One-Shot ¡Especial Halloween!

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Aizawa no sabía con exactitud cuando todo esto había empezado.

Quizás desde que nació o incluso pudo haberse desarrollado sin que se diera cuenta con el pasar de los años.

La verdad no tenía idea y si era sincero tampoco le importaba, de hecho, muy pocas cosas lo hacían.

El mundo desde que era niño le parecía insufrible, especialmente la gente.

Todas las personas eran complicadas. Poseían en sí mismos un incansable deseo por competir, de acaparar, de "triunfar".

E incluso si alguien viniese mostrándose como la excepción a la regla, Shouta no detestaba de todas formas.

Nadie podría escaparse de la naturaleza humana.

Era natural para los humanos competir, al igual que engañar.

Otra de las cosas que Aizawa detestaba. Las mentiras, la falsedad... la hipocresía.

Pero sinceramente, pese a detestar todo aquello de las personas, ya se había acostumbrado.

En especial porque vivió rodeado de falsedad a lo largo de toda su infancia.

Decir que sus padres eran específicamente malas personas por ser infieles sería algo que la mayoría de la gente aceptaría, pero no Shouta, al menos no al inicio de todo.

Después de todo su madre siempre lo tapaba en las noches y su padre le había dado más de un buen consejo en la vida.

No fueron malas personas con él, sino entre ellos.

Pero siempre, a pesar de desear defender la integridad e imagen de sus padres, una sensación de disgusto latia fervientemente en su pecho.

La dulzura en los ojos de su madre al decir cada mentira, cada excusa, cada cosa frente a su padre. 

El aire cálido alrededor de su padre cuando hablaba de amor, fidelidad y una familia unida, cuando la realidad era totalmente distinta.

Le daba nauseas.

Puede que Shouta nunca fuese maltratado.

Que nunca le faltase un plato de comida en su mesa, ni una cama donde dormir, pero una sola pregunta había arruinado todo aquel "buen trato" que su familia le brindaba.

Y es que... si sus padres que decían amarse, se detestaba a espaldas ¿Cómo saber si aquellos gestos de afecto hacia él eran verdad?

Desde ese punto su perspectiva del mundo cambio.

En especial cuando descubrió que su pregunta tenía mucha más verdad de la que hubiese querido admitir.

Nunca podria olvidar el dolor que se formó en su corazón al escuchar a sus padres hablar de aquella forma de él.

Había tanto veneno en sus palabras, un odio palpitante ante su propia existencia.

Aparentemente su nacimiento había arruinado sus vidas. Él había sido un accidente, un error al que tendrían que dedicarle la vida entera.

Ellos estaban llenos de resentimiento ante su vida.

Shouta debía admitir que aquello le había dolido, pero no la de forma convencional.

Quizás, lo que sentía era una decepción profunda. A lo mejor, tontamente había pensado desde niño que sus padres serían la excepción a su repulsión.

La excepción a aquella aversión que sentía hacia la sociedad en general.

Más ellos habían probado lo contrario y ahora Shouta no podía sentir nada de aquel aprecio que algún día sintió por su familia.

Mi Unica Razon Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora