25- Despedida y hallazgo.

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April

Dejé a los niños durmiendo en sus habitaciones y fui a la mía, en dónde Bastián estaba sentado en el borde de la cama con su computadora en las piernas, estaba tan distraído que ni cuenta se dio que entré, así que subí a la cama, me puse detrás de él y lo abracé.

—Amor, ya deja eso —besé su cuello—, tienes que descansar, mañana debes irte temprano, ¿no?

—Así es.

La navidad y el año nuevo ya habían pasado, con ellos hermosos momentos en familia, desgraciadamente, Bastián debía irse del país a unos congresos a los que su papá lo mandó en representación de la empresa. El año nuevo a penas tenía tres días y Bastián ya se iba a ir, no estaba muy de acuerdo, pero no tenía otra opción, su padre no podía ir y él tenía que hacerlo. Dejó la computadora de lado y se giró un poco para verme.

—¿Te digo la verdad? Yo no quiero descansar —con su índice acarició mi pierna. 

—Bastián, tienes que madrugar.

—No necesariamente.

—¿Entonces podremos despedirnos? —me senté a horcajadas sobre él—. Me vas a hacer mucha falta —lo besé.

—Y tú a mí —acarició mi mejilla, bajó a mis pechos, por mi abdomen, hasta llegar a mi cintura, tomar el borde de mi camisa y levantarla hasta sacarla por mis brazos—

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—Y tú a mí —acarició mi mejilla, bajó a mis pechos, por mi abdomen, hasta llegar a mi cintura, tomar el borde de mi camisa y levantarla hasta sacarla por mis brazos—. Eres hermosa —me quité el sostén y lo dejé caer al piso—. Muy hermosa —sonrió.

Empezó a acariciar mis pechos, a besar mi cuello, mientras yo movía mis caderas sobre él y sentía lo duro que se iba poniendo debajo de mí, eso me estaba excitando aún más, así que aumente mis movimientos.

—Con calma —dijo antes de ponerse de pie y dejarme sentada en la cama—. Hay que disfrutar el momento, no sabemos cuanto tiempo pase para volver... —me paré frente a él y le bajé el pantalón de pijama.

—Exacto, hay que disfrutar —le bajé el bóxer también y tomé su erección en mi mano, lo acaricié por un par de segundos mientras lo besaba y luego me puse de rodillas y lo metí en mi boca, empecé a chupar.

Levanté la mirada y estaba sonriendo, puso su mano sobre mi cabeza y empezó a acariciarme el cabello, mientras yo chupaba su miembro, de arriba a bajo, cada vez metiendo más, hasta llegar a mi garganta. Empecé a trazar círculos y a chupar más fuerte y rápido, ya estaba extasiado, incluso quitó su mano de mi cabeza y apretó sus manos en puños a sus costados.

—Ap —gruñó—. Detente... Ap —me detuve y relamí mis labios.

—¿Te gustó? —me puse de pie.

—Me encantó —se acercó a mí y empezó a besar mi cuello, mientras lo hacía me bajaba el short y las bragas —. Quiero más —cuando estuve completamente desnuda, me llevó hasta la cama y me recostó en ésta, me abrió las piernas y metió dos de sus dedos en mí.

Pequeños West. [West#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora