Capítulo 1: La Gran Decisión

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En la gran mansión de uno de los más grandes y respetados empresarios de Corea, ese personaje que con solo verlo te hace bajar la cabeza, intimidado ante su presencia, al que todos temen y al que nadie enfrenta ni se atreven a mirar. Hablamos de Kim Sung Dae, el gran magnate hombre sin esposa, pero con cientos de amantes y con un hijo heredero rebelde, esto último lo tenía pensando constantemente las 24 horas del día. Decir que lo tenía preocupado era de menos, pero aún así hacía lo que estuviera en sus manos para que su hijo único no se perdiera.

Se encontraba en su despacho, sentado en el sillón con sus manos entrelazadas y apoyando su barbilla en éstas, suspiró, casi por undécima vez en los últimos 10 minutos que llevaba sentado.

Entrecerró sus ojos en signo de molestia, dirigió su mano derecha hacia el teléfono que estaba a su lado.

— Ven a mi despacho. — Ordenó con su gruesa voz y cortó.

En menos de un minuto tocaron a la puerta y tras la orden de "entra" del hombre, un joven de más o menos 26 años ingresó al lugar, hizo una reverencia y luego se quedó con la cabeza gacha, no era capaz de verle al rostro al hombre que era mayor 10 años que él, aunque ese no era el motivo, sino que nadie se atrevía a verlo.

Medía cuando mucho 1.76, cabello negro, ojos azules, piel blanca amarillenta, delgado y usaba un traje a conjunto de color negro con una camisa blanca por dentro, su expresión era de completa seriedad.

—Llama a mi hijo. Dile que venga, es urgente. — Ordenó. Entonces el chico salió del lugar, no sin antes hacer la misma reverencia que hizo al entrar al lugar, solo que esta vez dijo: "sí, señor".

Minutos después, un chico alto de cabellera negra, tez clara, ojos oscuros al igual que el del hombre mayor, y con unas sombrías sombras debajo de sus párpados. Abrió la puerta de un golpe con una gran sonrisa.

Miró a su padre y el cómo éste tenía el ceño fruncido.

—Cierra la puerta y toma asiento. — Le ordenó el hombre.

—¿Porqué? ¿Me dirás que me case con esa mujer de nuevo? Solo cuando se trata de ese tipo de temas me pides tal cosa, así que mejor prefiero quedarme aquí. — Dijo el chico y cerró la puerta, luego se recostó en ella. Sacó un porro de su bolsillo, uno electrónico y se puso a fumar.

El hombre mayor no dijo nada solamente frunció su entrecejo.

—Bien, de todas formas, siempre haces lo que quieres, aunque eso ya no pasará más...—Se jactó el hombre. Sacó unos papeles de sus cajones, puso un folder amarillo sobre su escritorio y entrelazó sus dedos.

—¿Qué? ¿Vas a enviarme a una correccional de menores? Sabes que no puedes hacerlo, o al menos, no te atreves. — Dijo el chico y soltó una arrogante risotada, caminó hasta el escritorio de su padre y tomó el folder, pero al ver el contenido que tenía , dejó caer su cigarrillo al suelo.—¿...Esto es...?

El hombre fue quién sonrió arrogante ésta vez y se recostó sobre su asiento.

—¿Qué te puedo decir? Un cambio de vez en cuando no le hace mal a nadie. Ni siquiera a ti, He Tian.

El susodicho arrugó el folder entre sus manos.

—¡No me jodas!¡Estás loco si piensas que iré a ese lugar! — Espetó y tiró los papeles al suelo. Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la puerta echo furia.

—Eso o qué te comprometas con Laila Scrifft, tú decides. Tienes entre hoy y mañana, así que, nos vemos, hijo. — Las palabras de su padre le enfurecieron más.

Salió del despacho y también de la casa, llegó a su deportivo rojo, subió y arrancó de una acelerada.


POV:HE TIAN

¡Aléjate de mí! [TIANSHAN] [Boy x Boy] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora