Hasta que el amor termine

XXI

Siento como si tuviera hormigas en la panza y algo muy suave junto a mi, esta suavecito y exponjosito... huele demasiado bien y su olor es tan particular... es... es... ¡espera! abró lentamente mis ojos y ¡Oh Dios ese no es el techo de mi cuarto! siento algo moverse a mi lado y ¡ay Dios es Gabriel! ¿dormí con el? que preguntas tan estúpidas Emma eso es obvio...

-¡Vaya parece que se despertaron los tortolitos! -la voz me sorprendió tanto que perdí el equilibrio y caí al suelo, siempre soy muy tonta al despertar... un momento ¿quien habló? giro mi cabeza hacia dónde venía la voz y mi mirada se encontro con la de una señora muy bonita, no muy alta de contextura no muy delgada y un hermoso cabello castaño-

-¡Mamá no hagas tanto ruido que intento dormir! -¿mamá? oh por Dios es la madre de Gabriel y... yo aquí en el piso como una tonta ¿qué pasa contigo Emma?

-Buenos días señora -digo mientras me pongo de pie-

-Buenos días -ella me brinda una cálida sonrisa y yo siento que mis mejillas empiezan a sonrojarse por la vergüenza- ¿quién eres?

-Emmm yo...

-¡¿Mamá?! -Gabriel se sentó rápidamente en el sofá, creo que apenas reaccionó respecto a lo que está pasando ¡Dios que vergüenza! - ¿no llegabas en la tarde?

-Se suponía, pero terminé más rápido y vine a verte, dime hijo ¿quién es esta hermosa señorita? -despierta Emma, reacciona-

-Mi nombre es Emma señora yo soy...

-¡Es mi novia mamá! -su novia... suena demasiado lindo ¡Emma concéntrate! miré a la señora y está miraba a Gabriel incrédula, como si le hubiera hecho la mayor broma de la vida... oh oh esto no debe ser bueno-

-¿Tu novia? -Gabriel asintió, la señora se detuvo a mirarme un momento medio confundida y luego me dio un abrazo muy fuerte... ¿qué?- estoy tan feliz, creí que no volvería a pasar y... -me tomó de las muñecas- eres tan bonita... espera yo te he visto -ladeo un poco su cabeza-

-Vivo enfrente señora.

-O sea que eres la hija del señor de la policía

-Sí señora -ella no dejaba de sonreír me está asustando-

-Mamá déjala que la espantas -dijo Gabriel como si leyera mis pensamientos

-¿Quieres quedarte a desayunar? -emmm no señora, no quiero, no estoy acostumbrada a socializar y la gente tan amable no me da buena espina...- preparo unos desayunos deliciosos...

-¡Mamá! ya déjala -no quiero parecer grosera y no sé cómo actuar en estos casos y...-

-Sí señora sería un placer -dije con mi mejor sonrisa fingida- pero necesito ir a mi casa.

-Te acompaño -dijo Gabriel, salí casi corriendo de la sala y me paré junto a la puerta de salida- Emma espera yo...

-¿Y si mi padre está en casa? -gire sobre mis talones y quedé frente a él- no me di cuenta cuando me dormí ¿y si mi padre no sabe dónde estoy? y si...

-Cálmate un momento -dijo poniendo sus manos sobre mis hombros- si algo pasa me tienes a mí y...

-Pero nunca he desobedecido a mi padre -solté sin pensar-

-¿Desobedecer? ¿En qué lo hiciste? -su ceño se frunció levemente- ¿qué pasa Emma? -desvié la mirada, con qué cara le digo que mi padre me prohibió verlo- entiendo -su voz se escuchaba triste- ven aquí -me abrazó- si quieres hablaré con él ¿vale?

Yo entré a mi casa por la puerta delantera y Gabriel me esperó afuera por si algo pasaba, cuando entré a la casa noté que todo estaba como lo dejé ayer, llamé varias veces a mi padre y nadie respondió así que fui hasta su habitación y ahí tampoco había nadie y todo estaba como ayer ¿mi padre no vino a casa anoche? No, mi padre es investigador y bien que pudo dejar todo como estaba para que yo piense que no estuvo en casa; bajé al primer piso y le dije a Gabriel que pasara, escuche los mensajes de voz del teléfono y efectivamente mi padre no vino a casa anoche, resulta que hubo un incidente grave y no pudo terminar su turno... ¡Gracias Dios!

-Deberías llamarlo ¿no crees que pensara que es extraño que no te comunicaras con él?

-Cuando el deja esos mensajes no puedo escribirle ni llamarlo -me miro con cara de sorprendido-

-¿Por qué?

-Son casos graves si el no pudo llegar, así que no debo distraerlo porque podía pasar algo peor o verme involucrada en eso.

-Así que es por tu seguridad... entiendo

-Si, incluso no me llama a mi celular -en ese momento empezó a sonar el teléfono y sentí una corriente por todo mi cuerpo, saber que algo malo podría pasarle a mi padre me aterra- ¿Sí? -puse el teléfono en mi oído, mi mano temblaba inconscientemente- Emma ¿Dónde has estado? ¿por qué no respondías al teléfono? -sentí alivio al escuchar a mi padre- Estaba dormida padre y cuando escuché sabia que no debía llamarte y... -odio mentirle pero se enfurecería si se entera de donde pasé la noche-

-Esta bien, llame para decirte que no iré hoy a casa

-¿Por qué papá? -me asusta que esté en peligro

-Las cosas no salieron como pensábamos y debo quedarme en la estación

-¿Estarás bien? -se oyó un suspiro al otro lado de la línea- ¿Papá?

-Te amo cariño -y colgó-

Me senté lentamente en el sofá mirando el teléfono un poco atónita, pensar que podría perder a alguien que amo otra vez hace que mi corazón se sienta pequeño, sentí una mano acariciando mi espalda suavemente, por un momento olvide que Gabriel estaba aquí, al menos no estoy sola.

-¿Pasa algo pequeña?

-Mi padre no vendrá hoy -dije mientras jugueteaba con mis dedos sobre mis piernas, suelo hacerlo cuando me siento mal o estoy nerviosa- al parecer las cosas se complicaron y no vendrá, y no sé cómo está y... -Gabriel me rodeó con sus brazos-

-Tranquila que tu padre es un hombre fuerte he intimidante, no creo que alguien pueda hacerle algo... ¿acaso has visto su tamaño? ¡mide como tres metros! -no pude evitar sonreír ante su exageración- y es demasiado intimidante, es como mirar esas pinturas antiguas que tu sientes que te siguen con la mirada y te ponen los pelos de punta y...

-¿Vamos a desayunar con tú madre? -él asintió- iré a darme una ducha y cambiarme ¿me esperas?

-Si quieres te acompaño -me guiño el ojo-

-Ya quisieras -dije alejándome, el dijo algo que no logré entender-