¡Feliz Aniversario!

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Fic participante del evento #SAOF_aniversario.

Tema Libre

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—Feliz aniversario Asuna...

El susurro fue suave, similar a una ligera brisa, cual aleteo de mariposa que le hizo cosquillas en la nariz.

Las orbes de miel se abrieron, parpadeantes, somnolientas —¿Kirito?

—Feliz aniversario— reiteró resuelta, la voz masculina.

Las orbes de miel volvieron a abrirse, delineando el perfil amado. La penumbra se extendía por los alrededores. ¿Qué hora era? Sus ojos cargados de sueño miraron el reflejo del reloj. Eran las 6 de la mañana.

—Feliz aniver...

—Sí, ya te oí... —sonrió acomodándose en la cama junto a él, lo jaló con sus brazos y lo apretujó contra su pecho, instándolo a volver a hundirse en la tierra de los sueños —Feliz aniversario amor —sus párpados volvieron a cerrarse —¿Ahora crees que podamos dormir un poco más? Es domingo y apenas es de madrugada...

—La vicecomandante se ha vuelto muy floja con el correr de los años.

Cómo respuesta, ella exhaló una risita silenciosa, estaba prácticamente dormida.

...

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—Asuna, feliz aniversario.

La joven estaba con la cucharada de cereal a medio camino de su boca abierta. Miró a su marido con una ceja en alto. Este se devoraba los panecillos que había horneado con sorprendente rapidez. Miraba ilusionado su plato, antes que a ella.

—Gracias Kirito, feliz aniversario a ti también.

¿Había soñado que la despertó con esas mismas palabras? ¿O realmente estaba dormida?

Pero mirándolo de reojo notó que no estaba poniéndole atención. Como siempre, la hora del desayuno para él era sagrada.

—¿Iremos a casa de tus padres?

—Sí, aunque si tienes un plan mejor... —dejó la oración en suspenso.

—Me gusta ese plan.

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Salía del baño luego de darse una ducha relajante. Aunque era domingo, los problemas en la empresa de su padre se amontonaban, y muchas veces acababa llevándolos a casa. Era una accionista responsable, y aunque el emporio de RECT. Progress INC estaba creciendo, también lo hacían sus múltiples yerros. Por supuesto, Kouchirou y hasta el señor Yuuki, podían desligarse de esas odiosas obligaciones... pero ella siendo mujer, tan almática y sensible, no podía arrancar de su corazón las preocupaciones que el trabajo le ocasionaba.

Por lo que tomar un baño relajante por las tardes la ayudaba mucho. Era una especie de rutina que cumplía a rajatabla. Ese mismo día, entró a su habitación con la toalla de mano, secándose el cabello. Tomó una nueva de muda de ropa interior, y cuando se quitó la bata para empezar a cambiarse, la voz masculina que conocía a la perfección, la sorprendió sobre manera a su espalda.