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La música de esa casa se podía escuchar desde la otra manzana, los parlantes retumbaban, dos chicos perdidos y con corazones rotos entre mucha gente ebria, tratando de olvidar el pasado con tragos de más. Todos bailando, refregandose entre sí, como adolescentes que eran. Sus miradas conectaron, pero al instante el pelirosa la apartó, intimidado y sorprendido por verlo allí, su pelo negro despeinado, sus ojos hinchados de llorar noches, su piel color leche y sus labios de porcelana que extrañaba con toda su alma.



















-- Oye, Hoseok ¿has visto a Seokjin? - preguntó tirándose al sofá, sus pies dolían igual que su corazón. Él tipo a su lado lo miró confuso.

-- Soy Namjoon, hyung. Definitivamente estás muy ebrio. - rió y se burló de las expresiones que hacía el contrario.

-- Ya, te pregunté algo.. - respondió, ofendido. Se giró para fingir indignación, ahí es cuando lo vió. Rápidamente se acercó a él con disimulo. Gracias a dios, estaba de espalda, aprovechó el momento y lo abrazó rodeando sus brazos, cubiertos de tatuajes, en su cintura. Éste chilló y se dió la vuelta, creyendo que se trataba de un ebrio que buscaba algún acostón.

-- Joder, no quiero acostarme-- Fue interrumpido por una carcajada. Estaba sorprendido. - ¿Y-Yoongi? - preguntó, no estaba soñando, ¿verdad?

-- No, Jihoon. - se burló con sarcasmo, oh, Seokjin extrañaba su humor, su todo.

Se acercó para besarlo pero Kim lo apartó de su cuerpo. - ¿Qué crees que haces? - preguntó incrédulo, con ironía. - Mierda, primero me dices que no soy nada para ti y luego vienes y me besas. Que galán eres, Min. - rió sarcásticamente.

-- Lo sé, Vayamos a arriba Jinnie, ¿hm? hablemos.. y quizás, follemos. - Le guiñó un ojo y lo llevó a una de las habitaciones del piso de arriba.



















-- Mierda, ¿es demasiado tarde para pedir disculpas? - susurró mientras besaba su cuello, la situación se salía de control y eso le gustaba a ambos.

-- N-No.. ¡Y-Yoongi-ah! - gimió cuando el pelinegro lo giró bruscamente. Min se quitó bruscamente la camisa y prosiguió desvistiendo y provocando al otro.




















-- Quiero volver contigo, gi. - le dijo, dándole un beso en su mejilla,y subió a su apartamento.

Las cosas se habían arreglado, todo ya estaba como era antes, dos chicos de universidad enamorados, comportándose como dos adolescentes inexpertos en el amor.

























-- Toma tu maldita salchicha al pan, lo único que hacer es comer, estás hecho un glotón- se rió el más bajo y le robó un mordisco.

-- ¡Oye! Primero, es mía, mi comida, y segundo, me gusta comer, ¡eso es todo! - protestó y le dió la espalda, sabía que Yoongi lo haría.

- Lo siento, jin-hyung pero es la verdad. - lo abrazó, acariciando su cintura y escondiendo su cara en la amplia espalda del otro. Su perfume olor a vainilla, sus labios sabor caramelo, sus ojos color chocolate. Era tan dulce como persona. Siempre estuvo ahí para él siempre, y todo lo que hizo luego de un tiempo fue despreciarlo, hasta que lo pudo valorar, después de semanas de levantarse sólo, sin un rico desayuno y labios que lo estén esperando, hacer las compras, sin una risa escandalosa y chistes que ni siquiera eran demasiados buenos y con demasiado sentido, sin nadie que lo abrace para dormir, así no tener frío.

Kim observó a su pareja que se había quedado callada, probablemente perdido en sus pensamientos.

-Te amo, Kim Seok-Jin.

-- Yo también, Min Yoon-gi. - sonrió y le dejó un sonoro beso en los labios para luego entrelazar sus manos y continuar su camino rumbo a casa de Seokjin.






























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⏰ Última actualización: Oct 21, 2019 ⏰

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" sorry.." - yoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora