Epílogo de Candy: El Príncipe en la Colina

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Novela escrita por Keiko Nagita

Traducción hecha por la profesora Maritza Jiménez. Coordinadora de la sección Arte y Entretenimiento del Diario El Universal (2019).

Email: colibr2005@yahoo.com

1-Tío abuelo William

¿Sobre qué cielo está ud. hoy? Qué país está sobrevolando?

Yo no había imaginado que ser jefe del clan Ardlay podía ser así de atrapante. Yo estoy, por otra parte, más que agradecida de que haya encontrado un momento para visitarme en la Casa Pony, entre dos decisiones de trabajo.

Y sobretodo... sobre todo...

He aquí, me pongo todavía a soñar...

Entonces, el príncipe de la colina...

Sorpresa ¡El príncipe de la colina era...

El príncipe de la colina era ud.

Yo tiemblo todavía ¡La emoción es tan fuerte!

Y no he tenido todavía el tiempo de reponerme: apenas usted me confesó que era ese que toda mi vida yo había llamado el príncipe de la colina.  El señor Georges llegó a buscarlo y ha desaparecido usted de nuevo de la colina. Una costumbre suya, decididamente...

Resultado, tengo todavía la impresión de estar en un sueño, mis pies no tocan la tierra...

El pequeño príncipe de la colina... ¡Oh, no! Jamás lo olvidaré

Inútil intentar dormir esta noche, es seguro.

Candy

2-Señorita Candice White Ardlay

Le agradezco sinceramente su carta. Yo tenía cualquier escrúpulo de haberla abandonado tan precipitadamente, y más que yo acababa de hacerle una confidencia demasiado importante.

Le ruego, por tanto, me excuse esa forma tan brutal que le afectó manifiestamente.

Entonces, ¿Candy?

¿Y si yo escribiera con ese tono? Yo veo desde aquí una mueca no muy entusiasta... ¿No es verdad? Entonces, tú tampoco vas a escribirme con ese tono cortés y frío que no se te parece. Escribe como cuando tú me hablas... ¡como de costumbre, pues!

Yo comprendo perfectamente que estés molesta, insisto.

Yo te oculté que yo era William A. Ardlay durante tanto tiempo.

Yo debía luchar contra mí mismo para no reconocerte todo, pero yo te comprendo, no voy a tratar de justificarme.

En fin, solo quería mirarte de lejos, protegerte sin decir nada.

¿Quién habría podido imaginarse la devoción con la que te has ocupado de  el señor Albert, sin siquiera saber quién era él verdaderamente (como en un viejo melodrama musical)?

He aquí por qué yo prefiero aceptar y retraerme en mí mismo, a veces, cuando a propósito te burlabas de mí tratándome como un viejo y llamándome "tío abuelo William". Eso no es gentil con las personas viejas, pero reconozco que fue merecido.

Y sin embargo, yo tenía todavía un secreto que confiarte, y sabía que iba a sorprenderte, era seguro.

Se trata, claro, de nuestro encuentro en la colina de Pony. En esa época yo era todavía un muchacho joven y recordarlo es una manera de regresar al pasado.

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⏰ Last updated: Sep 05, 2021 ⏰

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