El ser humano posee una de las cosas más frágiles del mundo, la mente. Esta en ocasiones llega a ser más frágil que un simple cristal.
¿Cuánto hay que dañar a una persona para quebrarla?
"La humanidad puede lastimarte, pero el silencio puede ser mor...
Me desperté temprano para seguir mi rutina de todas las mañanas, tomar mi café era esencial para finalmente salir de la casa y esperar el autobús. Últimamente los días eran fríos y nublados, la temporada de lluvias había comenzado, cosa que realmente me agradaba, de alguna manera me hacía sentir paz y tranquilidad.
Una vez que abordé el bus' lo miré por primera vez en el ciclo escolar, se encontraba sentado al final del pasillo mirando las gotas de agua que comenzaban a deslizarse por el cristal.
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Caminé con la intención de sentarme a su lado pero, no lo hice, por alguna razón no podía, me detuve en seco a tres asientos de su sitio y me senté, coloqué mis audífonos dedicándome a mirarlo de reojo en el trayecto a la escuela. No sé como explicarlo pero no podía quitar mi mirada de él, bastaron sólo unos segundos para darme cuenta de que a partir de ese día mi color favorito sería el amarillo.
Al llegar al colegio aparté mi vista de él para que no se enterase de que lo miraba mientras pasaba a mi lado; me pareció que no había notado mi presencia pero, ellossi habían notado la suya.
Cuando entré al salón estaba nuevamente ante mí, respiré profundo y caminé en su dirección, pero esta vez no me detuve, no claro que no lo hice, pero tampoco me acerqué, seguí caminando hasta pasarlo de largo tomando asiento al menos tres lugares tras él en la fila contraria y esosidiotas se habían situado en los espacios restantes cerca de su lugar.
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Las clases habían transcurrido como las de un día cualquiera, el sonido de la campana sin duda era mi favorito, indicaba la hora de cambiar de aula, es decir, al menos cuatro o cinco minutos de libertad en los pasillos.
Esperé a que Jimin saliera, cuando éste tomó sus cosas y se puso en marcha a la siguiente clase yo hice lo mismo; tomé mis útiles y caminé tranquilamente detrás de él, intentaba acercarme pero era como si tuviera algún tipo de protección o escudo que evitaba que acortara la distancia.
Básicamente la clase de literatura la había pasado mirando la espalda de aquel chico teñido, hasta que...
- Señor Min Yoon Gi, ¿se encuentra presente en mi clase?
