Prostituta.

21 1 0
                                    

Mis deseos nunca son saciados, pero los de ellos si.

He visto la cara de las primerizas, tan inocentes, sin saber el dolor que se siente, entrando al motel.

He salido de allí, me persiguen, y estoy preparándome para que otro este encima de mi.

Si existe redención, que sea uno que sepa quitarme el gusto. Un gusto tan ajeno a mi alma, y que mi carne nunca deja de pedirme.


Escucho sus gemidos, me da un asco y solo tengo que fingir que me ha gustado.

Me pagan, me levanto y me visto. Una prenda tras otra, prendas llenas de fluidos de desconocidos que meten sus dedos en mi. 

Pienso en lo que hubiera sido de mi, si no me hubieran vendido.

Entonces, soy cosa o persona, mejor dicho un animal. 


Una niña que busca vivir y lo único que pude dar fue mi cuerpo.

Hombres y mujeres que me doblan la edad, desean de mi cosas depravadas.

Y lo que ahora sé, es que me he hundido en los pecados que debía evitar.

Amanecer y atardecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora