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Me habían dado de alta, también a mis guaguas preciosas, Javier y Zoe.

estábamos con mi pololi viendo Keeping Up With The Kardashians.

él sabe que es mi serie favorita, sillón, mi pololi, y yo.

estábamos playa, con las guaguas en las cunas, en el living.

hasta que tocaron el timbre repetidas veces.

-conchetumare, que paja. -me paré separándome del abrazo entre el Javier y yo, caminando hacia la cagá de puerta que estaba metros más allá.

y abrí.

mala idea.

mi mamá estaba en la puerta.

suspiré pasándome las manos por la cara en señal de cansancio, y miré su ropa.

-¿que tanto me miras? -preguntó.

-que ahora estás vestida más decentemente. -la webee, si volvía a ver a esta señora, hasta yo me cansaría de tanto webiarla.

-en cinco minutos llega el abogado. -se cruzó de brazos- ¿me vas a dejar pasar?

-¿debería?

-te conviene. -dijo, y sin mi consentimiento, pasó.

desubicada.

ah.

el Javier al verla se paró y la saludó.

si es un caballero.

pucha que me encanta este cabro, después de tanto por fin le puedo darle todo ese cariño que le tenía guardado.

ya, me emocioné.

-¿así que este es el papá? -dijo examinándolo de arriba a abajo, asentí y al ver que tocaron la puerta fuí a abrir.

abrí y un hombre de terno estaba con un maletín, lo hice pasar y le di un vaso de agua, y cuando todos estábamos sentados, habló.

-muy bien, expliquen qué pasa. -dijo el hombre.

-lo mismo digo ¿que pasa? -preguntó el Javier.

-lo que pasa, es que yo...-sus palabras se apagaron y todas la miraron, tosí y las vistas se dirigieron a mí.

-lo que pasa es que ella quiere quitarme a uno de mis hijos. -dije rodando los ojos.

al weon del Javier casi se le salen los ojos, al igual que a ese hombre.

-¿porqué? -se paró al toque poniéndose enfrente de las cunas más preocupado que la chucha.

no puedo más, este cabro es demasiado tierno.

pero ahora tenía que estar pendiente de otra cosa, los berrinches de esta otra vieja.

-¿y cuales son sus motivos? -me miró el hombre- ¿información para impedirlo?

-mi mamá interrumpio- es que...ella tiene diesicéis, igual que el niñito ese, y no trabajan, los mantiene su papá y no pueden pagarlo. -habló tan rápido como pudo, exagerando todo con los brazos, estaba desesperada.

-señora, -el hombre después de leer algunos papales habló- ella es la mamá, y por lo visto son casi recién nacidos, usted tampoco tiene el derecho...-lo interrumpí.

me acerqué a ella hasta quedar frente a frente.

-te diré solo una cosa. -ladeé la cabeza para que dejara de mirar el piso- tú, te fuiste cuando yo tenía nueve años, le robaste casi toda la plata a mi papá y te fuiste con un loco.

la miré con asco y seguí.

-y eso...es ilegal. -le di una sonrisa ladina y la volví a mirar, pero con una actitud algo serena- yo ya hice mi vida, con alguien que me quiere, después de micho tiempo estoy feliz. ¡yo ya tengo mi familia! ¡genial!, ahora tú debes hacer la tuya, deja de preocuparte por la vida de los demás y consíguete la tuya.

hice una pausa.

»no trates de destruir mi familia sólo porque la tuya no funcionó.

eso fue suficiente como para que se valla de mi casa.

Preñá de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora