para Diego su vida era un deja vu, todo se repetía llevaba así varios años, veía pasar su vida, pagando su condena, la condena de un mal matrimonio y sus malas decisiones, no creía en nada, ya hacía años que ni rezaba, a la iglesia había ido en julio por ser el mes de la virgen del Carmen, el párroco lo había invitado y Rosita había empezado un sirili todos los días – la virgen del Carmen es la patrona de todos nosotros- decía y él no quería contrariarla, quería comer y dormir bien, su abuelo le decía – si quieres comer bien ten contenta a la cocinera y si quieres dormir bien, te contenta a tu esposa, él no tenía esposa, pero tenía a su querida que era Rosita, en ese monte que se podía esperar, recién llego busco en el pueblo, pero en el pueblo solo habían interesadas en su bolsillo, él trabajaba de sol a sol, y ellas esperaban a que llegara, le sonreían y luego quería que las sacaran a bailar, y nos las dejaban sola tenían que ir con el hermano o una amiga, y así duraba un noviazgo de nunca acabar, y se de pronto se acostaban con él, la dormida salía cara, no era prostitutas, pero las tenías que mantener y en el pueblo, para la finca no iban ni de visita, jamás cocinarían y menos en cocina de leña el lema era ¡mi mama no me crio para servirle a nadie, la esclavitud se abolió hace tiempo¡ debido a esto Diego se fijó en Rosita, tenía la casa organizada, y por la noche lo esperaba una entrepierna bien jugosa, y no le toco gastar tiempo en conquistarla ni en rogarle para que le apaciguara sus instintos, fue fácil y le hacía más llevadera la vida en la finca, en ese deja vu. Rosita se conformaba con sentirse la dueña de la finca, ella era la patrona y Diego no la contrariaba, disponía de todo y Diego al finalizar la cosecha le daba buenas ganancias, para que ella no se defraudara y se fuera. Diego era de la gran ciudad, venia de Bogotá huyendo de su gran desgracia, era un hijo que todo lo tenía, Vivian en un apartamento el 1003 de la torre B, cumplía con todos los requisitos del buen ciudadano, la señora Josefa, dedico gran parte de su vida para educarlo, ya cuando cumplió los 24 años era un ingeniero agrónomo egresado de la universidad de los andes. Era un gran partido, si no hubiera sido porque a la señora Josefa se le ocurrió la idea de enamorarse y conseguir un socio para la empresa que les había dejado su padre, una empresa de confesiones, Don Carlos Alvares el papa de Diego Alvares, recibió una herencia familiar, se cansó de las trabas del gobierno a las empresas y decidió viajar a estados unidos, le dijo a su mujer que cuando se radicara enviara por ella y por sus hijos, cosa que jamás cumplió, la Sra. Carolina Betancourt después del año se dio cuenta que estaba sola con sus hijos y se dedicó de lleno a la empresa. Se propuso darles estudio a sus tres hijos. Los dos mayores Joaquín y Margarita Alvares se fueron con Don Carlos cuando culminaron la carrera universitaria, ella estuvo de acuerdo y se quedó con Diego, él era un joven muy alegre, soñador, se quería comer el mundo. Empezó a estudiar agronomía y su mama se sintió sola y se enamoró de un profesor de Diego. Carolina vivía en otro planeta, se le olvido su hijo y se dedicó a ella, Diego se dio cuenta que la casa y su mama no era la misma, se propuso terminar su carrera para emigrar, en su casa ya no mandaba su madre si no su padrastro el profesor que le caía al hígado, se lo encontraba en todo lado, lo odiaba, ya no lo disimulaba, llamo a sus hermanos, pero ellos ya no querían nada con esa familia, estaban ocupados construyendo su futuro, de forma egoísta lo dejaron solo, se refugió en su novia, para mal o para bien, Ella era la única que lo comprendía, lo amaba y le daba seguridad. Se graduó y decidió casarse con ella, se lo comunicó a su madre, quien le agrado la idea, ya se quitaba ese problemita de discutir con su amado por culpa de su hijo. Diego sentía que la vida lo premiaba, se apresuró a hacer el curso del matrimonio. Dicen que el amor es ciego pero los vecinos no, los amigos de Diego decían que Diana lo engañaba, que ella siempre le gustaba jugar a dos bandos, pero él no lo creía. Don Carlos en una demostración de amor por su hijo le regalo un apartamento de regalo por su boda. Diana le gustó mucho, lo amobló a su gusto, Diego quiso tener un gesto con su futura esposa y sin avisar paso por el apartamento para saber que le faltaba a Diana y aprovecho y llevo un diseñador de interiores, llego al condominio, se dirigió a su apartamento, con tan mala fortuna que se encontró con Diana haciendo el amor con su mejor amigo estrenando el sofá. El diseñador de interiores fue muy amable y fingió no ver nada y esperar la llamada para volver a colaborarle en lo que ellos quisieran. Diego los enfrento y decidió dejarlos sin ningún problema- La vida se encarga de poner cada cosa en su lugar y él lo dejo todo. Se fue para donde su mama y le pidió la herencia, lo que le tocara de la empresa y quería salir, huir de ella de Diana, de su mejor amigo, y del profesor, no quería saber de nada. Le dijo a la mama que no se tiraba de un puente porque no le iba dar ese gusto a la gran familia, familia de mierda. Doña Josefa sintió un escalofrió, le propuso comprarle el apartamento, Le ofreció trescientos millones por él y que la herencia quedara intacta, pues había una clausula donde se especificaba que no se podía vender ni permutar, ni embargar, hasta que don Carlos falleciera ese era el designo del abuelo. Diego lo creyó justo y cogió para el interior del país viajo a los llanos, llego a Florencia y se quedó en Doncello Caqueta , le gusto una parcela amplia visualizo su futuro allá, lejos de todos, no entraba la señal del celular si no en el pueblo, alabo que Colombia fuera un pueblo tercerista y no tuviera avanzada la tecnología, sus hermanos ahora ya no tenían el presto de que no tengo tiempo, tenían un grupo familiar en el celular que nadie utilizaba ni siquiera en los buenos días se saludaban, y su mama ya no lo llamaba, presentía que estaba bien y con decir que tenía 3 hermosos hijos se conformaba, ya había hecho suficiente con tenerlos a cada uno nueve meses en su vientre, guiarlos durante 24 años a cada uno, ya quería su libertad y los dejaba libres.
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Mirando juntos hacia el mismo camino
Historical FictionDiego es un hombre de la ciudad, va en busca de su destino, se enamora de una joven del campo. Tiene que sortear varios obstaculos para poder estar juntos Aprendamos a amar no cuando encontramos la persona perfecta, si no cuando llegamos a ver de ma...