El miedo de no conocer a quien creemos conocer...

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Despierto entre sabanas blancas y una mirada asustada que penetra la mía. Un hombre completamente desconocido me mira asustado mientras yo estoy en una cama semi desnuda. Ahí recuerdo todo... Hace un momento me entregué a un hombre que me volvía completamente loca, que ponía mi piel a sentir los más deliciosos escalofríos. ¡¿Pero, Quien demonios es este hombre que ahora está parado frente a mí?!

Me mira aun sintiendo temor y me pide que abandone la habitación de Motel que estoy ocupando.

Esto no me puede estar pasando, no a mí, no hoy, no nunca.

Resulta que el apuesto chico que me trajo a esta misma cama me ha dejado tirada, desnuda en un cuarto y no tengo como demonios volver a mi casa.

Entro casi corriendo al baño donde me pongo toda la ropa y encuentro una bolsa con mi celular, mi cartera y algunas cosas que había dejado en su auto.

Salgo del lugar a toda prisa con la mirada al suelo sintiendo una vergüenza que me arropa completamente. Camino por la calle sin zapatos, con las lágrimas cubriendo mi rostro, cuando un policía se detiene junto a mí.

- ¿Señorita, se encuentra bien?

-Si, solo estoy tomando un paseo a mitad de la noche. Respondo con la voz entrecortada.

- ¿Sin zapatos?

Continúo caminando sin responder ni media palabra, pero siento como me sigue desde el auto.

-Sube.

-Ya le dije, solo tomo un paseo. Gracias por su preocupación.

-Si no sube tendré que bajar y llevarla a la estación. Puedo pensar que escapó de algún lugar.

Dice con voz de preocupación y baja para abrirme la puerta.

No puedo tener tan mala suerte, no puede este ser un peor día para mí. Y dicho esto comienza la investigación, las típicas preguntas. "¿Como te llamas?" "¿Dónde vives?" "¿Escapaste de casa?" y todo lo que pueda llenar de información al oficial.

Volteo para mirarlo con un nudo en la garganta porque realmente no quiero hablar de mí, no quiero decirle alguna mentira tonta que me haga lucir peor de como debo verme antes sus ojos. Pero decirle la verdad es imposible porque ni yo sé con exactitud que rayos paso esta noche. El chico que tanto quería me dejo en una cama como si hubiera abandonado una mascota en un lugar muy lejos de su casa para que este no le siguiera, como si hubiera completado su objetivo y me hubiera echado a la basura.

Veo sus tiernos ojos, su mirada de preocupación, de compasión.... Entiendo que solo hace su trabajo y que realmente desea ayudarme. No quiere saber si estoy de humor o no para responder, solo quiere mi respuesta.

-Al menos dime donde vives, llevamos más de 5 minutos dando vueltas en círculos.

-Vivo frente al parque de la ciudad. Dije con una voz temblorosa que apenas se acortó en la última palabra.

-Eres una joven muy bonita, no deberías andar así en las noches, no sabes con las personas que podrías encontrarte a mitad del camino. Estabas muy lejos de tu casa, Gracias a Dios te encontré yo primero. No juegues con tu suerte nuevamente.

Como si yo hubiera decidido ser abandonada hoy. Aunque sus palabras de consuelo lograron moverme el corazón, permanecí en silencio hasta llegar al parque y señalar mi casa. Bajé del auto muy agradecida y corrí hasta la puerta de mi casa sin preguntar tan siquiera su nombre, solo sabía que le agradecía eternamente.

Oficialmente EnamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora