Mi nombre es Cristian, y soy un pajarito muy pequeño. Me caracterizo por los colores de mis plumas, mi mamá dice que soy un arcoíris cuando me ve de lejos. Tengo todos los colores que te podes imaginar, como por ejemplo, verde, marrón, rosa, amarillo, celeste, blanco, negro, y muchos más. Mi vida como ave no es muy distinta a las otras, mi papá ya me enseño a volar, y me dio lecciones, porque, cuando sea más grande, voy a ayudarlo a buscar comida para mis dos hermanas y mi mamá. Pero yo sabía, que quería hacer nuevas cosas, volar, jugar con mis hermanas, y aportar ramitas al nido me cansaba. Veía a mis amigas ranas (Violeta y Amparo), los peces hermanos (Lautaro y Ramón), el pato Luis y el cangrejo Toto tan felices en su vida en el agua, que yo también quería ser un animal ACUÁTICO.Les conté esto a mi familia, pero lo único que hicieron fue reírse. Mi papá me dijo que ya era hora de dormir, que seguramente estaba cansado y alucinando. En cambio, mi madre fue un poco más inspiradora:
-"Ay Cristian... tu sabes que eres un pajarito, y no puedes nadar, ni vivir en el agua. Tus alas te permiten realizar otras cosas, como volar. No creo que sea posible cumplir tus deseos."
Me fui a dormir muy decepcionado, mientras escuchaba a mis hermanas decir:
-"Cristian está loco, ojala algún día se dé cuenta de lo que dice. Nunca podrá nadar, ni permanecer en el agua por diez minutos."
Fue así, que se me ocurrió que nada sería mejor que contarles lo que sucedía a mis amigos del agua. Al siguiente día realice mis tareas rápidamente, y antes del mediodía me encontraba junto al rio, conversando con Luis y Lautaro. Me dijeron que les encantó mi deseo, y que a la noche, se juntarían con las ranas, Ramón y Toto para plantear una idea, y que mañana a las seis de la tarde, comentarían su plan. Confié en ellos, y me fui a descansar, esta vez, más tranquilo.
Y llego el día, la espera hasta la hora que me habían dicho se hizo eterna. A las 5:55 de la tarde, partí vuelo, no quería llegar tarde, y las ganas de escuchar su respuesta me comían mi cerebrito. Llegue, y todos me esperaban con sonrisas de oreja a oreja. Me senté en la rama de un árbol, y di mis oídos (frase que me enseñó el tero Pablo, que significa escuchar).
Me comentaron su idea, y quede asombrado, empecé a volar de la felicidad, no lo podía creer. Era el mejor plan que había oído en toda mi vida. Este era así, podríamos atar una hoja a una piedra, que no sea muy grande ya que mi tamaño hacia que entre en cualquiera, y usar el hilo de una caña de pescar que Toto tenía guardada para alguna ocasión. No esperamos más y pusimos manos a la obra. La noche era cada vez más oscura, pero no nos íbamos a ir sin que lo hayamos terminado.
Luego de un gran esfuerzo, lo logramos, todo estaba listo y asegurado para probar. Entonces, llego el momento de dejar la piedra en el agua y ver si el plan funcionaba.
Pero no, no imaginamos que la piedra iba a ser muy pesada y se iba a hundir. Todos quedamos tristes, sin saber qué hacer. Hasta que Toto dijo:
-"Esperen, yo tengo un trozo de colchón que encontré un día flotando en el rio, y si atamos la hoja, ¡esta vez no se va a hundir!"
Otra vez, nos pusimos a trabajar, y mi balsa quedó terminada. Esta vez sí flotó perfectamente y llegó el momento de probarla. Subí,
y con la ayuda de Luis y Ramón, me empujaron hacia el rio. Si, estaba en el agua, no lo podía creer. Gracias a la ayuda de mis amigos logre cumplir mi sueño. Todos empezamos a festejar, Violeta y Amparo comenzaron a cantar, mientras que todos los demás hacían salpicar agua por todos lados.Desde ese día, que Toto guarda mi balsa en su almacén, y a la noche, nos juntamos a nadar y hablar, obviamente en el agua.
Y yo soy Cristian, el pajarito que cumplió su sueño de poder "nadar".

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Animales soñadores
KurzgeschichtenPerdón estoy aburrida y quiero hacer cosas nuevas.