Prólogo

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¿Como sabes que estas vivo cuando la gente común te conoce como un no muerto?...como un espectro que vive en la noche y se alimenta de la misma vida, tan solo por una vez quisiera disfrutar de los rayos del sol en una tarde de verano, quisiera saber cómo sabe la fruta fresca que cae de los árboles, ¿será tan dulce come he escuchado decir a los humanos?, si tan solo pudiera  una sola  vez.

Al despertar de mi sueño provocado por la inanición, sentía de nuevo mi carne ardiendo sobre mis huesos mientras la sangre recorría una de mis sienes, parece que a mi padre se le paso la mano esta vez al tratar por enésima ocasión que aceptara mi naturaleza depredadora, era una "decepción" para el clan, me lo repetía una y otra vez mientras intentaba que bebiera la sangre de una mujer que había capturado a la mitad de su jornada en el campo cerca del crepúsculo, su rostro estaba completamente trastornado por el terror y su piel cubierta de tierra y raspones que exponían un poco del vital líquido que mostraba el indicio de que fue arrastrada por mi padre sin piedad lastimando su frágil cuerpo y exponiendo la debilidad de los seres humanos, era inevitable que mi olfato sobrehumano y la sed que me había estado torturando por días comenzaran a mermar mi estabilidad.

_ ¿¡Tu hambre se está haciendo aún más insoportable no es cierto!?, mírala... es tan joven, su sangre seguramente es extremadamente dulce, capaz de regresarle la vitalidad a un vampiro moribundo como tú, yo mismo estoy comenzando a estar sediento_

El rostro de mi padre mostraba lo abominable de nuestra estirpe, los colmillos filosos que se ocultaban en su dentadura se asomaban ante el terror de la joven, tomo su mano con fuerza y perforo de un solo movimiento la arteria cubital de su muñeca, la sangre goteaba a la par de su ritmo cardíaco, brillante de un color rojo escarlata, mientras los gritos de la mujer inundaban la atmósfera suplicando por su vida.

_ ¡¡Por favor ayúdame!!... ¡tengo tanto miedo, no quiero morir! _

Su llanto intoxicaba mis oídos suplicante y lleno de desesperación, odiaba el efecto que me provocaba, quería beberla hasta la última gota  y a su vez que dejara de llorar, ¡me estaban enloqueciendo sus sollozos!... mientras la sangre aun seguía goteando de su muñeca sin poder detenerse.

En esos momentos yo era un vampiro joven incapaz de controlar mis instintos y la sed estaba volviéndome loco convirtiéndome en el monstruo que quería evitar, la transformación estaba ocurriendo y mis ojos se tornaban brillantes y sanguinarios deseosos de probar la sangre joven de la presa que mi padre había capturado para mí, ya no podía controlarlo por mas tiempo mientras mis colmillos filosos se exponían para beber sin ninguna piedad, mi padre lo había conseguido, en pocos segundos estaba bebiendo  el glorioso elixir que comenzaba a inundar mi garganta y mi cuerpo en pocos segundos, sentía que las fuerzas regresaban mientras drenaba por completo la vida de mi víctima, no podía evitar el placer que sentía cada vez que la succionaba, la tomaba con ferocidad y desesperación por el hambre que olvidaba mi fuerza sobrehumana le partí cada uno de los frágiles huesos de su cuello por mi voraz apetito, sentía como se rompían uno por uno y la luz de su rostro se iba extinguiendo, aun con su último aliento seguía suplicando piedad, podía leerlo en sus labios pálidos y secos, aferrándose a la poca vida que le quedaba, jamás podre olvidar esos ojos color café que hablaban por ella ya que su voz se había apagado por lo atroz de mi mordida, hasta que finalmente su débil cuerpo no pudo más y su vida se extinguió...su cuerpo vacío y sin alma cayó al suelo en seco con el cuello deforme y las ultimas gotas de sangre saliendo de las heridas provocadas por los colmillos de mi padre y los míos.

_ ¿¡Sabe bien no es cierto!?, la sangre de una joven mujer es el mayor placer para los depredadores como nosotros, ¿quieres mas no es cierto?... ¡¡dime que quieres más!!_

_ ¡¡Quiero más...quiero más!! _

Grite con desesperación y cayendo de rodillas en el piso con el rostro cubierto de la deliciosa sangre de aquella chica que había servido como mi alimento, no sabía si este tipo de emociones eran parte de nuestra naturaleza, pero sentía culpa y dolor, era un asesino y lloraba de rabia al saber que jamás podría cambiar mi naturaleza, en ese momento odiaba mi existencia y odiaba mi instinto.

_ ¿¡Acaso crees que podías ganarme!?, ¡a mí que he vivido por siglos!... ¿Cuándo entenderás la naturaleza de tu estirpe y aceptaras tu instinto asesino?, eres especial Min Yoongi, un vampiro que tiene remordimientos cuando se alimenta _

_ ¿Y cuándo aceptaras tú que somos monstruos y que debemos desaparecer de la faz de la tierra?, ¡no coexistimos de manera natural!, somos engendros que no respetamos a nada ni a nadie... ¡¡mírame, mate a una indefensa mujer!!_

_ ¡Te alimentaste!, saciaste la sed que te estaba enloqueciendo y ahora tienes fuerza y vitalidad para destrozar a mil hombres si quisieras, eres de la realeza...y la realeza domina, controla y enorgullece a su estirpe, tienes que comprender que si tu no ocupas mi lugar como el príncipe que eres, nuestro clan desparecerá y con ello será el fin _

_ ¡A mí no me importa ni tu imperio ni un clan de asesinos! _

_ ¿¡Entonces piensas dejarnos morir y que Jimin asuma el control!?, si crees que yo soy un monstruo aun no conoces la verdadera maldad_

_ ¡¡Jimin y tú se pueden ir a la mierda!!_

Aún recuerdo después de cientos de años el dolor que sentía cuando mi padre me sujetaba por el cuello levantándome con todo su poder del suelo, su cara reflejaba la maldad más pura, podía aterrorizar hasta al más valiente de los vampiros, su mano ejercía cada vez más una presión sobrehumana sobre mi cuello encajando sobre mi piel sus largas y afiladas uñas tanto como sus colmillos, el respirar se hacía cada vez más difícil, mientras que con la otra mano laceraba mi cuerpo provocándome un dolor que casi era imposible describir, lo sentía hasta la última visera mientras que su rostro se regocijaba con mi sufrimiento. Después dejarme casi moribundo en medio de la fría noche con las pocas fuerzas que me quedaban sepulte el cuerpo de aquella mujer que había muerto tan cruelmente o más bien no quería seguir torturándome con la evidencia de lo sanguinario que podía ser, esa fue la última noche que vi a mi padre, desaparecí ocultándome por cientos de años y renegando de mi existencia.

Como un ser maldito desde su nacimiento mi vida transcurría en medio de la noche esperando que algún día mi tortura terminara, era una condenación vivir tantos años y sufrir esta desquiciante sed que aminoraba con los animales del campo, serpientes y alimañas que también eran una abominación al igual que yo, mientras la tierra evolucionaba. Solo quería vivir en paz, solo quería vivir como cualquier ente natural de esta tierra, pero para alguien como yo el solo querer paz era una tarea muy difícil cuando comienza a aparecer las sed.

TransfusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora