Santiago tenía como escudo humano a un tembloroso Rigoberto, sabía que eso no le serviría de mucho, veía la indecisión de sus hombres, los que le eran fieles, no sabían si disparar o no pues podían herirlo a él, en lugar de a Santiago, pero luego estaban los otros, aquellos que pertenecían a grupos diferentes, a ellos no les importaba disparar, estaba seguro de que tenían la orden de acabar con Rigoberto en cuanto se deshiciera de él, y también estaba seguro de que a eso seguiría una lucha entre cada uno de los grupos hasta que quedara uno solo que sería el que se adueñara por fin de su territorio.
No tenía mucho tiempo, de hecho, no tenía nada de tiempo, veía a varios de los hombres que estaban a punto de disparar.
No había llegado hasta ese punto para nada, recordó el momento en el que Miguel se acercó a él amenazante, primero se había colocado detrás de él y había colocado una pequeña hoja de navaja en sus manos atadas, al momento de tomarlo de estas para levantarlo, luego, cuando le asestó en primer golpe y lo rodeo con sus brazos para ponerlo de pie de nuevo, se las había ingeniado para dejar un arma entre sus ropas. Sabía que ahora le debía segundos valiosos de su vida, pero ahora su mente trabajaba a mil por hora, no iba a perder esa ventaja, no iba a perder esa oportunidad.
En un rápido y sorpresivo movimiento empujó a Rigoberto hacia un lado y él se aventó al piso, disparando mientras caía. Sabía que sólo tenía oportunidad de deshacerse de dos o tres hombres antes de que una lluvia de balas cayera sobre él, pero lo que vio en el bosque lo hizo tomar la decisión, mientras caía veía como casi al mismo tiempo los hombres que apuntaban sus armas dispuestos a disparar caían uno a uno, solo quedaron en pie aquellos que habían bajado sus armas con anterioridad.
Santiago se abalanzo sobre Rigoberto que Intentaba alcanzar una de las armas que se encontraban en el piso. Sin problema lo sometió y lo puso de pie, ya los hombres que habían salido de dentro del bosque tenían sometidos a los hombres que habían quedado con vida.
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Bruno miró como Santiago entregaba a Rigoberto a uno de sus hombres y se aleja a de ellos, también miró como Roberth iba a seguirlo._ No. - lo detuvo. _déjalo, necesita estar solo.
Roberth obedeció. Todo había terminado, habían sido tres días extenuantes, pero no se arrepentía, el día anterior en la noche había dejado a Lidia en un lugar seguro prometiendo le que volvería, tal vez no todas las noticias que le llevara la harían feliz, de hecho, una le causaría mucho dolor, pero cumpliría su promesa llevándole a su hermana.
Recordó como nada más dejarla a ella, se dirigió hacia en donde se encontraba uno de los helicópteros de Gustavo, que ya lo esperaba para acercarlo lo más posible a donde tenían a Santiago.
Nada más llegar había tomado el control de las operaciones, hasta ahora sus hombres lo habían hecho bastante bien, ellos y los hombres de Santiago, hacían un equipo perfecto, mientras ellos se valían de la tecnología y las armas químicas para neutralizar al enemigo, usando en esta ocasión gas paralizante, los hombres de Santiago usaban la fuerza bruta para despejar e ir reubicando a cada grupo que iba siendo sometido. Ahora estaban todos juntos en espera de indicaciones de que hacer con ellos, suponía y conociendo a Santiago, que serían enviados de nuevo a cada uno a su territorio con un mensaje para sus jefes.
Entre ellos había un grupo al que se les había prohibido tocar, no sabía el motivo, pero habían cumplido la orden de Santiago, lo raro es que cuando se les sometió, no habían dado batalla a pesar de que se veía que eran hombres rudos y que podían haber luchado, pero no lo habían hecho, cada uno traía un distintivo, que era como sus hombres los reconocían para no usar sus armas químicas contra ellos.
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Santiago sometió a Rigoberto con suma facilidad, luego lo entrego a uno de sus hombres. Ni siquiera se fijó a quien lo había entregado, necesitaba alejarse de ahí y estar solo, sentía que se asfixiaba rodeado de esa gente.
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PERDIDO EN SU MIRADA No. 4️⃣ //SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
RomanceLaura trabaja para una empresa muy importante, sin duda ha triunfado en la vida, a pesar de provenir de un poblado en la Sierra, en donde lo único que progresa es el narcotráfico y los grupos del crimen organizado. Huyendo de todo eso consiguió marc...