Dayron Khandaar.
Aquel nombre no paraba de resonar en mi cabeza. Aquel hombre. No le había visto en mi vida pero, en cambio, había soñado con él. Por lo que, mis pesadillas tendrían lugar en el futuro. En un futuro próximo. Un escalofrío me subió por la espalda. Estaba en el Gran Comedor degustando unos espaguetis a la boloñesa. Mi mente estaba en un lugar completamente diferente: en las mazmorras, con Dayron gritándome que huyera. Él comía en la mesa de los profesores al lado del profesor Gallagher, a veces miraba en mi dirección y yo bajaba la vista al plato. Me intimidaba. Viviane estaba la mar de entusiasmada por su llegada y preguntaba si no era ético que una alumna quisiera hacerle hijos a un profesor, mientras Odette se reía a carcajadas y Scorpius negaba con la cabeza. Albus estaba sentado a mi lado. No le había visto en toda la mañana, solo en Defensa Contra las Artes Oscuras, a la que asistíamos juntos, pero no había hablado con él. Comía en silencio y a veces me lanzaba miradas furtivas y luego seguía degustando la comida de su plato.
—Alissa —susurró en bajo.
—¿Hmmm?
—¿Estás bien?
Las manos me temblaban y se me erizó el bello de los brazos. Albus lo notó y con un movimiento rápido me dio la mano por debajo de la mesa. Me limité a volver la vista al plato temiendo haberme sonrojado. De repente sentí un aliento caliente en mi oreja, pero no podía ser Albus porque aún me agarraba de la mano con fuerza.
—Al parecer tú y Potter sí que estáis juntos —dijo la fanfarrona voz de Zachary Derrick—. Vaya, que desilusión, Hopkins. Espero que no se te olvide que hemos quedado este sábado.
Instantáneamente solté la mano de Albus y le lancé una mirada de odio a Berrick acompañado de un trozo de pan duro, este se dio la vuelta, esquivó el pan y caminó hasta su asiento.
—¡Púdrete, Derrick! —grité roja, pero no era de vergüenza si no de ira. Pero sonrió de forma triunfante y se sentó al lado de Wallace Flint. Albus me miraba sombrío y Parkinson, Black y Malfoy me miraban extrañados.
—¿Qué ha sido eso? —preguntó Odette.
—El idiota de Zachary Derrick, qué si no —dije malhumorada.
—En definitiva —dijo Scorpius—, Giselle me parece un nombre horrible para una niña de origen indio y escocés.
—¡Me da igual! Si eso la pondré Adishree de segundo nombre y que ella elija el que más la guste.
Y su conversación se volvió a centrar en Dayron Khandaar. Albus siguió mirándome sombrío, lo que me estaba incomodando terriblemente.
—Albus, me estás poniendo nerviosa —dije desplazándome al lado opuesto del banco.
—¿Qué te ha dicho Zachary?
—Nada importante. Ya sabes como es Derrick, siempre intenta desesperar a todo el mundo —intenté restarle importancia.
—Te has enfadado demasiado. Además —tomó aire—, tenías los nervios a flor de piel, cuando te ha hablado, por un momento he pensado que saltarías encima de él como un tigre y le arrancarías la cabeza con tus dos garras.
—No ha sido por lo que me ha dicho ese idiota, te lo aseguro.
—¿Ha sido porque te he cogido de la mano? Mira, he oído esos rumores, los de que tú y yo estamos juntos, pero no por ello quiero perderte y hacer que las cosas sean incómodas entre nosotros. Quiero a la Alissa de siempre, ¿vale? Además es una tontería. Qué piensen lo que quieran, ya deberías estar acostumbrada.
Aquello fue exactamente lo que le dije cuando nos conocimos. Que lo que los demás pensaran no tenía que afectarte en absoluto para seguir adelante. La opinión de Zachary apenas me importaba. Además, como les dije anoche a Dayana y a Prudence, somos amigos y vamos a seguir mostrándonos afecto el uno al otro.
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Sangre sucia
Fanfic¿Cómo es posible que una sangre sucia haya podido entrar en la casa Slytherin? Al principio las serpientes estaban indignadas, ¿cómo podía aquello ser posible? Pero luego con el paso de los años, Alissa Hopkins se convertiría en una de las alumnas m...