ÚNICO

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Es un día lluvioso, por lo general cuando es un día tan gris, suele haber personas, muchas personas en el bus. Sin embargo solo hay unas pocas distribuidas por todo el vehículo y para el pelinegro, se está tornando aburrido el no tener nadie con quien hablar en el transcurso del hospital al conjunto departamental de su universidad.

Suspira y toma una decisión arriesgada. Hay solo cuatro personas en el autobús: el conductor, una persona en la parte delantera, otra persona sentada en la mitad al fondo casi junto a él. No piensa perder la oportunidad de hablar con alguien, así que se toma el tiempo de levantarse, caminar unos pocos puestos y sentarse con el extraño que está sentado al lado de la ventana.

—Hola —menciona. El otro voltea a mirarlo a los ojos.

Craig muestra una sonrisa. Parece llamarle la atención los ojos heterocromos del contrario; Azul y verde. No afecta en lo absoluto que demuestre sufrir de tics. El chico a su par arquea una ceja nervioso al ver que alguien se ha sentado con él, como no hay paradas quiere decir que alguien se sentó con el por razones inexplicables, esto lo lleva a ponerse a la defensiva.

Voltea la mirada, nervioso. Piensa en buscar un bolígrafo si es necesario, pero no sabe si el otro es más peligroso o si esto le meterá en problemas y decide después de debatir con sigo mismo responderle:

—H... Hola.

—Es un día muy lluvioso ¿No lo crees?

—Sí.

El pelinegro noto tensión, el chico a su lado parece no querer hablar, se ha puesto pálido, esta incluso apretando su ropa con sus manos. El pelinegro no sabe si es por el o si se trata de un evento anterior al hablarle, así que decide tratar de romper el hielo siendo más cortes.

—Me llamo Craig ¿Y tú?

—No debo hablar con extraños —rápidamente dice.

El contrario se queda sorprendido y después lo mira en silencio para proseguir:

—Lamento decirte que toda tu vida tendrás que hablar con extraños.

El se aproxima y se pone más nervioso. Voltea a mirar al chico a su lado y denota estar alterado.

—Solo aléjate.

Fue directo. El rubio quería estar solo y el pelinegro lo entendió. Sin embargo la actitud que tomo el rubio fue irracional. Se levanto del asiento y se paso al de atrás saltando entre sillas. Se quedo callado ante su actitud y apenas como si fuese alguien calculador, el bus dio señas de dar paso a una parada donde el extraño chico se bajo.

Todo eso se vio extraño y vergonzoso. No sabe si por la mente de ese estrambótico chico paso que zafarse de una conversación que no deseaba, se vería genial de esa manera, pero ahora el no olvidaría como alguien huyó de el casi cayendo de una silla, solo para evitar hablar un instante con él.

Pero la anécdota se quedo en Craig como algo extraño. No lo volvió a ver cuando subía al autobús, o cuando hablaba con extraños. Se trata de un mal hábito que ha tomado desde que tuvo un incidente en la moto de su amigo Token. Es un mal hábito que lo ha llevado a tener conversaciones con futuros acosadores, o personas extrañas que gustan experimentar con sus más terribles perversiones.

El tiempo lo lleva a tomar decisiones irresponsables. Al igual que Stan Marsh, el se ha vuelto alcohólico. Tienen el mismo problema pero aunque se reúnen para tomar, ambos no se consideran amigos.

Es un jueves en la madrugada, cuando Craig se despierta con una jaqueca que lo está matando y tenía cara de pocos amigos. Se levanto de la cama y se vistió.

COMEME [CREEK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora