Destiny estaba decidida a no dormir, lo que restaba de esas noches, llenas de lluvia, lugares inhóspitos y lúgubres. Harry quien parecía haber obtenido una gran obsesión con lo que se refería a las reliquias de la muerte, sabiendo que tenia el vago apoyo de su amiga, platicaba con ella en las tardes, sobre aquello.
Eso le ayudaba a distraerse. La fe de Harry en las reliquias y su deseo de encontrarlas lo consumía a tal punto que se sentía aislado de sus dos compañeros y de la obsesión de éstos por los Horrocruxes.
—¿Te atreves a acusarnos de obsesivos? —le espetó Hermione una noche con fiereza, cuando Harry cometió el error de emplear esa palabra después de que ella le recriminara el poco interés que mostraba por localizar los otros Horrocruxes—. ¡Los que estamos obsesionados no somos nosotros, Harry! ¡Nosotros sólo estamos haciendo lo que Dumbledore deseaba!
Pero a Harry no le afectó esa velada crítica, porque él estaba convencido de que Dumbledore había dejado el símbolo de las reliquias en el libro para que Hermione lo descifrara, y además había escondido la Piedra de la Resurrección en la snitch dorada.
«Ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida...», «señor de la muerte...» ¿Cómo era posible que ni Ron ni Hermione lo entendieran?
—«El último enemigo que será derrotado es la muerte» —citó Harry con serenidad.
—Suponía que era a Quien-tú-sabes a quien combatíamos —replicó Hermione, fulminaba a Destiny quien tenia la culpa de haberle dado cuerda al chico.
—Bueno, Hermione, el punto esta en que... en verdad eres un poco cerrada, y algo intolerante —dijo Destiny exasperada, porque resultaba que era su culpa—, pero respóndeme, si en algun momento, te dijese que vi a alguien hacer lo que yo hago, ¿me creerías?
—Por supuesto —responde sin pensarlo dos veces.
—Mentira, Hermione, te conozco lo suficiente, no me creerías, porque la raza Ruddian, no aparece en ningun libro de texto —proseguia Destiny, jugando con el caldo de verduras, que no se molestaba en probar—. Yo creere que existan, después de todo, a pesar de todo, la magia nunca deja de sorprenderme, así que, hasta que puedas demostrarme lo contrario.
A medida que pasaban las semanas, Hermione se mostraba ofendida por los comentarios de su amiga, y como tres de los cuatro, resultaban sin ganas de hablares, Ron se estaba haciendo cargo de la situación.
Quizá había decidido compensarlos por haberlos abandonado, o tal vez se le habían despertado sus latentes dotes de mando al ver la apatía en que se hallaba sumido Harry. El caso es que era Ron quien animaba e incitaba a la acción a sus dos amigos.
—Quedan tres Horrocruxes —decía una y otra vez—. ¡Vamos, necesitamos un plan de acción! ¿Dónde no hemos buscado todavía? Volvamos a repasarlo. El orfanato...
El callejón Diagon, Hogwarts, la mansión de los Ryddle, Borgin y Burkes, Albania... Ron y Hermione enumeraban sin cesar todos los lugares donde Tom Ryddle había vivido, trabajado o matado, o que había visitado; Destiny dejo de participar muy activamente; y Harry sólo se les unía para que Hermione dejara de darle la lata, pues habría preferido quedarse sentado solo y en silencio, intentando leerle el pensamiento a Voldemort para averiguar algo más sobre la Varita de Saúco. Pero Ron insistía en seguir viajando a sitios cada vez más inverosímiles, y Harry era consciente de que lo hacía únicamente para mantenerse en movimiento.
—Nunca se sabe —era la cantinela de Ron—. Upper Flagley es un pueblo de magos; a lo mejor pensó instalarse ahí. Vamos a echar un vistazo.
Durante esas frecuentes incursiones en territorios de magos, de vez en cuando veían bandas de Carroñeros.
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Destiny y las Reliquias de la Muerte [DEH#7]
Fiksi PenggemarHa llegado la hora final, el momento de tomar las decisiones más difíciles. Destiny esta segura de lo que tiene que hacer, consciente en que muchas vidas están en juego, emprende la búsqueda de los misteriosos Horrocruxes, al igual que localizar a m...