«Capitulo 4»

5.6K 405 153
                                    

~

MARZO

Un par de meses después, la Doctora Cho le dió luz verde a Natasha para continuar con su tratamiento. El detalle era que no sabía cómo poner el tema sobre la mesa, pues Steve y ella habían estado algo alejados debido a misiones que llevaban por separado.

Tal vez lo mejor era dejar ese tema guardado y solo hacer las cosas sin involucrar a Steve, quizá en ese momento se vió comprometido y ella quería liberarlo de esa carga. El merecía una familia normal, una chica perfecta que lo hiciera muy feliz.

Tomó su catálogo de donadores, un montón de hojas con la investigación que había realizado acerca de las diferentes técnicas de inseminación y salió de su habitación, topando de bruces con unos fuertes pectorales.

Todos sus papeles cayeron al suelo y se agachó al mismo tiempo que el rubio, que empezó a recoger las hojas que habían volado. Se sorprendió de sobremanera al verlo, ya que pensaba que le quedaban unos días más fuera.

—¿Ibas a algún lugar?— Preguntó y después se detuvo a leer una hoja entre sus manos.

—Eh... si, iba hacia la clínica de fertilidad, tenía algunas dudas y quería algo más de información— Respondió evadiendo su mirada.

—¿Y para eso necesitarás este catálogo?—Preguntó herido, sosteniendo el libro entre las manos.

Terminaron de recoger los archivos de Natasha y se reincorporaron para quedar frente a frente. Ella mordía su labio inferior ansiosa por salir de ese momento incómodo.

—No quería molestarte, Steve— suspiró— yo se que quieres ayudarme, porque eres el mejor ser humano que he conocido... pero no es necesario que dejes tu vida, por ayudarme a reconstruir la mía, de verdad.

—¿Crees que hago esto por lástima, Nat?—preguntó con preocupación. La vio asentir— Me conoces bien, sabes que de ninguna forma sería condescendiente, ni haría algo de lo que no estuviera seguro.

Nat lo vió con los ojos brillantes, agradecida y al mismo tiempo llena de culpa.

—También hay un motivo muy egoísta de mi parte— declaró finalmente, aunque lo primero que llegó a su mente, lo dejó para sí mismo— me gustaría experimentar la dicha de ser padre, que mejor que hacerlo contigo... no podría pensar en alguien más, para embarcarme en un viaje como este. Así que no tienes porque sentir culpa, no me siento usado, ni me arrepentiré a medio o al final del camino... ¿Confías en mis palabras?.

Natasha volvió a asentir, ahora inundada de lágrimas de felicidad. Hormonas, bah. Aclaró la garganta y con un hilo de voz le dijo:

—¿Vienes conmigo? Tal vez podamos hacer esto hoy mismo.

Steve caballerosamente, tomó lo que cargaba en sus manos, para llevarlo el. Desde ese momento empezaría a cuidar a su amiga y madre de su futuro hijo. La tomó de la mano y tomaron rumbo a la clínica.

~

Después de sus revisiones y exámenes de regla, se comprobó que ambos estaban en condiciones óptimas para intentar la inseminación.

—Son una pareja joven y saludable, por lo que considero que tienen altas probabilidades de conseguirlo con esta primera ronda. Sin embargo, es como un juego de azar, no sabemos cuál será el resultado— Aclaró la Doctora Green—Debido al tratamiento hormonal, en caso de darse un embarazo, podría ser múltiple o implantarse solo un embrión. También podría implantarse en un lugar no viable. O podría no funcionar con este primer método que utilizaremos... pero no entren en pánico aún, no nos adelantaremos, estaremos preparados para cualquier caso... Steve, Natasha es el momento de empezar, con suerte, en 9 meses estarán recibiendo su regalo de navidad envuelto en un trajecito pequeño.

IncondicionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora