¿Recuerdan la conocida historia de la Caperucita Roja? Pues esta solo nos deja una moraleja sobre la confianza y el no hacer caso a los extraños, pero nadie cuenta la verdadera historia detrás. Así es la historia en la que la verdadera caperuza y el lobo no son solo ficticios personajes sino se basan en la historia de dos jóvenes que no pueden cumplir su anhelado sueño de permanecer juntos...
Ella tan simpática y frágil adentrándose en el bosque, llevando su singular capa roja se alejaba cada vez más de mí. Fugaz fue el encuentro más su mirada de sorpresa y confusión no pude evitar seguir, por alguna razón quería acercarme aún más, llegar a conocerla, ser amigos ¿quizás?
Tan seguido es mi pensar y preocupación por lo que le pasase que sin darme cuenta ya me hallaba siguiéndola por el camino largo que le había indicado, no podía decir más en ese entonces pues mi primera impresión no habría sido la mejor –jeje un chico vestido con traje de bestia y apariencia andrajosa no era una buena forma de decir: ¡Hola, Seamos amigos!- lo único que atine a responder ante su duda de cómo llegar a su destino tal cual me indicaron fue el de señalarle el camino más largo y supuestamente salvo del frondoso bosque. Inusualmente rompí las reglas del libreto y la acompañe sin hacerme notar, o eso creía pues siempre que aparecía la veía desviar la mirada al lado opuesto y seguir caminando, divertido ante sus reacciones seguí haciendo lo de aparecer repentinamente una y otra vez olvidando continuar con mis líneas.
~No puedo verte, tampoco tocarte y no puedo hablar, pero es por tu bien~
Avanzaba más la historia, se alejaba cada vez mas de su destino, la distancia cada vez me agobiaba y el hecho de ponerle fin a este sentimiento que se hacía más y más grande era insoportable, sé muy bien que no puede ser pero por algún motivo me mantengo ahí vigilando sus pasos otra vez. Procuro derribar cualquier obstáculo que este a su delante, destruyo a cualquiera que se atraviese en su camino y no me alejo de ella. No sé si esto ser amor lo que llaman, lo único que tengo en mi mente de solitario animal es proteger aquella sensible sonrisa y disfrutar la agradable vista de su curiosidad ante las situaciones
– ¡Deja de seguirla y continua con tu papel!- en mi mente resonaba una y otra vez, pero hacia caso omiso pues mi único objetivo era su seguridad y mantenerla mi lado aunque realmente no fuera así.
Mas el libreto tiene que continuar y así llegar tarde o temprano al final. La caperucita llego a la casa de su abuela y yo tuve que optar por solo mirar como ella iba dentro y le dejaba su recado, iba acercándose quizá el final o tal vez unos arreglos pudieron haber sido cambiados, no sabría la respuesta a mi duda más mi trabajo habría fracasado, pero no era de importancia mientras ella estuviera sana y salva. Al jardín más cercano fui a parar pasando por la ventana de la casa asegurándome una vez más si ahí se mantendría.
~Más el cuento tiene un final, el lobo no sabría que la abuela también lo percibió y con ella el antagonista apareció para ponerle fin a su final feliz~
Una corona de flores le vendría bien para adornar su pequeña y rubia cabellera, unas margaritas azules como sus bellos ojos que resaltan sobre su blanca y suave piel, solo ese regalo quiero darle porque mi bruta apariencia me impide prácticamente acercarme gentilmente a su frágil y angelical ser. Unos minutos de dedicación me bastaron para terminarlo antes de darme la sorpresa con que alguien me estaba observando, casualmente una rojiza figura de entre los arbustos se acercaba, esta vez creí yo era la presa y reí antes de hablarle.
-Ya sé que eres tu Caperucita~- un tono algo burlón se hizo notar en mis palabras antes de verla aparecer y hacerle una señal para guiarla a mi lado, ella cuidadosa y con duda acepto, empezando un inocente juego le coloque la corona y ella a cambio me brindo su más pura sonrisa derritiendo mi corazón en el transcurso. Era esplendido el momento más sin darme cuenta otra presencia mas nos acompañaba, al lograr sentirla por fin un tiro nos avisó de esta. Un cazador que venía en mi búsqueda fue el que disparo y por acto reflejo mi deber fue el protegerla lanzándome sobre ella sin saber que la puntería del enemigo seria certera terminando por herirme en frente de sus ahora cristalinos ojos. Es como seguía la historia "el cazador acabo con el lobo, salvando así a la abuelita y la niña del peligro" pero no se les pasó por la cabeza que aquel lobo no atentó en ningún momento con la vida de la pequeña, caso contrario solo quería cuidarla y tenerla a su lado.Después de que el cuerpo del chico recibiera el disparo la bala perforó uno de sus vitales órganos hiriéndolo gravemente y provocando que cayera sobre las hierbas donde la rubia lo observaba y jugaba con él hace unos momentos atrás, una tragedia habrían presenciado sus ojos seguía un fuerte grito de dolor junto a un mar de lágrimas por su parte de odio y tristeza por su amigo, el cazador se dio a la fuga ante la escena y la niña solo pudo tomar entre sus brazos al ahora desfalleciente lobo.
"Quiero abrazarte cuando lloras, pero no puedo alcanzarte, quiero estar contigo pero sé muy bien que no puedo. Como sea seguiré luchando, nuestras diferencias nunca se irán, así que por mi espera, ya que estaré del otro lado de aquel árbol siempre..."
-No...no llores...princesa- logro salir de sus últimos alientos de vida antes de sonreír y cerrar los ojos en un sueño profundo del que no volvería despertar. La pequeña llorando quedo y abrazando el cuerpo del joven tarareo una melodía junto algunas letras de su anhelada canción.
~Esta cruel verdad, esta fría maldición, nuestro destino en el guion esta. ¿Por qué tú?, dime ¿Por qué yo? Somos el lobo y la caperucita roja~
FIN..
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.。・゚゚・El Destino que nos separa・゚゚・。.
Fanfiction¿Recuerdan la conocida historia de la Caperucita Roja? Pues esta solo nos deja una moraleja sobre la confianza y el no hacer caso a los extraños, pero nadie cuenta la verdadera historia detrás. Así es la historia en la que la verdadera caperuza y el...