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El Hada que se perdió en el bosque.

Perdida en un misterioso bosque, el cual está iluminado por las hojas de los árboles. Sus alas cerraron y Mina cae suavemente sobre las hojas recolectadas que habían caído de los árboles. Por suerte no le pasa nada, ya que su vestido blanco la protege, pero lo ha ensuciado un poco, ella sacude su ropa y continúa caminando, dispuesta a llegar a donde ella.
Necesita encontrar ese lugar y reencontrarse nuevamente, pero, su intento de aprenderse el camino, había fallado otra vez, se sentía un poco torpe y olvidadiza.

—Mi nombre es Son Chaeyoung, estoy atrapada aquí desde hace siglos, con la esperanza de que un ser mágico me encuentre.—Mina recuerda las palabras de la mujer.

—Yo puedo ayudarte a salir de aquí.—le dice ella.

—Pero, no puedo ir contigo, no pertenezco a tu mundo.

—Claro que puedes...—intenta meter su mano dentro de la cápsula, pero no pudo, lo único que ocasionó su acción, fue que la cápsula se convirtiera en cristal haciéndose más fuerte.

—No eres el ser mágico elegido.—dicho esto Mina se siente un poco triste al saber que no puede ayudarla.

Primera visita

Chaeyoung siente la presencia de alguien cerca de su territorio, se levanta de la silla y camina hacia el cristal, la cápsula va mostrando el exterior del bosque poco a poco.

Sus ojos miran fijamente a la hermosa hada, que hace días había venido por el simple hecho de que se perdió y de la nada el destino las está uniendo.

Ambas se sonríen y se mantienen mirándose fijamente.

—Pensé que nunca volverías.—le dice Chaeyoung.

—De alguna manera escuché tu voz y sabía que me necesitabas.—Mina le regala una sonrisa.—Quiero ser yo el ser mágico que te rescate.

—¿Como harás eso posible?—le pregunta.

Segunda visita

Habían pasado varios días y Chaeyoung comienza a extrañar a su nueva amiga. Ahora que lo recuerda jamás le preguntó por su nombre. Se siente un poco frustrada al saber que el único ser mágico que la había encontrado, tal vez no volvería y jamás conoció nada acerca de ella.

Chaeyoung de repente sobresalta de la silla, no podía creerlo, ella está ahí golpeando el cristal, con sus delicados dedos, tratando de llamar la atención de la pequeña distraída.

—Pensé que ya te habías rendido.—dice Chaeyoung mientras se acerca al cristal de la cápsula que la separa de Mina.

—¿Por qué habrás pensando eso?–pregunta el hada y ella se queda en silencio.—¿Cómo llegaste hasta aquí?

—Soy la reina Duende.—responde Chaeyoung.

—Eso explica lo de tu estatura y porque llevas tacones demasiados altos.—bromea Mina.

—Nací para estar aquí mi querida hada, es mejor que te vayas y no vuelvas, de alguna manera nunca encajaré en tu mundo.—le duele decirlo, pero no quería que el hada se sintiera presionada en verle casi todo el tiempo.

—Llámame Mina, por favor...—aclara ella.—y quiero quedarme junto a ti.—le responde.

—El bosque es muy peligroso para una hada tan hermosa como tú, ¿como podré defenderte?

—Estaba totalmente perdida y asustada mientras caminaba sin rumbo y la primera vez que te encontré, me sentí protegida, Chaeyoung.—le responde Mina y nuevamente le sonríe.

Tercera visita

—¿Eres un hada de verdad? ¿Por qué nunca me has mostrado tus alas?—pregunta Chaeyoung.

—Nunca me has dicho que querías verlas, no pensé que te llamaba la atención.

—Todo de ti me llama la atención, querida Hada.

—¡Dime Mina, por favor!—rueda sus ojos.

—Mina, todo de ti me llama la atención.—dice manteniendo la mirada en los ojos de ella.

—También tú me llamas la atención, ¿cómo llegaste aquí?—pregunta nuevamente, Chaeyoung se puso un poco nerviosa, pero decide hablarlo:

—Soy un duende, quien a sido maldecida por la Reina de las hadas.—responde ella.

Mina mantuvo silencio por varios segundo y agacha su cabeza.

—Debo mantenerme aquí, todo mi vida.—continua diciendo.

—Yo...

—Lo sé, no todas las hadas son así. ¡Tú eres especial! ¡Me haces sentir especial!

Cuarta visita

Mina acerca su mano en el cristal y mira a la pequeña Chaeyoung.

—No puedo sentir tus cálidas manos y no acepto el hecho de que esto es lo más cerca que estaremos una a la otra.—Chaeyoung coloca su mano sobre la de Mina, estaba frustrada al no sentir la calidez de la mano, por culpa del cristal, siente unas ganas de destrozarlo, y saltar a los brazos de Mina e huir con ella. ¿Todo eso sería posible?

—A medida de que te veo, siento algo inexplicable.—habla Chaeyoung.

—Es lo mismo que yo siento y por esa razón, no acepto el hecho de alejarme de ti, Chaeyoung.

¿Última visita?

—Debes alejarte de ella, le harás daños. Debes alejarte de ella, le harás daño, le harás daño, le harás daño.—Chaeyoung se levanta de golpe cuando escuchaba las voces en su cabeza.—¡Mina!—grita.—Debo protegerla, debo protegerla.—comienza a caminar alrededor de la capsula.

Se acerca al cristal dejando a su vista el bosque.

—El bosque no es peligroso para ella, yo soy un peligro para ella.

"...la primera vez que te encontré, me sentí protegida." Recuerda las hermosas palabras del hada Mina.

Chaeyoung se desvela durante sus horas de descanso, su mirada seguía fija en el techo. ¿Cómo podría reconciliar el sueño luego de aquella pesadilla? ¿Por qué debía alejarse de Mina?

Tal vez se deba a su maldición, su destino era vivir encerrada, sus esperanzas de ver el exterior son escasas y se están desvaneciendo.

—Por el bien de la única persona que me encontró y la que he comenzado a querer...—dice un poco triste.—decido que ella no debe volver.

El esplendor de las luces de la cápsula, las cuáles hacen recordar a Chaeyoung que Mina se acerca. Ella se levanta de su asiento y cuidadosamente se acerca al cristal.

—He venido a rescatarte.—Mina le regalo una sonrisa, la última vez que Chaeyoung la vería sonreír.

—No, yo soy quien viene a rescatarte.—Mina apaga su sonrisa y la mira un poco confundida. —Mina sal del bosque y aléjate de mí por favor.—dice Chaeyoung con lágrimas en los ojos.

El hada que algún día se perdió en el bosque, el hada que pronto se convertirá en reina, cuyo objetivo es rescatar a Chaeyoung de aquel infeliz lugar y recolectar toda la vibra de la buena magia, para liberarla de la maldición, jamás se rindió. Todos los días la visitaba sin que ella se diera cuenta, por alguna razón presentía que ellas podrían terminar juntas, pero Chaeyoung jamás lo creerá así, sabía que todo está perdido, desde la primera vez en la que unieron sus manos entre medio del cristal.

—Algún día te liberaré de allí, mi querida Chaeyoung.—dice ella mientras la observaba a escondidas.

—Lo que seas que esté planeando, no funcionará, saldrás herida.—contesta Chaeyoung mientras observa a Mina disimuladamente.

FIN

El Hada que se perdió en el bosque | MiChaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora