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MinGyu no recordaba la última vez que se divirtió de esa manera, la risas se alzaban a mitad de la noche en casa de MingHao, no podía creer que se había resistido a la invitación pero agradecía al beta por insistir tanto. A veces tenía ventajas que fuera un dolor de cabeza.

El anfitrión había invitado a varios omegas y betas de la manada ofreciéndoles bocadillos acompañados de una bebida de frutos fermentados que él mismo preparó un par de semanas atrás y que no tardó en alegrarlos con algunos sorbos. El ambiente no podía ser más agradable, era muy distinto a las fiestas que se hacían en el centro de la aldea donde todos tenían que ir en pareja o dispuestos a cortejar para cumplir con las fechas impuestas por sus ancestros.

Momentos como ese le hacían arrepentirse de haberse enfrascado en el trabajo para ignorar el vacío que lo consumía, alejándose incluso de aquellos que eran como él y cuyos lazos eran tan indispensables como la marca de un alfa, por eso los lobos vivían en manada, necesitaban conectarse no solo con la pareja y la familia sino con toda la comunidad. La estabilidad de un lobo se mantenía equilibrada gracias a la red de lazos que formaba con todo su pueblo.

Y esa noche, en medio de las bromas y las risas pudo sentir de nuevo el calor del grupo, los otros lobos comprendían el dolor que lo embargaba y se conectaban con el suyo para hacerle saber que estaría bien, que solo necesitaba permitirles llevarse a cada uno un poquito del frío que lo atormentaba para hacerle frente al invierno.

Las risas no cesaron hasta pasadas las tres de la mañana, cuando todos empezaron a retirarse, no sin antes prometerse que lo harían más seguido. MinGyu y MingHao los fueron despidiendo poco a poco, asegurándose que cada uno se encontrara con su alfa al final del sendero para que los escoltara de vuelta a casa.
En la actualidad, esto era más una costumbre que habían heredado de aquellos años en los que el peligro los acechaba incluso dentro de los muros del pueblo. Hoy solo era una cortesía, un pretexo para anticipar la llegada del omega y volver a estar juntos lo antes posible.

MinGyu se asomó por ventana obsevando a la última chica dando un par de saltitos antes de encontrarse con su pareja, éste tomó el pequeño rostro entre sus manos olfateandolo burlón antes de darle un pequeño beso en la nariz y retirarse de vuelta a su hogar.

ㅡ Y ella fue la última ㅡanunció el moreno levantando los restos de frutos secos que quedaron sobre la pequeña mesa.

ㅡ Ya deja eso ahí, te quedas a dormir ¿cierto? ㅡLos ojos castaños de MingHao se clavaron en el moreno más como una amenaza que como una invitaciónㅡ

ㅡ No, no. Jun va a matarme si sigo merodeando por aquí, suficiente con que lo echaras de la casa para meternos a todos ㅡse burlóㅡ

ㅡ ¿Crees que fui muy malo? Él ya sabe que me gusta que nos dejen solos cuando hacemos nuestras reuniones ㅡ

ㅡ Sólo sé que va venir a recuperar el tiempo perdido y que yo no quiero estar aquí cuando eso pase ㅡaseguró el más alto dirigiéndose a la puertaㅡ

ㅡ ¿Quieres que le pida que te acompañe a tu casa? ーMinGyu negó con la cabeza en respuesta, sabía que el beta lo hacía con buena intención, incluso en tiempos seguros como esos era mal visto que un omega vagara solo por la noche y antes de la pelea, era WonWoo quien lo acompañaba bajo el pretexto de cuidar de su mejor amigo. El simple pensamiento del alfa le hizo sentir una punzada en el pecho que no pasó desapercibida para su amigoー ¿Estás seguro?

ㅡ No, estaré bien, no te preocupes.

ㅡ ¿Te veo en la tarde? ㅡel moreno asintió colocándose el abrigo de pielㅡ cuídate, cariño.  ーse despidió el rubioー

* * * *

MinGyu avanzó por los senderos formados entre la nieve, el viento soplaba suavemente, susurrando entre los árboles que se erguian inmensos a su espalda y a pesar de la tranquilidad que prometía la noche, había cierta inquietud que le hacía titubear en cada paso que daba adelante.

Flores en invierno [ Meanie ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora