Capítulo 15

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—¿Estás insinuando que tú me gustas? —pregunto enarcando la ceja, mientras sonrío y me muerdo delicadamente el labio.

—¿Quién habló de insinuar? —pregunta él, y simula que está pensando, cuando se rasca la barbilla mirando hacía arriba.

—Bueno, ¿y qué hay de malo con que me gustes? —le pregunto cruzada de brazos, expectante a su respuesta. Dios, ¿a qué estoy jugando? Le estoy diciendo que me gusta deliberadamente, ¿y si me rechaza? Vamos no creo que sea el tipo de chica de Allek, Jade me mostró algunas fotos de Darlene, la ex de Allek, y es una de esas típicas chicas de instagram que parecen irreales. ¿Y Yo?Bueno, no me considero fea, pero tampoco linda a ese punto. Tengo mi risa rara, espinillas que se presentan cada vez que llega andres, mi cintura no es de infarto y tengo una que otra estría en mis muslos. Odio compararme con las demás chicas, pero tampoco puedo evitarlo, así que debido a mi inseguridad, le agrego— Si me gustaras, hipotéticamente. 

—Pues no estaría mal. Si así fuera el caso, hipotéticamente —me dice Allek y deja de sonreír. Deja de mirarme, y concentra su vista hacía delante, donde está la cancha de fútbol. 

Él se queda en silencio, y yo no sé qué decirle respecto a su respuesta. Así que hago un brusco cambio de tema. 

—¿Y cuántos puntos te dieron? —le digo refiriéndome a su herida. Mi interacción humana va de mal, a peor.  

—Siete —responde Allek, sin dejar de mirar al frente—. Al principio claro, me corté con unos cristales. 

—¿Con unos cristales? ¿Cómo paso? —pregunto preocupada. Dios, será que Ricardo le aventó algo hecho de cristal en el hombro. 

—Pues cuando Ricardo le disparo al cristal de la camioneta...

¿Dijo disparo? 

—Dios mío, ¿tenía una pistola? —le pregunto interrumpiéndolo. 

—Heather, Dios mío, me haces más preguntas que la policía que me interrogo —dice Allek, y abandona su postura seria, para soltar una pequeña risa. 

—Bueno, es que me estás contando que casi te disparan, obligatoriamente me debo preocupar, Allek. 

—¿Por qué? —me pregunta Allek, y está vez deja de mirar hacía adelante para sentarse derecho y mirarme fijamente. 

¿Que por qué me preocupa? 

Pues, ¿por qué no me debería preocupar? Si él me importa. 

—Porque me importas —le respondo, rápidamente para que no tome muy en cuenta mis palabras. 

—¿Y por qué te importo? —responde cada vez más interesado en la conversación. 

Ahora soy yo quien desvía su vista. Allek me quiere sacar algo, pero no lo va a lograr. 

—Dios mío, Allek. Haces más preguntas que la policía que te interrogo —le digo utilizando su misma escapatoria. Y llevo mi vista hasta mis uñas, por alguna razón me parecía más conveniente quedarme mirando mis uñas, que ver los atentos ojos de Allek, estos tenían algo, que cuando me observaban hacía que me ponga nerviosa. 

—Heather, si tienes algo que decirme, dilo.

¿Por qué Allek puede ser tan persuasivo? Podría ser detective.

Estoy segura de que él ya se empieza a imaginar que le gusto, ¿qué hago? ¿Se lo digo, o me lo guardo? Si se lo digo existe la posibilidad de que me rechace, y me rompa el corazón. Pero, ¿y si me lo guardo? ¿Estaría bien que me quedé con este sentimiento para mí sola? Tal vez él sienta algo parecido..., mierda, no me puedo quedar con la duda. ¡A la caca el rechazo! Le diré lo que siento. 

¿Destino o casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora