Un chico amante de la ciencia ficción y freak sin saber como o porqué, termina siendo trasnportado al universo de "La Leyenda de Korra", pero para su buena suerte recibió el poder más grande que siempre a deseado de su anime favorito, la alquimia. S...
El invierno llego a Ciudad República, gruesos y bellos mantos blancos adornaban las azoteas, techos, banquetas y calles en todas partes. En cierto gimnasio, cuatro jóvenes se hallaban presentes en su interior; los hurones de fuego practicaban a toda maquina para el torneo mientras eran observados por el rubio el cual sonreía muy satisfecho al ver al los tres chicos tan animados por el torneo; ansiaban con todo su ser el ganar y ser campeones. Bolas de fuego, proyectiles de agua y discos de roca volaban por todas partes pues ni uno daba a su blanco; los tres elementos eran disparados aleatoriamente por sus respectivos dueños hacia los otros dos miembros, era todo un espectáculo para los ojos del rubio, pero todo acabo cuando los tres pudieron conectar un buen golpe simultaneo los derribo y ellos rieron divertidos por ello. Victor traía para ellos unas botellas de agua y toallas para el sudor y se las entregó, extrañamente de un humor muy alegre.
"Nos alegra tenerte otra vez en los entrenamientos, Korra; y gracias por estar presente para ayudarnos a mejor, Victor, nuca esperé que fueras tan buen maestro." Dijo Mako contento mirando al Avatar y al alquimista, quien solo soltó una pequeña risa antes de responder.
"No es que sea un buen maestro, es solo que ustedes son muy buenos aprendiendo; no quiero ver a "Cabeza de Piedra" siendo eliminado en el primer asalto mientras lo apalean al igual que una 'piñata'." Fue la pequeña broma hacia la persona de Bolin, quien entendió que cuando lo llamaba de esa forma era solo para indicar que le agradaba, y aunque nadie entendió la última palabra que dijo, igual les pareció gracioso.
"Y yo estoy feliz de poder volver aquí con ustedes; sigo sin creer que Tarrlok accediera sin problema alguno a que me retirara de la fuerza especial cuando habló en privado con Victor, ¿Cómo lo convenciste?" Preguntó sonriente la morena mirando a su amigo y los otros imitaron su acción. El rubio se rascó la nuca apenado y con un leve sonrojo antes de contestar.
"No fue nada, solo le dije la situación tal cual era en lo que me contaste, Korra, y luego di mi opinión junto con la Tenzin; entendiendo cuan estresada debías estar aceptó sin rechistar junto con un permiso extendido para que pudieras continuar con tu entrenamiento de Avatar, y solo llamarte de ser absolutamente necesario." Sí, esa era "SU" versión, cuando en realidad había sido de otra forma...
Flashback...
Victor estaba en el pequeño muelle de la isla del templo, esperando por Tarrlok; ese día era la mañana después de la horrible experiencia de Korra. Cuando vio a Tarrlok llegando en su bote, se paró frente a él para impedirle subir, no le dejaría acercarse a Korra.
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"Tú ya no eres bienvenido en este Templo. Lárgate de aquí o enfrenta las consecuencias." Le habló mirándolo con seriedad y enojo manteniendo una voz plana. Sin nadie a los alrededores, Tarrlok por fin habló con libertad.
"¡Un estúpido mocoso no me dirá que hacer, ni me amenaza sin recibir un escarmiento adecuado! Además que me cobrare esas humillaciones que me hiciste pasar, maldito niño malcria- *PLAWW*" No pudo terminar de hablar, recibiendo una patada a un lado de su cara haciéndolo caer a un lado del bote, cosa que aprovechó el rubio para estar con él y tronándose los nudillos con una expresión de ira absoluta.
