones, cada quien sabía cuál era su trabajo, ahora sólo le iban informando de lo que sucedía minuto a minuto.

Sabía que las dos camionetas usadas para llevarse a Lidia ya habían sido rodeadas con discreción por sus hombres, James ya le había informado cual era el lugar más apropiado para realizar el rescate, el tráfico estaba siendo monitoreado por James para evitar que gente inocente saliera lastimada, por suerte a esas horas y en ese lugar era escaso. En caso de que por cualquier circunstancia las cosas no se dieran y no pudieran llevarlo a cabo, James seguía trabajando para asegurar otro lugar, varios grupos de gente de Roberth ya se había adelantado lo suficiente a quienes llevaban a Lidia para ir preparando los escenarios posibles, todo eso lo hacían con ayuda de drones que les mostraba lo que había más adelante y lo que iba sucediendo por el camino, si algo tenía Roberth era que usaba la tecnología a su favor, y se apoyaba con expertos en cada área. Ahora solo esperaba no llegar demasiado tarde y poder arrebatarles con éxito a Lidia a esos hombres. Por alguna razón esto lo sentía muy personal, aunque en realidad no tenía nada que ver con él, pero de solo pensar lo angustiada que ella estaba y lo que estaría pasando su pecho se oprimía, no quería que nada malo le pasara.

A lo lejos divisó una casa, sabía que de haber parado ahí ya no estarían, aun así, envío a un grupo a revisar.

Momentos después recibía el reporte. Efectivamente habían hecho una parada, había un hombre muerto. Tenía con él sus documentos, era Leonel, cuñado de Santiago y Damián, no lo conocía personalmente, pero si había escuchado hablar de él.

_ Déjenlo y regresen. - ordenó, ya alguien lo encontraría y darían áviso a las autoridades.

*****
Roberth estaba alerta, el momento había llegado, tenía que poner sus cinco sentidos en esto, no se perdonaría si algo fallaba, lo ideal hubiese sido dejar que llegarán a su destino y aprovechar para echar mano de Alfonso, pero no quería arriesgar más la vida de Lidia. De cualquier forma, James ya tenía ubicado a Alfonso, a través de su celular, solo necesitaban saber si tenía con él a Laura y a Damián.

En estos momentos lo más importante era liberar a Lidia, ya había puesto en alerta a Justin, no sabía si tuviesen que necesitar de sus servicios, de momento venía en camino y si todo salía bien se encontrarían en algún punto de la carretera.

*****
Lidia permanecía sentada en el piso de la parte trasera de la camioneta cerrada, justo donde la habían dejado cuando la subieron, temía moverse, no quería molestarlos, menos después de que la golpearan sin misericordia cuando la sacaron de la casa y la despertaron de su desmayó para tomarle unas fotografías junto al cadáver de Leonel, asustada se había resistido, pero sólo logró despertar la ira del jefe y arremetió contra ella, ahora estaba ahí con el rostro hinchado, el labio partido y seguro tenía un ojo Morado, no podía verse pero sentía como dolía toda la parte derecha de su rostro, también había recibido golpes y puntapiés en otras partes del cuerpo cuando había caído tras el primer golpe. Probablemente ni siquiera pudiera sostenerse en pie cuando intentarán bajarla de la camioneta.

Estaba muy asustada y no pudo dejar de llorar, así se había de haber sentido Laura cuando la secuestraron, no podía creer aún que su esposo hubiera sido el orquestador de todo eso. Era un monstruo, sin embargo con ella siempre había sido bueno, aunque quisiera negarlo no podía, él la había amado, la había protegido y aunque no le había podido dar hijos, nunca le había reprochado, al contrario la animaba cuando ella se deprimía y se sentía inútil y vacía, siempre llegaba y la abrazaba, le decía palabras hermosas y le demostraba cuanto la quería y le repetía una y otra vez que no la quería por lo que pudiera darle, si no por lo que ella era y le decía que prefería mil veces tenerla a ella que a un hijo.

Estaba sumida en sus pensamientos, preguntándose temerosa cuál sería su fin, que haría Rigoberto Salas con ella y Si su esposo realmente era capaz de entregarla a ese hombre y si su hermana aun estaría con vida.

De pronto sintió como la camioneta frenaba de repente y ella prácticamente salía volando estampándose en la parte de adelante, al igual que los dos hombres que la acompañaban. Ella apenas empezaba a reaccionar intentando incorporarse cuando ellos ya estaban bajando con sus armas en las manos.

Ella se quedó paralizada, escuchando aterrorizada los disparos en el exterior, iba a ponerse de pie, pero las fuerzas le faltaban además de que él dolor era insoportable. Asustada decidió permanecer en la misma posición en el piso de la camioneta, no supo cuánto tiempo pasó, se escuchaban gritos y disparos, de pronto la puerta se abrió y sintió como era arrastrada hacia el exterior, ahí alcanzó a ver al jefe de los secuestradores esperándola.

El sin contemplaciones la tomo del pelo bajándola y jalándola hacia adelante de él obligándola a caminar, la estaba usando como escudo humano

Lo escuchó decir que le dejaran la vía libre o ella moriría. Luego la obligó a subir a la camioneta de adelante y arrancó a toda velocidad, no había dado tiempo a que nadie más subiera, era evidente que lo único que buscaba era salvar su vida.

Ella solo se abrazó a sí misma, no iba a intentar escapar, y aunque ya solo estaba él, e iba manejando, traía un arma consigo y ella no podía, no tenía las fuerzas suficientes para hacerle frente. Solo le quedó llorar de nuevo ya sin esperanzas. De todas formas, agradecía a Roberth, aunque no lo había visto sabía que ese intento de rescate se debía a él, él le había dicho que iba por ella, solo rogaba que estuviera bien y también sus hombres.

PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora