Caught

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POV Regina

Nunca en once años que llevaba recibiendo alumnas extranjeras en mi casa me he relacionado con una de ellas. Bueno, en todo caso hasta que ha llegado Emma. Nunca, ninguna me había llamado la atención. Solo ella.

Habían pasado tres semanas desde la llegada de la familia Swan a Londres y mi relación con Emma estaba cada vez más complicada. Cinco minutos en la sala de piano cuando todos estaban durmiendo era lo que podíamos tener.

Estaba poniendo a mi familia en riesgo y por los suelos toda mi ética moral. Sabía que sería la comidilla del barrio si se supiera que las Mills habían sido borradas del sistema por descubrirse que una de ellas estaba manteniendo una relación con una alumna del programa. Sí, sería un enorme problema. Además, Fiona se sentiría enormemente sorprendida y decepcionada. Primero, sorprendida por no saber que también me gustan las mujeres y decepcionada por haber roto, desde el primer día que puse mis ojos en esa mujer, la primera y principal regla del programa.

El sentimiento de egoísmo me consumía día tras día. Me sentía de nuevo con dieciséis años, cuando mi madre no me permitía salir con chicos, y entonces, lo hacía a escondidas. Me conocía todos los lugares más escondidos del colegio y de la ciudad. Pero, nunca pensé que ahora, a punto de cumplir los treinta y dos años, estaría de nuevo pasando por todo eso. Y aún más sabiendo que las consecuencias podrían ser serias. Pero por más que estuviera mal, no podía dejarlo. No podía librarme de Emma Swan.

Puede que alguien diga que me he convertido en una mejor persona desde que ella llegó. Quizás menos borde, rígida e insoportable. Sin notarlo, Emma es el tipo de persona que te hace cambiar por completo. Hace que te intereses por cosas nuevas, te aconseja, te hace reír y, claro está, te provoca hasta que no aguantas más.

Los días fueron pasando y Sarah, madre de Emma, se acercó más a mí de lo que yo me imaginara. No estoy segura de si puede ser un problema, pero creo que no. Sarah es una mujer visiblemente fuerte, inteligente y determinada. Emma ha tenido a quien salir.

Y bueno, ahí estaba yo, un día más. En la sala de piano, pero esta vez, sin mi compañía de todas las noches.

Emma había salido con sus amigas. Era viernes y las tres decidieron revivir los "viejos tiempos" y después todas dormirían tiradas por el suelo de la sala de mi casa. Confieso que me sentía algo incómoda con Chelsea, pero nunca dejaría que eso interfiriera en su amistad con Emma, aunque sabía que ella deseaba mucho más que una amistad.

Tras dejar mi taza encima del piano, recordé la primera vez que mis labios tocaron los de Emma. Me quedé tan frustrada por no haber sido correspondida, incluso hoy siento un poco de enfado.

Pasando ligeramente los dedos por encima de las teclas, comencé a tocar una canción que desde hacía un tiempo le estaba enseñando a Bella. Apenas me importó que todos los presentes en la casa ya estuvieran durmiendo, solo toqué y canturreé, sacando de mi interior todos aquellos cansados pensamientos que habitaban mi cabeza.

We keep behind closed doors

Every time I see you, I die a Little more

Stolen moments that we steal as the curtain falls

It'll never be enough

As you drive me to my house

I can't stop these silent tears from rolling down

You and I both have to hide on the outside

Where I can't be yours and you can't be mine

La canción encajaba perfectamente. Cuando llegué al estribillo, vi, por primera vez en mucho tiempo, que tenía los ojos húmedos. Aunque no fuera una pianista o cantante profesional, siempre había tenido una gran conexión con la música y esta, definitivamente, me ha tocado el corazón.

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