Capítulo único.

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Dedicated to chispasrojas

Taehyung se despertó algo exaltado esa mañana, creyó que se había dormido y llegaría tarde a clases. Sin embargo cuando miró el reloj, aún no había sonado su alarma.

Aliviado, decidió que estaría bien levantarse y desayunar con calma. La mañana era soleada y ventosa, propio de la primavera, y se prestaba para una larga ducha que con gusto se dió.

Terminó de preparar su cappuccino con leche justo al tiempo que un par de tostadas se asomaban por la tostadora, les untó mermelada y procedió a desayunar.

Posteriormente, junto a su taza sucia, también lavó dos manzanas y metió una en su morral. Tomó su teléfono celular que mantenía cargando, se puso los audífonos y salió de su pequeño apartamento.

Inspiró profundo el cálido aroma a flores y de inmediato pensó en aquella florería que tanto le gustaba. Hacía tiempo no pasaba por allí y le intrigaba mucho saber que tipos de flores les habían llegado últimamente.

Taehyung era un fiel amante de las flores, de pequeño le gustaban tanto que él sólo, había trabajado el cantero del porche de su casa, (que por lo general estaba lleno de yuyos) para llenarlo de una colorida variedad de flores que crecieron en perfectas condiciones.

Más tarde surgió, también gracias a las flores, su amor por el dibujo y su apego a aquel cuadernillo de hojas lisas que siempre lleva en su bolsillo. Y así fue como terminó cursando artes en el instituto, e independizandose.

Había sido un paso muy grande y difícil puesto que se vió obligado a darlo tempranamente y sin esperarlo. Fué cuando expresó a sus padres sus intenciones de tomar la orientación artística, que todo se complicó, pues se opusieron a ello insistiendo que era un chico brillante y debía aprovechar sus dotes de cerebrito para traer dinero a la familia.

Desde siempre habían vivido con lo justo y necesario, pero jamás imaginó que sus propios padres pusieran tanto peso sobre sus hombros. Era demasiada responsabilidad para un adolescente soñador como lo era Taehyung.

Tae era un amante de la naturaleza y sus colores, y así como era consciente de que lo natural era suprimido constantemente por lo artificial, le gustaba plasmar todo aquello tan bonito en sus dibujos y fotos. Uno de sus planes a futuro era tener su propio invernadero.

Pero a pesar de explicar sus apasionados planes, su papá seguía insistiendo en que debería ser arquitecto, ingeniero o algo que le diera dinero. Esto hizo que Taehyung se descepcionara de su familia y se negara, por primera vez en su vida, a seguir una orden directa por parte de ellos. Su padre alegó que mientras viva bajo su techo debía hacer lo que él diga, y desde esa noche Taehyung se fué de la casa con sus pertenencias más preciadas y sus ahorros en una mochila.

Hoy, tenía su propio apartamento con las paredes decoradas con hiedras mameluco, pasionaria y otras plantas trepadoras. Pintarlas había llevado tiempo pero definitivamente había valido la pena ya que, además de lucir encantadoras, sacó la nota más alta de su clase al exponerlas como su proyecto de mediados de año.

Dió un mordisco a su manzana y dos cuadras antes divisó la florería. Una sonrisa iluminó su rostro expresando notablemente su felicidad, y cayó en la cuenta de que realmente había echado de menos pasar por allí, pero el periodo de exámenes le había mantenido ocupado las semanas anteriores y le había resultado imposible visitar su lugar favorito.

Llegando por la acera del frente vió el local y quedó totalmente maravillado. Había cambiado por completo y en el buen sentido. El toldo que antes era verde oscuro, ahora era de un bonito y llamativo púrpura, las paredes ya no eran de aquel celeste gastado, si no que había sido revestida de unas delicadas baldosas amarillas pastel.

La Orquídea Púrpura [KookV OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora