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Hola amores. 🥀
Perdonad por la tardanza del nuevo capítulo. Pero como ya os comenté, no voy a ser tan frecuente.
A pesar de todo quiero agradecer de corazón a aquellos que me apoyais y seguís mi historia con ganas.
Os quiero.

- ¿Si? - contesto dubitativa.

- ¿Eres Laia? - dice una voz que parecía de mujer al otro lado.

- Si soy yo, ¿quien es? - le respondo.

- Hemos encontrado un móvil, y no sabemos muy bien de quien es... Pero este era el último número que había marcado. ¿Sabrías de quién puede ser? -.

- Creo que si. Posiblemente sea de mi madre, tengo una llamada perdida suya. ¿Dónde lo habéis encontrado? - era la única persona que me había llamado en ese día, así que tenía que ser de ella.

- En un banco en la calle Navas - me dice.

- Pues no se la verdad, en cuanto ella llegué aquí llamo a este número y nos ponemos en contacto para recuperarlo - digo - y de verdad que muchas gracias, porque no cualquiera devuelve estas cosas -.

Acabamos la conversación y yo empecé a pensar si me cuadraba que mi madre podía haber perdido el móvil por esa zona. Decidí que lo mejor era esperar a que volviera y aclararlo con ella, así que continué con mis tareas.

Fregué los platos y me dirigí a la habitación, me apetecía molestar un poco a mi hermana hacía tiempo que no estábamos un rato juntas.

- Hola Julsi pulsi - le digo sonriente.

-¿Que quieres pesada?- me responde cortante.

- ¿No me puede apetecer estar contigo o que pasa? - le digo tumbandome en la cama.

- Bueno, te perdono entonces... Pero solo si me prometes que este finde puedo dormir contigo - me dice intentando ponerme carita de pena.

- Te lo voy a permitir, pero no creas que es por tu cara - le digo riéndome - lo haces fatal -.

- Me vas a contar algo interesante, hace tiempo que se poco de tu vida aunque vivimos juntas - continuo poniéndome un poco más seria.

- Pues quitando que estoy de exámenes y un poco agobiada me va bien todo -.

En ese momento mi teléfono vuelve a sonar, de nuevo un número desconocido.

- ¿Hola? - digo descolgando.

- Hola Laia - enseguida reconozco la voz - he perdido el móvil y no podía llamarte - dice mi madre.

- Hola mamá, no te preocupes lo sé - le digo intentando tranquilizarla - me han llamado que lo han encontrado-.

- Que bien, menos mal - dice más calmada - bueno yo hoy llegaré un poco más tarde, si quieres prepara comida para ti y tu hermana y coméis-.

- Vale, ¿quieres algo tu? - sabía que no me lo decía pero le sentaba mal que no hiciera nada para ella, pero es que era muy especial para las comidas.

- No no, haz pasta para vosotras que es rápido y yo ya comeré - me dice.

- ¿Estas segura? - le insisto.

- Si si, luego nos vemos- me responde.

Nos despedimos y cuelgo el teléfono.

- Bueno, ¿tienes alguna preferencia de pasta Juls? - le pregunto a mi hermana.

- Me da igual Laia, siempre te sale bien - me dice sonriente.

- Esperemos que así siga siendo, cualquier cosa estoy en la cocina - le digo marchándome.

Una vez termine de hacer la comida, me puse a poner los platos en la mesa. En ese momento volví a escuchar las llaves abriendo la puerta. Esta vez si era mi madre.

- Hola chicas, al fin he llegado... - dice cerrando la puerta - menudo día llevo...

- ¿Que ha pasado? - pregunto con curiosidad.

- He ido a limpiar el portal del edificio que limpio en la calle Colón, y he empezado bien el día - empieza contando - hasta que un vecino que conozco ha salido.

El hombre, es mayor y me ha pedido que si podía ayudarle a traer unas bolsas del supermercado, que está en la calle de al lado - continua - total, que al ser conocido le he dicho que sin problema.

- Le he dicho que cuando acabara los cristales me acercaba, porqué tampoco podía dejar de lado mi trabajo -.

Resumiendo, que cuando he ido para allá y me he sentado en un banco porque el hombre no había salido - no la interrumpí, pero ya entendía donde había perdido el móvil - y esperando me ha visto uno de mis jefes y me ha pedido que habláramos al acabar mi turno.

- He ayudado al hombre y he vuelto a mi trabajo, entonces me he dado cuenta que no tenía el móvil cuando he querido avisaros - termina.

- Bueno, por lo menos sabemos que tu móvil está en buenas manos - contesta mi hermana.

- ¿Pero que te ha dicho el jefe? - pregunto yo.

- Que tenía que tomarme más enserio los horarios y que este fin de semana necesita a alguien para que limpie una casa grande, y que había pensado en mi - resume - así que en parte bien porque nos hace falta el dinero -.

Termina de hablar mientras yo acabo de poner la mesa.

- Nosotras íbamos a comer ya, ¿tu que vas a hacer? - le pregunto

- ¿No me has hecho nada? - me mira.

- Mamá, si me habías dicho que no y te he preguntado... - digo resignada porque siempre hacía lo mismo.

- Pues que poco piensas en mi - me reprocha - comed comed, ya me apaño yo.

Mi hermana y yo comemos, recogemos las cosas y luego me dirijo a la habitación con la intención de encender el portátil y empezar a buscar un trabajo, de alguna forma tenía que pagarle a Adam la reparación de la moto.

Encuentro un par de ofertas, la mayoría eran del mismo estilo. Camarera, cuidadora de niños, repartidora... Me inscribo en tres de ellas, una era de camarera en una pizzeria cercana, otra era para cuidar a unos mellizos de cinco años y la ultima era de dependienta en una tienda. En esa última no era yo muy afín a los requisitos, así que tenía poca esperanza.

Tras acabar, como tenía el ordenador encendido decido meterme desde ahí a WhatsApp. No me apetecía buscar mi móvil. Como siempre tenía mensajes sin leer de hace bastante tiempo, pero el más reciente era de Pe.

"Laia, deberías contestar a Mocceti. Es muy insistente y te está buscando." decía el primer mensaje.

Pensé que quizás me había vuelto a escribir por mensaje directo en Instagram, pero no había prestado atención al móvil.

"No le he querido dar tu número, pero me ha pedido que te pasara el suyo"

Tras esto había un contacto adjunto con el número de teléfono de Adam. Lo guardé, pero no tenía intención de escribirle por el momento.

Hasta aquí por el momento, no os olvidéis de votar y dejarme vuestros comentarios. Os estaré leyendo. 💙


Entre rosas y espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora