En estos tiempos mi reinado era arduo, la actualidad traía al inframundo muchas jóvenes almas atormentadas debido a suicidios, sobredosis, violaciones, y asesinatos ¿Que ocurría con la raza humana? ¿Tan poco valoraban su existencia? Sin duda aquella época donde los Dioses dirigimos sus vidas había quedado en el pasado o al menos en parte, aún manteníamos nuestro estatus sobre otras criaturas además de nuestros poderes e inmortalidad, pero pasamos de ser temidos y respetados a simples mitos. Aquello también tenía sus ventajas, pasando desapercibidos podían mezclarse entre los mortales con total libertad.
Hoy los jueces del inframundo y yo debatíamos acerca de un grupo de almas que se negaban a abandonar su identidad, ocasionalmente mi reino se encontraba con este tipo de "pequeños problemas" yo opinaba que lo mejor sería extinguirlas, ellos... por otra parte, creían que había otro modo de no alterar tanto el orden. Harto de la disputa, subí al Olimpo dispuesto a hablar con mi hermano Zeus sin embargo, a solo pasos de entrar al salón de tronos, la voz femenina me hizo parar en seco; no es mi intención escuchar conversaciones ajenas, es más es algo que no apruebo, no obstante mis pies permanecen inertes.
—Hermano mío, estoy aquí para hablar de mi nuestra hija. Perséfone es una mujer exitosa entre los humanos, mi mano en su negocio la hizo prosperar, sin duda después de estos siglos, creo que fue la mejor decisión.
—¿Alguna vez dudaste de mí? Las decisiones que tomo son siempre acertadas Deméter.
¿Qué dijo? ¿Perséfone? Tiene que haber algún error, su alma se extinguió, o al menos eso pude averiguar, entonces ¿como podía ser posible? Quizá esto es un mal entendido o una asquerosa broma de mal gusto. Me mantuve en silencio escuchando el resto de la platica esta vez es Zeus quién continúo.
—Aunque dejó de ser nuestra hija, sigue estando bajo tu custodia, no debes ser imprudente Deméter, lo humanos son una especie muy curiosa y compleja, mantente en las sombras y vela por ella.
—Tranquilo, todos estos años la he observado de esa manera, oculta en las penumbras. Soy la más interesada en que permanezca en el anonimato y lejos de... Creo que no hace falta decir más.
No había equivocación, estaban hablando de ella. Apreté los puños con una fuerza ¿cómo fueron capaces? Pero se habían metido con el Dios equivocado, no pasaría esta ofensa por alto. Perséfone, mi amada reina ¿una humana? Una frágil humana, una vida efímera le esperaba, yo solucionaría eso y la traería de vuelta.
Dando media vuelta sigilosamente me aleje no solo del salón, también abandoné el Olimpo, tenía que encontrarla y revelar que fue lo que ocurrió para vengar a mi reina de hierro. Mil años soportando el dolor de su partida habían sido suficiente, tenía cosas que hacer, tenía que buscarla ¿dónde estaría? ¿cómo sería? Pero antes que todo debía encarar a mi hermana, así pues subí al mundo mortal con la furia instalada en casa parte de mi ser.
Me mantuve observando bajo la sombra de un viejo árbol. Deméter descendía del Olimpo lejos de ojos humanos con un rostro lleno de satisfacción, en cuanto sus pies tocaron el prado me acerque con paso firme borrando todo rastro de confort.
—¿Por que mierda hicieron eso?—mi presencia sin duda la sorprendió.
Llegando a su lado sostuve con fuerza su antebrazo
—¿De que hablas? Creo que el aire mortal no te sienta bien, deberías volver a tu reino Hades.
—Dejate de juegos hermana ¿dónde está Perséfone?—su rostro no hizo si no enfurecerme más, parecía complacida con mi ira. Soltando con tal brusquedad su brazo la hizo perder el equilibrio haciéndola caer al suelo.
Rabiando sobrela palma de mi mano se formaba una llama de fuego azul.
—Así que por fin lo sabes. No importa que quieras pelear conmigo, no te diré nada, por fin pude liberarla de tu condena, sé bien que tu fuerza y poder pueden estar muy por encima de la mía, pero al menos se lo que tú no.
—¿Mi condena? Eres una imbécil, me hicieron un favor, ella no es más mi sobrina, humana o no, me pertenece, la encontraré, eso te lo juro.
Extinguí la llama dando la espalda no solo a Deméter, si no a todo el Olimpo. No bajaría más al inframundo, por mi podía volverse un caos, Perséfone era mi prioridad, y para eso, debía mezclarme entre los humanos, no sería el primer Dios es vivir entre ellos, eso por suerte me tendía el camino.
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Los amo.😘😘
SantVict
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"Te encontraré" © (Hades&Perséfone) #1MGA [Editando]
FantasyEl amor es un sentimiento que se vive con pasión, pero puede tener costos terribles. Incluso el corazón de Hades puede caer en las redes de tal sentimiento. Una madre cegada por el miedo, sería capaz de cualquier cosa; un líder presionado, puede ll...