Yo Compro a esa Mujer (4ª Historia de la serie Las Inalcanzables)(en edición)

Capitulo 2

CAPITULO 2

-tuviste la idea mas asombrosa, eres un verdadero genio- dijo Caldina casi a gritos mientras sacudía a Lucy, Caldina era una mujer hecha y "derecha", por decirlo de alguna manera, era una mujer ya madura, de mas de cuarenta años, pero si alguna vez has escuchado la frase "los vinos mejoran con la edad", definitivamente el que la escribió estaba pensando en Caldina, de ascendencia Colombiana, piel canela, grandes e impresionantes ojos rosas, al igual que su sedoso cabello y tenia mas cuervas que las carreras de una montaña, además de que irradiaba sensualidad, no había un solo hombre sobre la faz de la tierra que no la volteara a ver dos veces

Lucy no se sentía cohibida a su lado, ya que Caldina siempre la hacía sentir bella, lo cual para Lucy resultaba un poco difícil, después de todo al estar rodeada por puros hombres, ella siempre se sintió un chicazo, Lucy tenia tres hermanos mayores, Saturno, Maciel y Camel, todos abogados al igual que sus padres, la querían mucho, y la consentía, pero la sobre protección que siempre le dieron solo hizo que fuera tímida e insegura.

Pero gracias a Caldina eso había cambiado solo un año antes, Lucy siempre recordaba cuando por azares de la vida se habían topado en una carrera de cuarto de milla, a las que Lucy era adicta y Caldina fue invitada, en aquella ocasión Cefiro uno de los vitivinicultores de la región perdió contra Lucy y de coraje el hombre le disparo al potro ante el horror de todos, dejándolo lisiado, normalmente un caballo con una pata rota era sacrificado, pero Lucy sintió tanto dolor he indignación que se le fue a golpes a Cefiro, sin que este se lo esperara y le dio el monto que había ganado en la carrera por el potro herido.

Ese incidente impulso a Caldina y a Lucy en una extraña sociedad, por su parte Caldina tenía algo en lo que ocupar su tiempo y "dinero", ya que rea una viuda muy rica y Lucy pudo ejercer sus conocimientos y amor por los animales, en poco tiempo y como si se leyeran las mentes iniciaron una fundación que protegía a los animales del estado, pero había tantos que siempre estaban necesitadas de fondos, por lo que Caldina "seducía" a posibles benefactores, pues después de todo, tenia cuerpo de pecado, y pocas personas podían contra sus encantos, incluso Lucy la llamaba "la ilusionista" .

-hiciste tu magia de nuevo- le dijo Lucy mientras tomaba un sorbo de una copa de agua, pues ella no era de beber.

-no, la magia esta vez la hiciste tu, mira que "una subasta de solteras", ni a mi se me hubiese ocurrido algo tan genial-

-si, solo que ahora no se como rayos la vamos a llevar a cabo- Lucy estaba tan nerviosa que le quieto la copa de la bandeja a un camarero que paso a su lado y se la tomo de un sorbo al tiempo que hizo una mueca de asco.

Caldina se rió con ganas de los gestos de su "pupila", ella se preocupaba mucho por Lucy, desde que la conoció se dio cuenta que era una mujer con un corazón de oro, y que cualquiera se podría aprovechar de ella, y no iba a permitir que eso pasara, por eso la tomo bajo su ala protectora, eso y además podía jugar con ella a las muñecas, Caldina nunca tuvo hijos, y Lucy fue su respuesta a las plegarias que hizo por décadas, ahora se ocupaba de la imagen de Lucy, le aconsejaba, que vestir, como peinarse, como maquillarse, como comportarse, y a veces también la obligaba a salir a citas, aun que Lucy nunca se sentía muy a gusto con eso.

Caldina le echaba la culpa a los hermanos de Lucy, ya que cuando alguien trataba de acercarse a ella a menos de tres metros, era aterrorizado por sus tres hermanos, bueno aun que no los culpaba, Lucy era muy inocente, casi ingenua, y una pureza como la de ella había que cuidarla, aun que según la opinión de Caldina, eso no quitaba que se liara un poco con el sexo opuesto, que después de todo, era lo mejor de estar vivo.

-creo que los mas conveniente es hacer otra propuesta y entregarla el jueves, en vez de la descabellada idea esa que solo dios sabe por que salió de mis labios-