XXXVII- De igual a igual.

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~ "Por los muertos que debo tengo que vender mi alma porque no puedo decir que no. No, no puedo decir que no. Y mis extremidades están congeladas y mis ojos no se cierran y no puedo decir que no. No puedo decir que no." - Bury a friend- billie eilish. ~

Había dejado de llorar incluso de pestañear. Me encontraba acostada en la arena con mi vista perdida en el cielo gris. Todo a mí alrededor estaba lleno de mí sustancia, haciendo un gran círculo en la playa. Me sentía cómoda allí. Las olas terminaban a pocos centímetros de mis pies. La leve brisa apenas me rozaba y todo indicaba que llovería pronto. Pero, ¿Acaso me importaba? La sustancia hacía de la arena un suave lecho. Las olas y la brisa no me tocarían sin mi permiso. Incluso, si comenzara a llover no me mojaría. Me protegían mis poderes, en cierta forma. Me encontraba totalmente resguardada de cualquier cosa de esta tierra gracias a ellos. Nunca sufriría una gripe u otra enfermedad. Mis huesos no podían romperse. Ni siquiera estaba segura de cómo envejecía. Sonaban como ventajas, como atributos afortunados y positivos. ¿Lo eran? ¿Servían de algo? Teniendo tanta salud, tanta fortaleza y no podía controlar mi vida. Era inútil frente a ellos.

Neoma, la falta que me haces.

Esa carta de despedida que dejaste no solucionó nada, no resolvió las dudas que quedaban. Ahora tenía muchas más. Todo se tornaba más complicado con el paso del tiempo. Me hablaste poco de la posesión. Nunca nombraste los nudos castos y dudo que no conocieras esa profecía. Se adecua perfectamente a Harry, a mí y a lo que ocurrió. Eras demasiado inteligente como para dejar pasar algo así. ¿Por qué no lo dijiste? Sí me advertiste, pero no fue suficiente. Ahora me encuentro enterrada en dudas y miedos. Los libros no se comparan con la sabiduría que tenías. ¿Tan corta era tu enseñanza?

Me enseñaste a cómo controlarlo, a entender la magnitud de mis dones. Supiste consolarme, a tu manera, ante mí dolor y mis pérdidas. Me abriste a un nuevo mundo que no conocía en lo absoluto. Gracias a ti supe cómo leer y entender las auras. Logré tele-transportarme con solo pensarlo y sin importar la distancia. Aprendí hechizos útiles aún cuándo no me correspondían los conjuros. Pero no lo contaste todo.

Estoy enojada contigo, por irte y dejar un estúpido pedazo de papel. No era suficiente la explicación que dejabas en él. "Mí labor concluyó contigo". Apenas había empezado y me soltaste. No dejaste rastros, ninguna dirección o número para contactarte. Pensaste que estaba todo solucionado pero no. ¿Dónde estás ahora? Eras anciana pero estoy segura que sigues viva. Nunca me dijiste tu edad, apenas me dijiste tu nombre y tu vocación. Pero eso no me importó, te tomé como una abuela, como una tía y aceptaste eso. Debajo de esas arrugas y ese mal genio había un gran corazón, podía verlo en tu aura. Siempre odiaste que usará mis dones en ti pero era inevitable. Me resultabas muy curiosa.

Ahora necesito de tus consejos y tu conocimiento. Estoy segura que me hubieses matado al enterarte de lo sucedido con Harry y él también caería en tu furia altanera. Pero lo hubieses ayudado, lo hubieses protegido como hiciste conmigo. Sabrías cómo enfrentar esta situación, usarías tus hechizos y lo alejarías de mí sin lastimarlo. Te necesitaba especialmente para eso. No podía alejarme sola de él. No tenía el poder para borrarle la memoria, para salir de su vida. Tampoco contaba con la fuerza suficiente para quitarlo de la mía. Pero, de esa forma, sufriría yo sola y Harry seguiría su vida normal, sin dioses celtas o bestias acechándolo. No hubiese ocurrido lo de la otra noche, mis errores estarían remendados. 

Todo sería más simple.

Sin embargo, no era así. No podía cambiar ni deshacer nada. Neoma no estaba y esta era la realidad. Aún si Neoma estuviese aquí las bestias seguirían tomándome a su gusto. Era la consecuencia de mi destino, nadie podía modificar eso. Tenía que conformarme con lo que tenía, los dioses habían sido demasiado bondadosos. Eso era lo que creía Neoma, que ellos me protegían de cierta forma. Ellos me querían fuerte para cumplir con mi labor, para el equilibrar las fuerzas en la tierra. Tenía que serlo, de nada servía llorar y lamentarse. Lo que ocurría era natural por chocante que sonara. Era mi naturaleza no podía contra ella. 

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2020 ⏰

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Dorchadas Álainn ||H.S|| a.u (Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora