Sobredosis de recuerdos.

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Era un viernes a las 23:33 horas, Erin estaba en su bañadera desvistiéndose para comenzar su baño relajante de todas las noches. Ella padecía de depresión, tomaba tres píldoras distintas por día para lidiar con aquello, su angustia la hizo perder dos embarazos y terminar a sus 42 años viviendo con su madre en un gran y lujoso chalet cerca de las afueras de Filadelfia, Pensilvania.

Hacía poco había terminado un juicio por mala praxis (el cual terminó ganando), ya que su psiquiatra la había mal medicado haciendo que Erin se convierta en una adicta al Clonazepam y demás drogas sedantes, a ésta adicción debemos sumarle que ella comenzó a fumar a los quince años y además bebía bastante alcohol fino; muchas veces su madre, Silvia, la había salvado de ciertas mezclas que hacía su hija en sus peores momentos y terminaba al borde de la muerte.

Esa noche, Erin estaba sola, su madre tenía una cena por el cumpleaños de su otra hija, Anna, la cual vivía en Florida, a más de mil kilómetros. Cumplía sus cuarenta años y logró convencer a su madre de viajar para el festejo. Por su hermana no se preocupó debido a que entre ellas dos había un conflicto que NADIE sabía de qué se trataba, llevaban un poco más de veinte años distanciadas

La historia no comienza ese viernes por la noche aunque ella en la bañadera estaba recordando todo. Lo anterior comienza 23 años atrás, cuando Erin había hecho un viaje con amigas hacia Europa, varios destinos se encontraban por delante, pero el que más la marcó fue la parada en Francia, allí Erin cometió el "error" de rondar sola y ebria por unas calles de Nantes, era de noche, cuatro hombres se aprovecharon de lo indefensa que estaba y abusaron de ella, dos de ellos la penetraron, los otros dos solo se reían y la golpeaban.

Cuando Erin reaccionó a la mañana siguiente en el Jardín de las Plantas de Nantes, lo único que hizo fue llorar y a pesar de su angustia trataba de reconstruir lo sucedido la noche anterior, logró encontrarse con unos turistas, parecían un matrimonio, quienes la vieron demacrada, golpeada y con la ropa rasgada. Procedieron a ayudarla, ella volvió al hotel donde estaban sus amigas y la asistieron, luego de esto se comunicaron con Silvia quien les dio la orden de tomar el primer vuelo que vuelva hacia Pensilvania. Todas volvieron, Silvia siempre fue sobreprotectora y le dijo desde un principio a su hija que en este viaje iba a salir algo mal, por lo que en vez de abrazarla y contenerla la tomó del brazo apenas la vio y la alejó completamente de sus amigas. 

Una vez en la mansión, procedió a regañarle y echarle la culpa de sus hechos y de todo lo sucedido, en frente de Anna, una amiga de ella llamada Mónica, los sirvientes y la señora que limpiaba en ese entonces. La discusión concluyó en un cachetazo que le dio esa madre sin capacidad de empatizar a su hija que días después fue diagnosticada con estrés post traumático y estuvo sin hablar casi dos meses enteros.

Erin era irregular con su período, y con lo del estrés estaba anémica, por lo cual pensaba que sus épocas de menstruación no llegaba a sangrar debido a eso, pero luego de una consulta médica a la cual su madre la obligó a ir, le anunciaron que estaba embarazada, aproximadamente de siete semanas. Esto la terminó de angustiar tanto a ella como a toda la familia. Erin esa noche tuvo su primer intento de suicidio, del cual la salvó su hermana. El embarazo transcurrió y Silvia obligó a Erin a regalar a sus bebés, pues eran mellizos, dos niños, Silvia se encargó de "ubicar" a uno de ellos, el otro nadie supo donde Erin lo había dejado.

Mientras Erin volvía al presente sentía el ataque de pánico recorriéndole todo el cuerpo, como si una planta enredadera la tomara de pies a cabeza, se paralizó en la bañera y siguió recordando.

Dos meses después (en los cuales Silvia y Erin no habían cruzado palabra alguna) Anna decide escaparse e irse a vivir con sus abuelos paternos en Florida, ya había cumplido sus 17 años y había logrado la enmancipación, por lo tanto, su sobreprotectora madre no podía hacer nada al respecto. Erin se sintió abandonada y comenzó a sentir un odio incomprendible hacía Anna, destruyó todas sus fotos, quemó sus peluches y utilizaba su habitación para encerrarse a llorar. Todo esto llevó a Silvia a preocuparse y llevarla al psiquiatra, allí la atendieron varios profesionales, estaba padeciendo depresión, principio de bipolaridad y ataques de ansiedad extremos, fue medicada y volvieron a su casa.

Se podría decir que las medicaciones la calmaban y eso colaboró a reconciliarla con su madre, desde ese momento se volvieron inseparables. Erin se casó dos veces y en ambos matrimonios logró quedar embarazada pero no llegaba a superar los cuatro meses de gestación y los perdía. Lo que la llevaba a divorciarse. Ella anuló todo lo anteriormente sucedido hasta hoy. Volvió a la realidad cuando el agua ya fría de la bañadera la había hecho reaccionar, estuvo una aproximadamente una hora paralizada.

Erin se había vuelto paranóica, sentía ruidos en la casa, no es un dato menor el saber que su padre, su abuelo y su bisabuela se habían suicidado en esa misma casa en distintas épocas claramente. Ella tenía que tomar su medicación para dormir y siempre tomaba una, esa noche tomó más y agregó clonazepam, luego de unos minutos comenzó a vagar por la casa hasta que empezó a ver cosas, demasiadas cosas, pero lo que más la sorprendió fue una figura que ella no llegaba a divisar si era un hombre o una mujer. Intento correr y volver al baño, lo logró.

En Florida, ya había terminado el cumpleaños de Anna, eran la 01:02. Silvia comenzó a recibir llamadas de Erin, tenía catorce perdidas y dos mensajes de texto inentendibles, luego revisó el buzón de voz, donde tenía uno de Erin llorando, se escuchaban golpes y cosas caerse, hasta que se escuchó finalmente la voz de ella.

-¡Mamá por favor, es una sombra que me está buscando! -Luego se escuchó como caía a la bañera y el mensaje se cortaba. Luego recibió un llamado de una vecina llamada Martha.

-Silvia, no quiero arruinarte la noche pero tu hija estuvo dando gritos desgarradores, cuándo volverás? -Dijo con tono preocupado.

-No... no lo sé Martha, recibí mensajes de Erin pero juro no haber entendido nada, estoy desesperad...- La llamada se había cortado.

Silvia le dijo a Anna que tenían que ir urgente a Filadelfia, su hija vio las lágrimas y la preocupación en su rostro y no dudó en pedirle a su marido Will que la lleve, Anna no quería volver a esa casa, no estaba preparada y aparte alguien debía quedarse con los tres hijos del matrimonio.

Luego de volar en un avión junto a su yerno, Silvia llegó dos horas después, dos horas tarde, porque cuando llegó y entró junto a los policías le tocó ver lo peor que una madre podría ver, Erin estaba muerta en la bañadera, una imagen que jamás olvidará.

Will llamó a Anna para comunicarle la situación y Anna rompió en llanto y comenzó a preparar bolsos para tomar el primer vuelo que consigan, lo importante ahora era llegar a tiempo y resolver qué es lo que había pasado...



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⏰ Última actualización: Oct 21, 2019 ⏰

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