DESTRUIRE TÚ CUERPO

Capítulo 2

Talle y talle mi cuerpo, esperando que el olor de aquel hombre, que el olor de todos esos malditos bastardos que pagaron por tenerme, desapareciera.
Sin embargo, por más fuerza que usaba al lavar mi cuerpo, ese olor permanecía completamente reacio a desprenderse.

Lágrimas llenas de ira, desesperación, dolor, escapaban de mis ojos como un recordatorio; "Aún si muero, no seré libre", tal vez por eso me negaba entregarme a la muerte, por ese pequeño e insignificante recordatorio.

Mi cuerpo aún me dolía, al final, decidí dejar de frotar con tanta fuerza mi cuerpo, el aroma de aquel demonio no se iría. Tome mi toalla entre las manos y comencé a secarme, Daniela se limitaba a observar mis movimientos, su actitud fría hacia que me dieran escalofríos y no podía evitar sentir temor a las palabras que seguramente no tardaban en abandonar sus labios.

- Ya me he cansado de ti. -dijo finalmente. No sabía como responder, porque sabía que por más cansada que estuviera de mi, no me dejaría ir. - He decidido venderte.

-¿A quién? - me apresure a preguntar

-Eso no te importa- Exclamó

-Es mi cuerpo, carajo, claro que me importa -dije entre dientes

Esta se levantó de la cama, decidida a darme una bofetada, cerré los ojos y espere hasta que el impacto llego.
-¿Cuando entenderás que dejó de ser tuyo en el momento en el que te metiste en mi cama? -ferozmente sostuvo mi barbilla con sus manos, mirándome directo a los ojos. Asegurándose de que entendiera sus palabras. - Yo me encargaré de tu familia, por supuesto, a cambio de tu cooperación- sonrió fríamente

-¿por qué de repente?

- Él insistió en tenerte. No sé la razón. -apretó sus labios y desvió sus ojos en otra dirección, mientras sopesaba sus palabras- o tal vez si. -Beso mis labios ante de desaparecer de mi vista, dejándome sola para hundirme en mis pensamientos.

*3 am*
Golpeaban mi puerta con tal fuerza que estaba segura de que pronto la derribarian, así que para evitar despertar a las demás, la abrí tan rápido como pude, no podía haber cometido peor error.

No podía observar el rostro de todos esos hombres que entraban a mi habitación sin invitación, mi nariz captó el olor a nicotina y alcohol, trague en seco y mire a mi al rededor con la esperanza de encontrar una salida, nada, sólo veía aquellos hombre llenos de lujuria acercándose lentamente hacia mi. Mi cuerpo comenzó a temblar y mis pies comenzaban a fallarme.

El que al parecer era el líder, se acercó a pasó decidido y tomo mi cabello entre sus gruesas manos, tiro de el y me guío a la cama, se montó encima mío y me sostuvo firmemente.

- El alambre, ahora -ordeno. Poso su mano en mi cuello y apretó con fuerza, estiró la mano para tomar un alambre de púas- sostenganla bien, está es su despedida- me miro directamente a los ojos y me mostró una sonrisa llena de excitación, sentía su miembro duro contra mi abdomen. Tomo mi muñeca y le pidio a otro de esos asquerosos que enrollaran bien ese alambre. Intente liberarme, Pero me dolía, desgarraba mi piel lentamente en cada movimiento. Levanto mi blusa hasta dejarla encima de mi cara, escuche el sonido de su cremallera e instantes después, sentí su miembro palpitar sobre mi abdomen, el miedo a moverme me impidió forcejear, así que me quedé quieta esperando que me destrozaran.

Entró, lo hizo con tanta fuerza que sangre las Palmas de mis manos, una y otra vez, sus gemidos en mi oreja hacían que sintiera náuseas- Tú- Exclamó-sigues. Salió y un minuto después, alguien cuyo rostro desconocía, volvió a penetrarme con la misma fuerza. Sus uñas se hundían en mis caderas, lágrimas salían sin consuelo alguno y sabia que debía quedarme quieta, me lo repetía constantemente, hasta que comencé a gritar en espera de ayuda, en el fondo sabía que era inútil pero aún si, la esperanza estaba presente.

-Les dije que tuvieran cuidado, no pueden matarla. -esa voz que reconocí al instante, sabía que esa maldita desgraciada había planeado esto.

Así pasó el tiempo, uno entrando y otro saliendo hasta que todos estuvieron satisfechos. Mis piernas rogaban por unirse, todo mi cuerpo amenazaba con colapsar.

Decidieron soltarme, Pero antes de, él líder decidió usar mi boca por última vez.

-Perra, para ser sincero, tu vagina es estupenda, pero, me temo, que no pasarás de hoy. - dijo con burla.

Mis ojos estaban cansados de tanto llorar y no dejaba de pensar "¿como se supone que viva con tanto odio en mi corazón?"

Cuando todos estos salieron, intente levantarme pero apenas me moví, un grito lleno de dolor escapó. Moví mi mano hacia mi entrepierna, sangre mezclada con semen, esa fue mi sorpresa. Me habían desgarrado.

Un día entero sin moverme, acostada en mi cama en la misma posición.
-Levantate- exigía Daniela, molesta por no obedecer, me quito la cobija de encima y miro con sorpresa, la cama estaba llena de sangre. Suspiro y salio, seguramente en busca de un médico. Dos horas después, mis piernas estaban nuevamente abiertas, está vez para revisión.

-Hablemos afuera- le pidió el doctor a Daniela, está asintió y salió tras de él.

Después de un rato entró nuevamente-Vaya que tengo mala suerte- dijo como si yo tuviera la culpa - El marica que te compro vendrá pasado mañana, Pero, ahora resulta que te desgarraron la vagina, las heridas de tus pies están infectadas y necesitas estar en cama un tiempo, ¿sabes lo que me hará ese cabron cuando se entere de esto? - me gritó, lo que hizo que cerrará mis ojos de golpe. Antes de salir, me dio una mirada resentida.

Durante una semana, una de las chicas del burdel, me limpio y alimento. Siempre intentaba tener una conversación con ella, pero sus respuestas siempre eran las mismas "si/no", así fue hasta que mi nuevo "dueño" vino a recogerme.

Ni siquiera vino él personalmente, pero aún así, estaba agradecida por las bofetadas que Daniela recibió por parte suya. En cuanto me monte en un hermoso Mercedes, su mano derecha me saludo y me explicó la situación. No fue tan amable, claro, ¿por qué iba a serlo?

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¡espero que les haya gustado! 🌸