❝Human❞ ➳ ᵞᵒᵒᵑᵐᶥᵑ

Human

Hace un largo tiempo los vampiros habían comenzado a convivir a gusto con los seres humanos; iban a las misma escuelas, tenían sus propias familias sin ser juzgados y lo más sorprendente era el hecho de que ellos mismos se ofrecían para ser mordidos, por el simple rumor de que supuestamente era una sensación muy satisfactoria, contrario a lo que antes se pensaba; qué causaba dolor e incomodidad.

Poco a poco muchos más humanos quisieron ser ofrenda para lograr alimentar a algún vampiro, muchos lográndolo, aunque no todo tuvieron esa suerte. Después de tanto tiempo sin querer lastimar a los humanos, varios vampiros se acostumbraron a alimentarse de las bolsas de plasma que llegaban a sus tierras, era por eso que la gran mayoría no solía tener algún gusto a beber del cuello del alguna persona.

Eso en la actualidad, había cambiado en gran mayoría.

La raza de los vampiros tenía la creencia de que ellos no podían enlazarse con los mismísimos humanos, en su pensamiento creían que sólo iban a encontrar a su compañero en otro vampiro aunque eso tardará décadas. Así que cuando se encontraban con algún humano y sentía una gran atracción y deseo de poseer y beber, pensaban que estaban volviéndose locos al sentir lo que supuestamente era sensaciones que sólo lograría sentir con su compañero y sólo lo dejaban pasar.

Eso hasta que una joven doncella sintió la misma atracción hacía un vampiro de la realeza, la atracción fue tan grande que ella hizo lo imaginable por estar con él, cuando lo logró no supo como demostrarle al chico lo estaba sintiendo por él, porque era muda. Por ello le mostró su cuello para que tomará de ella, pero este se había negado rotundamente, la doncella frustrada tomó la navaja que traía en su bolsillo y raspó su delgado brazo con ella, haciendo que la sangre empezará a fluir fuera atrayendo con su olor al vampiro. Siguiendo sus instintos que le decían que tomará, él lo hizo, lamiendo la herida y con ella la sangre, en toda su vida nunca había disgustado algo tan delicioso como la sangre de aquella doncella.

Días después, no se habían vuelto a ver, el vampiro la alejó completamente de él, ella triste y sola siguió sus ordenes y no volvió a buscarlo. Tiempo después, él estaba muriendo sin poder tomar sangre de ningún lado, ya que terminaba por vomitarlo, débil y cansado fue hacía los vampiros más viejos y sabios en busca de ayuda, ellos sorprendidos y exaltados le dicen que ha encontrado a su compañero y por ello su cuerpo rechaza cualquier otra sangre que no fuera la de su elegida. Cayendo en cuenta, buscó a aquella doncella y la llevó consigno al reino, donde enlazaron sus almas por la eternidad.

Muchos estuvieron en contra diciendo que era imposible que aquello sucediera pero otros decían haber sentido a su compañero también en otros humanos, triste al saber que perdieron la oportunidad de quedarse con su compañero y formar una vida juntos.

Décadas después muchos vampiros buscaban a sus compañeros entre los donantes que solían ofrecerse día a día, unos con más suerte que otros lo encontraban.

Park Jimin era un aún joven vampiro de apenas ciento dieciséis años, hijo menor de la realeza, pequeño y travieso, era el más consentido entre su familia. E igual que muchos jóvenes solía escaparse del reino para ir en busca de su compañero entre los donantes, el cual al paso de algunos meses de escaparse logro encontrar a las afueras del distrito de donantes. No debía tener más de dieciocho años, su cabello negro noche cubrir sus cejas, sus labios eran delgados y se veían dulces como la miel, su piel era tan pálida que Jimin se llegó a preguntar si él era un humano realmente.

Casi como todos los vampiros de sangre real llegaban a desarrollar alguna habilidad, Jimin había tenía la pequeña habilidad de adormecer a la gente, ya fuera humanos o vampiros. Sigilosamente se acercó por detrás al chico, suavemente tocó su hombro y cuando este lo miró, la mirada café del humano y la azulada propia hicieron contacto, Jimin sintió su sed de sangre elevarse, sus colmillos picaron su labio y las ganas de llevarse al chico con él lo inundaron.