Las gotas de lluvia caían sobre aquella pequeña gran ciudad.
Todas las personas corrían albortadas, buscando refugio en las pequeñas galerías o en los locales de aquella gran calle.
Entre la danza de paraguas, unos tristes ojos de color café se paseaban bajo las gotas.
Sus pasos eran lentos, no llevaba capucha ni nada que la protegiera de la lluvia, su paraguas llevaba rato escondido en el fondo de la mochila.
Su mente se paseaba entre aquellas gotas, viendolas caer una a una, llevandose la linea de sus pensamientos con estas.
¿Qué o quién podía mantener su mente tan distraida de su alrededor?
Un chico con una sonrisa infernal.
Se detuvo un momento, mientras aquella sonrisa se paseaba por su mente, dando vueltas en sus memorias.
Una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios, y alzo su vista, ambos jovenes a su lado quiénes ella venía ignorando desde hace rato miraron en la misma dirección.
Ahí estaba él, tan casual, totalmente indiferente a la prescencia de los tres humanos que le obsevaban a una distancia prudente. Incendiando el bosque interno de la joven con solo una mirada y esa maldita sorisa.
La lluvia cayendo, la suave brisa meciendo su cabello, la luz resaltando sus ojos café.
Volvio a agachar la cabeza en cuanto su mejor amigo llamo al muchacho.
Unas pequeñas gotas de decepción comenzaban a cargarse en sus ojos, suspiro con fuerza, volviendo su mente a la música, intentando dejar todo aquello de lado.
La voz de su mejor amigo rompio el silencio, aunque hizo caso omiso a lo que salía de su boca, su mirada se encontraba perdida en otro muchacho, quien hace días no salía de su cabeza.
Aquel pelioscuro le respondió al menor, mientras dos curiosos ojos cafés lo observaban sin perder detalles.
Cuando este noto que la observaba, le dedico una pequeña sonrisa, esta volvió a fijar su vista al frente con sus mejillas teñidas de un encendido rojo, observo que allí estaba el grupo externo a sus amigos.
Logro reconocer a dos de los extraños, y sintió el peso de la decepción cayendo sobre sus hombros, no podían ser ellos, no otra vez.
Bufo con pesadez, para comenzar a caminar con más velocidad, sus dos acompañantes se despidieron del pelioscuro con la mano y bastante molestia cargada en ellos por el repentino abandono de su amigo, y siguieron su camino a la estación de trenes.
"¿De todas las personas, ellos?"
Una lágrima de decepción se resbalo por su tersa mejilla,
Una de rabia le siguio por el lado diestro, llegando al filo de su rostro,
Dos más cargadas de dolor cayeron hasta perderse en sus clavículas, todas disfrazadas con las gotas de lluvia
"No entiendo por que me molesta tanto ¿Solo es un amigo?¿no?"
Ahogo un grito, llevando sus manos a su rostro, ya no lo soportaba, las emociones comenzaban a jugarle en contra.
Se despidió de sus acompañantes y camino con la mayor velocidad posible hasta la estación.
"¿Qué tan segura de qué solo es un amigo?"
Sus lágrimas caían al compas de la lluvia, resbalaban por su rostro enredandose de manera lenta y turtuosa con las finas gotas de la garua
"No puede ser así, tengo novia, esto no puede estarme sucediendo ahora."
La nube negra que cubría el cielo retumbo con un fuerte estruendo, mientras una rápida luz iluminaba todo, para luego desaparecer.
El destello de la sonrisa maldita se apareció en su mente, calmando un poco su dolor.
Llego hasta la aclamada estación de trenes, y se apuro en subir y bajar las escaleras, tuvo que apurar su paso, pues su tren estaba a punto de llegar.
Y aunque le doliera como brasas ardientes sobre la piel, lo había comprendido.
"Definitivamente, no es "solo un amigo" para mi"
Sentada en un vagón casi vacio, mirando por la ventana solto un fuerte suspiro, mientras dejaba las lágrimas brotar sin intentar detenerlo.
Busco en su teléfono a un contacto particular.
Tecleo "Amor" con rapidez para entrar a tu chat y escribir con algo de nerviosismo.
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Amor:
*ult. Vez hoy 10:57*
-¿Podemos hablar? Iré a tu casa ahora si hace falta.
1:58.
-Es urgente...
1:58.
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Trago saliva con pesadez, no podía seguir fingiendo querer a alguien solo para llenar el vacio.
Cerro sus ojos recordando cuando conoció a la sonrisa que acabaría por dar vuelta todo.
"¿Alguna vez me veras de la forma qué yo te veo?"
Y se perdió de denuevo, en la danza de las gotas de lluvia.
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Bajo Los Rastros De La Lluvia
Teen Fiction"Quizás no me veas, de la misma forma que te veo." Un día lluvioso fue cuando se dio cuenta, que era algo más. ¿Pero como vencer las barreras de la timidez e intentar avanzar sin perder lo que llevaban hasta el momento? ¿Como renunciar a lo qué creí...
