Si te enamoras de un amigo, estás perdida.
Si ya intentásteis tener algo. Si él no sabe que le quieres. Si no sabes a quién dedica su sonrisa. Si piensas que quizás te ame. Si te hace crer que te quiere. Si sientes un zoológico cuando le ves. Si tu único tema de conversación es sobre él. Si no sabes cómo hacer que todo cambie, y te da miedo perderle aún sabiendo que eso pasará, puedes intentar sentir paz sólo reflejandolo en una nota de suicidio, o puedes morir por dentro poco a poco como mi instinto ha elegido hacer.
El problema es que lo perderás igualmente si se lo dices y no lo acepta que si lo acepta y el amor desvanece.
Si, estoy enamorada.
Y odio que me encante su forma de mirarme con sus ojos azules brillantes a la luz haciendo una perfecta convinación con los surcos de su sonrisa.
Pero claro, la cara de tonta que se me queda a mi no desvanece hasta que una ráfaga de aire sacude mi pelo. Su pelo, que hace unos rizos perfectos siempre que se deja llevar por el viento. Brillantes a la luz del sol también, rubios como cada girasol listo a comenzar una nueva ruta en dirección a la luz cada día.