Me dispuse a abrir la taquilla y al sacar todo lo que necesitaba de ella, y cuando fui a cerrarla descubrí que las llaves que antes estaban en la cerradura habían desaparecido inexplicablemente... O no tanto. Enseguida busque con la vista a Osiris, o como a mi me gustaba llamarlo, Oso. En cuanto le vi en la entrada de los baños con una sonrisa en la cara deje mi mochila y grite a Jorge
-¡cuida de mis cosas!-
Y corrí detrás de Oso, sin darme cuenta del peligro que corría al intentar recuperar mis llaves cerca del baño de los chicos... Digamos que sin darme cuenta entre el, Sae y Carlos me habían arrastrado hacia el interior.
Cuando conseguí llegar otra vez justo a mis cosas Jorge me dijo:
-joder niña como tardas, y mientras tanto yo aquí esperando esclavizado como odiaba que me criticara injustamente... Así que hice lo que hacia siempre que me estresaba:
-Mira niño, es lunes, tengo la regla, tenemos examen a primera y a séptima, y he tenido que correr detrás de Oso y soportar que me metieran en vuestro baño que huele a mierda, así que no me vengas con esas, que no estoy de humor ya se, parece que nos odiamos a muerte pero la verdad es que quiero mucho a ese tío.
Después de mi primer traspiés del día, decido dirigirme a clase, hogar de mi segundo traspiés. Como no, yo iba a lo mio pensando solo en ver a mis amigas después del largo fin de semana y sin darme cuenta de repente "¡¡ZAS!!". Esta vez no tenia ni que mirar, indudablemente Dani y Benito me habían puesto la zancadilla, mala idea. Entre risas (pues tenia que reconocer que había quedado gracioso) corrí tras ellos, y hasta que no los atrape por los pelos y les obligue a pedirme perdón no pare.
Tras esto, me dije que ya iba siendo hora de saludar a las chicas así que me acerque a nuestro rincón y las di un abrazo a cada una. Carol, Andreixu. Andriu, Sandy, Evuchi, Nesi y Lu Enserio no hay mejores amigas que ellas, cuesta aguantarlas, pero merece la pena, todo por ellas. Como no nada mas llegar están los típicos -¿hombre que buen humor traemos hoy no?- o -¿Y por que llegas tan cansada si es primera hora?- decido no contestarlas y ponerlas una simple mirada fulminante que las hace reír a carcajadas, ¿veis a lo que me refiero a que hay que aguantarlas? Pero bueno, por ellas merece la pena.
Después de tres aburridisimas clases, toca descanso. Me dirijo al patio y veo una capucha roja inconfundible y saludo a Edu, mi vecino y mejor amigo
-¿Que tal Lunis?- Todo el mundo me llama así, y aunque odie tener apodo de serie de muñecos parlantes, debo reconocer que una se enamora de su propio apodo.
-No me puedo quejar ¿y tu?- contesto.
-Bien-
Tras un rato hablando me despido y salgo a tomar aire fresco. De repente unas manos tapan mis ojos. ¿Quien sera? Empiezo a decir nombre: jose, Dani, Benito, Oscar, Oso...
-Esa lunática ¿no reconoces a tu hermano?- ahora si sabía quien era inconfundible mente, esa voz picara y graciosilla, y que me llamase lunática, solo había alguien que me llamase así, Tito.
-¿No querrás que te reconozca con solo dejarme sin vista no?- Y me reí de mi misma y de el. Tito realmente no es mi hermano, pero tenemos ese juego, la verdad es que si es como mi hermano pero de distinta sangre y siempre me ayuda en todo lo que puede y ha estado en momentos duros y por eso yo le quiero como a mi hermano.
-Dame pasta lunática, tirate el rollo que la mama no me ha dao' nada la' comer- el es así y no se como lo hace pero siempre consigue que haga lo que quiera.
En ese momento veo acercarse a Ventura y me saluda con un beso en la mejilla como siempre. Lo sigo hasta el campo de football y allí encuentro a las chicas (para mi las chicas son el grupo de Carol, Andreixu, Andriu, Evuchi, Sandy, Lu y Nesi) y allí me quedo con ellas viendo como los chicos juegan al football. Hay momentos en los que pienso que somos como su equipo privado de animadoras, siempre que hay partidos hay estamos nosotras, aunque esto solo fuera un partido de instituto.
[...]
Es por la tarde. Mis amigas y yo no disponemos a coger el bus, como siempre cogemos asientos juntos y empezamos ha hablar del día y de mi fiesta de Halloween. Todos los del curso iran, y después a la noche mis amigas de quedaran a dormir a casa.
No podemos hablar mucho más pues empezamos a bajarnos cada una en nuestras respectivas paradas. Bajo del bus y ando hasta mi casa, entro, salude a Bongo. Bongo es un precioso mastín de ocho años al que yo adoro. Subo a la buhardilla, mi rincón particular y espere que mi madre me llame para la comida. A partir de ahí poco mas pasa a lo largo de día. Esa es mi rutina diaria.