Estamos a una noche de mi fiesta de cumpleaños, no puedo con la emoción. ¿Saben lo que una fiesta es para una niña de 10 años? Todas mis amigas hablan de sus impresionantes fiestas y del dinero de sus papás, quizá la mía no sería con tantos lujos ni con “meseros vestidos de princesas”, pero sería muy linda, mamá me dijo que así sería.
Son casi las 10 de la noche y yo no logro dormir, estoy muy emocionada, suele sucederme cuando sé que al día siguiente haré algo importante, me empiezo a imaginar lo que podría pasar y pierdo el sueño, iré a ver a mamá.
-No puedo dormir.- le dije a mamá mientras me sentaba en la una silla de nuestro viejo comedor, ella estaba lavando los platos como siempre lo hacía a estas horas de la noche.
-Deja de pensar en el mañana mi niña, si no te duermes hoy, mañana no podrás despertarte y tendremos que celebrar tu cumpleaños sin ti.- dijo mientras se secaba las manos y se acercaba a mí con la intención de llevarme a mi habitación.
¡Mi mamá tenía razón! No puedo andar con sueño mañana, ¿se imaginan que me pierda mi propio cumpleaños? Eso no puede pasar.
Mamá me cargó hasta mi habitación, le cuesta mucho hacerlo desde que crecí tanto, pero aún lo hace con una sonrisa. Me dejó en mi cama y me cubrió con la manta, luego encendió una pequeña lámpara para poder apagar las luces de la habitación, se despidió con un -Buenas noches Anto- y cerró la puerta, escuché como sus pasos se alejaban hasta que el silencio irrumpió en mi habitación.
Mañana será un gran día, fue lo único que pensé antes de bostezar y empezar a acomodarme en mi cama para luego quedarme profundamente dormida…
A la mañana siguiente...
-Despierta Antonella.- escuché decir a papá entre mis sueños.
Instantáneamente abrí los ojos y lo observé riéndose.
-¿De qué te ríes?- le pregunté mientras me sobaba los ojos por el efecto que la luz había tenido en mi visión.
-De tu cabello hija, pareces un león.- dijo entre risas.
Me giré a verme en el pequeño espejo que había al lado de mi cama y efectivamente tenía razón, parezco un león, pero no lo iba a dejar ganar.
-Ah sí y tú pareces un mono.- dije con tono burlón mientras me sentaba en la cama y buscaba mis pantuflas.
-Que graciosa eres. Apresúrate porque tu mamá ya sirvió el desayuno, y recuerda que luego de desayunar iremos por los adornos y el pastel. Irás conmigo ¿verdad?-
-Claro que voy a ir contigo, ¿irán Raúl y Javier?- dije esperando recibir un sí por respuesta.
-Raúl sí irá, creo que ya está listo. Pero Javier salió desde temprano, fue al entrenamiento con el equipo de fútbol.-
-Pero Javier sí estará en mi fiesta, ¿verdad papá?- dije haciendo un puchero.
-Prometió que volvería antes de las 2 de la tarde. Bueno, ya vamos a desayunar o tu madre nos matará.- dijo cortando la conversación.
-Está bien.- dije saliendo de la habitación.
Raúl y Javier son mis hermanos mayores, Raúl tiene 13 y Javier 17. Siempre hemos sido muy unidos, ya sé que muchos piensan que como soy niña y soy pequeña tendría que quedarme jugando muñecas mientras mis hermanos juegan fútbol en el patio o algún videojuego en la sala. Pero no es así, mis padres siempre nos educaron con la idea de que “juntos es mejor” y eso nos ha vuelto muy unidos. Aunque Javier últimamente ha estado olvidándose de eso, siempre está fuera de casa y cuando viene trae a sus tontos amigos que no me quieren cerca porque soy una “niñita”, la verdad no lo entiendo pero mamá dice que soy muy chica para comprender el tema de la adolescencia.
El desayuno transcurrió con normalidad y luego fuimos por las cosas de la fiesta, todo rondaba bien. Mi papá durante el camino saludó a la mitad del pueblo, como sieeempre. Ya estábamos en la pastelería y creo que algo no estaba bien porque noté una cara de disgusto en mi padre, luego nos dijo que saliéramos a esperar en el auto porque él tenía que hablar con el joven que atendía el lugar.
Obedecimos y salimos de ahí, entramos al auto, Raúl estaba jugando en su celular, mamá dice que aún soy muy pequeña para tener uno. Los minutos pasaban, yo estaba segura de eso porque el auto de papá tiene un pequeño reloj digital cerca del radio. Los pocos minutos que estaban entre las 9:10 am y las 9:17 am parecieron eternos, mi paciencia se estaba agotando.
Deseé que ya fueran las 2:00 pm y que mi fiesta estuviera a punto de empezar, lo deseé con todas mis fuerzas… De pronto el pequeño reloj hizo algo completamente increíble. Marcó las 2:00 pm, era como si alguien lo hubiera cambiado mientras yo parpadeaba, ¡era imposible! El videojuego de mi hermano dejó de sonar y cuando volteé hacia donde él estaba sentado el lugar estaba vacío.
Sentí mucho temor y quise volver todo a la normalidad, cerré mis ojos con fuerza y abracé mis rodillas por el miedo. De pronto escuché a mi hermano maldecir porque había perdido y abrí los ojos, vi el reloj digital y este había vuelto a marcar las 9:17 am. Luego me giré hacia mi hermano y lo abracé, este me miró con confusión para luego devolverme el abrazo.
-La del cumpleaños eres tú Anto.- dijo mientras me separaba de él y me veía raro.
-Lo sé, es solo que…- Pensé que podría creer que estaba loca y le diría a mis padres que me envíen a un manicomio. –Ehm, escuché que perdiste Raúl, creí que querrías un abrazo.-
-Ah, entonces gracias niña.- dijo mientras se proponía volver a su juego.
Luego de eso escuché pasos cerca del auto, me giré a ver y era papá con 2 cajas grandes, en donde supuse que traería el pastel.
-Te tardaste mucho papi.- le dije mientras él se sentaba en el asiento del piloto.
-Tuve un pequeño problema con el pastel Anto, resulta que no lo hicieron de color lila como tu querías, lo hicieron de un morado casi negro y lo mejor que pudieron darme en su lugar fueron 2 tortas rosas.- dijo mientras arrancaba el auto y empezaba a conducir.
-¿Rosa? ¿Mi pastel es rosa?- papá sabía que el rosa no era mi color favorito y quizá por ello él también se molestó con la hechura del pastel.
-Es lo que hay Antonella.- dijo viéndome a través del retrovisor.
Sentí como el enojo subío a mis mejillas y casi pude imaginarme lo mal que se vería un pastel rosa junto a todas las decoraciones lilas.
¡Todo estaba arruinado! ¿Qué podría salir peor?
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PAUSA (En Proceso)
Fiksi IlmiahTengo tantas ganas de tener una vida normal, vivir sin ventajas, sin trampas. Extraño a mi familia, en especial a mis hermanos, pero no puedo estar con ellos, no puedo engañarlos a ellos, con ellos no puedo... Descubrí esta estúpida habilidad en mi...