01: Divination

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Jungwoo sentía que su vida se había caído a pedazos. En una milésima de segundo, alguien le había arrebatado a Doyoung de su lado y su vida había cambiado para siempre.

Lo único que lo ayudaba a sobrevivir era el hecho de que la policía ya se encontraba investigando. Sus expectativas no habían sido particularmente altas, pero había tenido fe en el sistema de justicia; había creído que no descansarían hasta que dieran con el culpable de ese crimen tan atroz.

Estuvo muy equivocado.

La cantidad de evidencia que el criminal había dejado detrás era la necesaria para encontrarlo y encerrarlo de por vida, sin embargo, las autoridades ignoraron todos esos elementos, prácticamente desentendiéndose del caso de su esposo. "¡Hagan su maldito trabajo, maldita sea!" les gritó un día que llegó a la comisaría, luego de seis meses de espera y sin haber obtenido respuesta alguna.

Ver a ese joven desesperado y destruido por el asesinato de su pareja tendría que haber sido suficiente para que los detectives hicieran algo más que lo mínimo, pero no fue así. Tres años después, Jungwoo seguía sin recibir respuestas y Doyoung aún no obtenía justicia por lo que le habían hecho.

Lo más frustrante era que había ofrecido su ayuda para poder avanzar en el caso, ya que habría bastado con ir a la escena del crimen para que él pudiera adivinar quiénes habían estado detrás de todo eso, pero los policías se lo habían prohibido, excusándose con que era ilegal y que no podían poner su vida en riesgo.

Pero se había cansado de esperar. Si ellos no hacían algo al respecto, él se encargaría de servir justicia.


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La casa se veía aún más destrozada que la primera vez que había estado allí. Las ventanas estaban rotas, las paredes llenas de grafitis y uno de los muros de la segunda planta comenzaba a derrumbarse. Tenía manchas de humedad por todas partes, lo que significaba que por dentro seguramente estaría mucho peor. El césped del porche delantero estaba seco y la cinta amarilla policial que alguna vez había circulado el edificio entero, ahora estaba rota y se movía lentamente junto al viento.

Siempre se preguntó por qué el asesino había traído a Doyoung a ese hogar abandonado; una de las tantas respuestas que la policía no le supo dar.

Nunca había entrado, ya que los agentes no se lo habían permitido para no comprometer su seguridad al momento de rescatar a su esposo y, si era sincero, no le entusiasmaba mucho la idea de hacerlo ahora. Sólo estando frente a éste se podía sentir una vibra muy mala y pesada; incluso si no hubiera sabido que alguien había sido asesinado dentro de esas cuatro paredes, era evidente que algo horrible había pasado allí.

Por esa razón se había rehusado a visitar ese lugar, así como muchos otros donde era evidente que el mal reinaba, pero ahora estaba desesperado por obtener respuestas, o al menos con alguna pista que lo llevaría a descubrir al responsable y, si las autoridades no hacían nada al respecto, no le quedaba más opción que hacerlo él mismo.

Malleus Maleficarum ᵈᵒʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora